Cartas a Kurt Schwitters, por Quim Domene
Olot, mayo de 2005
Apreciado Kurt: Tal como comentamos en nuestro último encuentro en el Kunstmuseum mit Sammlung Sprengel de Hannover, te mando mi última colección de ´merzcollages´. Estos ´merz´, más que nunca, son hijos del ´comerzbank´´puesto que es material abandonado y recuperado de diferentes industrias y comercios de mi ciudad que no han superado la crisis o los frenéticos cambios y evoluciones que nos está llevando este nuevo siglo. Incluso el soporte utilizado procede del ´comerz´ que seguramente está menos en crisis: el Registro de la Propiedad Urbana; su reciente proceso de informatización les ha obligado a prescindir de este apreciado envoltorio-soporte que, seguramente, tanto te hubiera interesado en tu cotidiana búsqueda de los residuos que genera la sociedad urbana e industrial.
Quisiera construir una gran ´merzbau´como reivindicación de lo efímero, aunque Mr. Andy Warhol y su Factory ya se me adelantó. Y es que el ´Club Dadá´, al que se te negó la entrada, engendró muchos discípulos, todos ellos afiliados al Pop Art, con Rauschenberg a la cabeza. Tu trabajo en solitario y a contracorriente te convierte en el último superviviente dadaísta; quisiera entrar en tu ´Club´o por lo menos ´Cabaret´(claro, sin Voltaire).
Mis pequeñas recreaciones digitales, quisiera que fueran como tus intervenciones manuales, por encima de cualquier regla impuesta. Aunque mis ´merz´ estén construidos automáticamente, como los tuyos, no son fruto de un generador de azares y ponen en juego un conjunto de posibilidades para producir una gran cantidad de objetos estéticos. A propósito de estética, hoy no te hablaré de ´belleza´, la palabra en cuestión está metida en un furibundo debate sin fin, y no puedo reflexionar sobre ella hasta que haya pasado la tormenta.
Salud y muchos ´merz´.
Quim Domene
Publicado en La Vanguardia, Suplemento Cultura|s
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