Ayer finalizaba la transmediale de este año, después de un par de semanas de actividad intensa tanto diurna como nocturna. Durante la ultima jornada tuvimos la oportunidad de asistir a las últimas conferencias y pases de vídeo que fueron desarrollándose en la Hauses der Kulturen der Welt (HKW) igual que todos estos días, aunque con un ambiente más festivo y relajado.
Hasta primera hora de la tarde, la plataforma brasileña Des).(centro fue la anfitriona de un ‘brunch’ que reunió a arquitectos, pensadores, poetas y bloggers. El evento osciló entre el diálogo, la performance y el banquete, y aunque sólo asistimos a parte de él yo destacaría sobre todo la pequeña charla de Isaac Mao, un conocido activista mediático chino que usa el blog como herramienta básica para desarrollar sus actividades. Mao habló principalmente sobre la importancia de los blogs y redes sociales, desde una perspectiva bastante personal y distendida, sin entrar en muchas profundidades.
La larga mañana acabó con Overbug, una presentación a la que ya habíamos asistido el día anterior. Se trata de un software musical diseñado por Hiroshi Matoba que se basa en una interfaz muy lúdica y colorida que recuerda a un circo de pulgas, con matamoscas e insecticida incluido para deshacerse de los sonidos. No es un programa pensado seriamente para grandes virtuosismos sonoros, más bien de un juguete musical entretenido que permite crear composiciones basadas en loops. Se desarrolló con processing y Jsyn y se puede descargar desde la página de Matoba tanto para Mac como PC.
Si . . . muy bonito lo de Matoba.
Pero no es precisamente esto contra lo que mucho de muchos de nosotros luchamos, la hegemonía de lo visual, que cada día parece controlar más al arte sonoro.
Me refiero a que el ansia por crear una visualidad atrayente, va dejando el sonido en un segundo plano de atención como en al caso de sintetizador visual (reactable). Y por otro lado, ¿para que esforzarnos por crear un discurso sonoro profundo si podemos compensar su pobreza con una exposición visual deslumbrante?
Creo que es algo sobre lo que tenemos que reflexionar.
Tienes toda la razón, ya decía en el post que lo de Matoba me parece más que nada un juguete, no una herramienta sonora en sí. Cuando lo vi ya pensé en el reactable, con el que tiene más de un punto en común. Yo personalmente nunca he entendido el bombo que se le ha dado al reactable, que me parece una especie de Simon sofisticado, quizás a nivel de ingeniería tenga sus complicaciones, no sé, no estoy muy puesta en esos asuntos, pero a nivel conceptual/sonoro le encuentro poco interés.
Si el reactable no es más que un sintetizador visual, pero ¿se concentra realmente el público en el sonido que produce? o simplemente en los colorines dejando al sonido en un segundo plano. Pero lo más curioso es preguntarse porque está en todos los festivales de arte sonoro y no en las ferias donde se presentan los nuevos productos tecnológicos como el NAMM, junto con otros sintetizadores interactivos Korg, Roland, etc. Esto me lleva a otra pregunta, ¿Quien decide lo que va a estos macrofestivales? ¿La base creadora o una tecnocracia a la que le interesa poco lo que sucede en mundo? Mi percepción personal es que se busca un rendimiento político, promoviendo espectáculos que aseguren una interacción con lo fácil, un divertimento visual, demagógico y carente de todo reto reflexivo, para así evitar que el dolor del mundo nos desagrade, y satisfacer así los intereses de los políticos, que intentan que el arte divierta a la masa con trucos de magia tecnológicos, carentes de crítica, en conclusión pan y circo.
Blanca, estas noticias son las que permiten establecer esta dialéctica, calificar al Overbug de juguete es muy preciso por tu parte, lo que me hace sospechar del asunto es que en el festival de arte sonoro de trieste se presentó como un concierto. ¿No será el camino por donde nos quieren llevar transmediale?
Y aunque personalmente reconozco que artistas como Pansonic tienen un nivelazo, lo que intento es establecer una reflexión crítica y no aceptar estos macroproductos tal como los venden sin reflexionar antes sobre lo que hay detrás.
Bueno, por otro lado alguien tiene que asumir el papel de abogado del diablo.
Creo que la única razón por la que el reactable está en festivales y no en ferias es porque es un producto desarrollado por un equipo de investigación de una universidad y no de una ‘empresa’ (entre comillas porque creo que, desgraciadamente, hoy en día la mayoría de universidades no se diferencian mucho de una empresa de cualquier otro tipo). De hecho, el año pasado estuve en una presentación del reactable en la que quien lo presentaba insinuó que si no fuera por ciertos impedimentos técnicos, logísticos, etc. ya lo estarían fabricando en masa.
Por otro lado, creo que cada festival es un mundo, pero es obvio que en general la mayoría optan por lo fácil, llamativo y rentable, antes que por ofrecer un espacio a asuntos realmente interesantes aunque más minoritarios.
En el caso concreto de la transmediale, creo que Overbug no era más que una anécdota entre cientos de cosas, algunas mejores, otras peores. Bueno, quizás era más que una anécdota porque ahora que lo pienso era una de las ocho piezas que optaban al premio, y aunque personalmente ese tipo de actividades competitivas me interesan poco no hay que olvidar su importancia a nivel mediático y demás. Yo personalmente lo vi más como una presentación de un software que como un concierto, pero habría que ver qué pensó el resto del público, claro… De todas formas, me resulta difícil juzgar hacia dónde nos quiere llevar la transmediale, es un festival muy amplio e inabarcable (dos semanas día y noche en varios espacios diferentes) con muchas ramificaciones en el que uno puede dedicarse a bucear a profundidades muy diferentes respecto a temas y medios muy diversos.