http://www.sibetrans.com/trans/trans10/cusick_cas.htm
Music as torture / Music as weapon [English Version]
Suzanne G. Cusick
Revista Transcultural de Música
Transcultural Music Review
#10 (2006) ISSN:1697-0101
Resumen
Uno de los aspectos más sorprendentes de la cultura musical de posguerra de los Estados Unidos es el uso sistemático de la música como arma de guerra. Esto surgió a la luz pública por primera vez en 1989 cuando las tropas de los Estados Unidos utilizaron como fuerza de ataque, música a alto volumen con el fin de hacer rendir al entonces presidente de Panamá, Manuel Noriega. Hoy, el uso del «bombardeo acústico» se ha vuelto una práctica estándar en los campos de batalla de Irak y el bombardeo específicamente musical se une a la humillación sexual y al aislamiento sensorial, como algunos de los medios no letales con que prisioneros de Abu Grahib a Guantánamo, pueden ser obligados a entregar sus secretos sin que se violen las leyes de los Estados Unidos.
La idea de que la música puede ser utilizada como tortura nos confronta con una novedosa e inquietante perspectiva sobre las prácticas musicales contemporáneas en los Estados Unidos. ¿Qué es lo que podemos saber sobre nosotros mismos en los Estados Unidos cuando nos enfrentamos a dicha perspectiva? ¿Que nos dice sobre nosotros y nuestros antagonistas el uso que hace nuestro gobierno de la música?
Este artículo es un primer intento para entender la lógica cultural y militar en la que esta basado el uso contemporáneo de la música como arma en la tortura y en la guerra. Primero, hago un breve esbozo del desarrollo de armas acústicas hacia fines del siglo XX. Luego analizo su utilización en la batalla de Falluja en Noviembre de 2004 y resumo lo que se ha podido conocer sobre la teoría y las prácticas del uso de la música como tortura con detenidos en Irak, Afganistan y Guantánamo. También contemplo algunos aspectos de la cultura musical civil en los Estados Unidos de fines del siglo XX que resuenan con los conceptos de la música como arma que tienen los de la comunidad de seguridad de los Estados Unidos. Más adelante hago un breve recuento de la manera como se discute la música como tortura en los foros virtuales que integran la blogósfera. Finalmente, bosquejo algunas preguntas para investigaciones y análisis futuros.
Abstract
One of the most startling aspects of musical culture in the post-Cold War United States is the systematic use of music as a weapon of war. First coming to mainstream attention in 1989, when US troops blared loud music in an effort to induce Panamanian president Manuel Norriega’s surrender, the use of “acoustic bombardment” has become standard practice on the battlefields of Iraq, and specifically musical bombardment has joined sensory deprivation and sexual humiliation as among the non-lethal means by which prisoners from Abu Ghraib to Guantanamo may be coerced to yield their secrets without violating US law.
The very idea that music could be an instrument of torture confronts us with a novel—and disturbing—perspective on contemporary musicality in the United States. What is it that we in the United States might know about ourselves by contemplating this perspective? What does our government’s use of music in the “war on terror” tell us (and our antagonists) about ourselves?
This paper is a first attempt to understand the military and cultural logics on which the contemporary use of music as a weapon in torture and war is based. After briefly tracing the development of acoustic weapons in the late 20th century, and their deployment at the second battle of Falluja in November, 2004, I summarize what can be known about the theory and practice of using music to torture detainees in Afghanistan, Iraq and Guantanamo. I contemplate some aspects of late 20th-century musical culture in the civilian US that resonate with the US security community’s conception of music as a weapon, and survey the way musical torture is discussed in the virtual world known as the blogosphere. Finally, I sketch some questions for further research and analysis.
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