Hace unos meses saltaba la noticia del cambio de orientación del Centre d’Art Santa Mònica, uno de los pocos centros públicos de Barcelona dedicado exclusivamente al arte contemporáneo. A quienes no conozcáis mucho esta ciudad quizás os suene porque, entre otras cosas, desde hace unos años albergaba la parte multimedia del festival Sónar.

A raíz del anuncio, surgió rápidamente la polémica. El cambio viene dictado por la Generalitat, concretamente, por el Departament de Cultura i Mitjans de Comunicació, en manos de ERC. La idea es reconvertir el Santa Mónica en un Centre de Cultura, Pensament i Comunicació, que no es que suene mal, el problema es que la administración ha tomado esta decisión por decreto. Por mucho que vivamos en una democracia, creo que todos somos conscientes de que quien hace y deshace piensa poco en las necesidades y deseos de los ciudadanos y mucho en los suyos propios. Además, los rumores llevan tiempo avisando que tras eso de ‘cultura, pensamiento y comunicación’ lo que nos espera es otra cosa bien distinta a lo que parece, y adaptada al 100% a los gustos personales de ERC (ya os podéis imaginar por dónde van los tiros).

Después de algunas idas y venidas, el actual director del CASM presentó su dimisión, y en unos días será la inauguración de la última exposición. No voy a liarme mucho con más explicaciones, si a alguien le interesa el tema puede encontrar más información en http://cassantamonica.wordpress.com/. Simplemente decir que desde la plataforma Cultura de Base han preparado un manifiesto de protesta a disposición de todo aquel que quiera suscribirlo.