Escucho TBK SUENA sin espacio, por auriculares Achim Wollscheid. De fondo, la instalación omnipresente de Edwin Van Der Heide. En el exterior las campanas que me indican que el reloj de mi móvil está algo atrasado. Termino hace un rato de ver la exposición Tabakalera suena.
Ayer, de camino a al Improvisando Gaztetxes Juan José Aranguren, que expone en esta misma exposición, me contaba un poco la historia de todo esto. El edificio de la Tabakalera de Donostia está a punto de cerrar por reformas. Este espacio gigantesco, lleno todavía de toda la indumentaria propia de una fábrica va a ser convertido en centro de arte (aunque ya lo sea), al nivel de exigencia de la industria cultural; un espacio de esos que dan entidad turística a las ciudades, como si a ésta le hiciese falta. Cuanto daño ha hecho el modelo Guggenheim.
Al parecer, cuando Xabier Erkizia comenzó a desarrollar el proyecto, quedaba algo más de una mes para que se inaugurase esta exposición, que serviría como cierre de este espacio antes de su reforma. Así que la actividad comisarial, como buena parte de las obras, se presentan como un diálogo directo con el espacio y con el tiempo en que deben desarrollarse. A excepción de la instalación inmersiva de Van Der Heide, no abundan las pirotecnias en el montaje, pese a que otras piezas como las de Patxi Araujo y oSone, funcionan en esta linea inmersiva que parece una revisión sinestésica de la experiencia estética. El objeto aislado en el espacio blanco, ha sido cambiado por la inmersión multi-sensorial, funcionando quizás de manera más efectiva y estrictamente como experiencia.
Sin embargo (y aquí esta exposición en este espacio funcionan como paradoja), se considera necesario convertir el espacio de Tabakalera en un cubo blanco. (entre otra cosa por la futura desaparición de Arteleku)
Mientras en Macba imparte un cursillo con ese sub-título, Más allá de la ideología del cubo blanco, Tabacalera de Madrid espera también su reforma para ser convertida en centro de Artes visuales. Otro white cube totalmente innecesario, como atestiguó la exposición de Rencontres internacionales. Nadie de los allí presentes entendíamos por que aquel espacio debía ser corregido, borrando los rastros industriales, rastros de una anti-estética que nos lleva muy mucho a esta especie de romanticismo contemporáneo.
Cambiar de un dispositivo a otro.
Así de toda esta chapa podemos ir afirmando que Tabakalera Suena es una de esas pocas exposiciones que está donde y cuando tiene que estar. El making of hace un buen repaso de todo lo que estamos diciendo.
Gracias por tus comentarios Jose Luis !!
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