Esta es una foto realizada en el pueblo de mi familia paterna, Montilla (Córdoba) durante la Guerra Civil. Responde a una realidad que habla de la historia de la radio y del sonido y que, aún hoy, cuesta bastante admitir. Para comprenderla debemos pensar en Queipo de Llano llamando por la ondas de Radio Sevilla a castigar a las “comunistas” que practicaban el amor libre, y que, sí me repito ¡aún hoy!, tiene calles con su nombre. El Marqués Gonzalo Queipo de Llano y Sierra realizó aquel llamamiento con la siguiente frase:
“Ahora por lo menos sabrán lo que son los hombres de verdad y no esos milicianos maricones. No se van a librar, por mucho que berreen y pataleen»
A la republicana se la llamaba “hombruna desgreñada” y fue práctica común afeitar su cabeza y purgar su cuerpo con aceite de ricino, convertirla en esclava sexual y en objeto de violaciones grupales. Aquellas violaciones sucedían a la vez en distintas partes del estado, lo que demuestra que eran una estrategia de guerra contra el cuerpo de las mujeres, estrategia en la que la radio fue un instrumento fundamental. Como prueba de ello se conserven cartas enviadas desde distintas partes de la contienda describiendo este hecho, tal y como está expuesto en la página 157 de Las cartas de La Pirenaica escrito por Armand Balsebre y Rosario Fontova.
Como para ponerle banda sonora, entre 1937 y 1939, Celia Gámez, estrecha colaboradora del Frente Nacional, cantaba habitualmente por la radio del bando sublevado Pichi, un chulo que castiga. (Viendo que muchas personas han interpretado que yo afirmo que Celia Gámez cantaba esta canción en relación a las pelonas, o las violaciones, aclaro). El tema que interpreta Gámez se compuso en 1931. Celia Gámez huyó al comenzar la guerra. La canción se interpretaba habitualmente en la radio del frente sublevado a partir de 1937 como documenta la web de Radio Nacional, Gámez estuvo en la misma inauguración de aquella radio.
El marcado contenido violento con que se describe a un proxeneta que castiga a prostitutas, la relación de Gámez con los falangistas, sumada a la violencia machista extrema a la que llama Queipo de Llano, y que ese bando sea quien ejecutó dichas vejaciones grupales a mujeres, me parecen razones suficientes como relacionar estos hechos tan cercanos en el tiempo en una misma historia de la radio.
Esto es historia del sonido y de la radio, no nos olvidemos.
Lo tenemos muy presente…
Perdona Jose Luis Espejo Díaz me parece muy interesante lo que cuentas y la verdad es que nunca me había fijado en la letra de esta canción, pero ¿podrías contar algo más sobre la foto? ¿Es de un orfanato o algo parecido? Te lo digo por la diferencia de edad que hay entre las chicas ¿son todas republicanas?
Pues será verdad que la canción era la banda sonora de la represión, pero nada de lo que dices demuestra que esa canción se hizo/cantó/escuchó con ese propósito.
No niego el contenido del articulo pero no he visto una letra más sacada de contexto que ésta. Es una zarzuela donde una mujer se hace pasar por hombre por amor y canta una exageración del hombre chulo para ganar credibilidad. Un poquito de por favor!
Hola José
Encontré esa foto el el libro Cartas a la Pirenaica, en un capítulo que habla sobre maltrato a mujeres. http://www.catedra.com/libro.php?codigo_comercial=170070
La imagen que pego aquí la saque de esta otra web https://elsilencioguerracivilespanola.wordpress.com/2014/04/01/heroinas-pelonas/
No se mucho más sobre la foto.
Un saludo
Picho
Quizá tengamos distintas concepciones de contexto. Te expongo el mío, quizá no me haya explicado del todo bien.
Quizá haya pasado por alto que el tema es de 1931, y que, como apunta Augusto, quien lo compuso no «hizo/cantó/escuchó» pensando en este hecho.
El hecho es que la canción se interpretaba habitualmente en la radio del frente sublevado a partir del 37
http://lab.rtve.es/historia-rne/#/1930/
Esta web aduce que responde al interés de los sublevados por la toma de Madrid.
¿Te parece que eso la pone en relación con todas las barbaridades realizadas? Yo creo que no, pero les pone banda sonora. Para mi una «banda sonora» de la misma contienda en que Queipo de Llano, general del mismo bando sublevado, llama a la violación masiva
En cualquier caso, el tema de la Zarzuela, poco importa. La banda sonora de las guerras y las torturas no la eligen siempre quienes compusieron las canciones. Este es un tema bien conocido. La música se relaciona con los hechos violentos que las acompañan en fechas y contextos de maneras muy diversas.
Un ejemplo muy obvio es este
http://www.imdb.com/title/tt0470161/
En el contexto español estas descontextualizaciones por razones políticas se dieron mucho. Rascayú se convirtió en una canción antifranquista, aunque Bonet de San Pedro nunca lo planease https://www.youtube.com/watch?v=NSgk8g4-QQU y La vaca Lechera una ¡canción crítica!, contra el hambre en este caso, y además un éxito de ventas en 1946 https://www.youtube.com/watch?v=axbJ26m0P1k
¡Bravo! Me parece muy perspicaz la ilación de referencias que haces en el artículo, y también cómo lo explicas en los comentarios.
Este tema de la «banda sonora» para un período y un contexto social determinados (con violencia o sin ella) ilustra muy bien algo que es una constante en la sociedad de los medios de comunicación de masas. La estética de una matanza (o de un tránsito social traumático del tipo que sea), según la ciencia de las relaciones públicas, debe ser «multimedia» y abarcar tantos formatos -o canales- como sea posible. ¿Por qué violar a alguien en silencio, se diría que «anónimamente», cuando puedes hacerlo poniendo una firma sonora, una melodía asociada como música incidental que contribuya a hacer de la violación una «imagen de marca»?
Como se dice aquí, evidentemente esto refleja una política de amplio espectro, concebida y diseñada de antemano; nada que ver con actos individuales, aislados y/o espontáneos.
A mí me interesa mucho el tema de la Radio Mil Colinas y la explotación de recursos en el Este del Congo, que es también tema indisociable de la radio y las violaciones de mujeres, además de la guerra subversiva, el colonialismo, los golpes suaves y las «nuevas tecnologías».
La radio es como un internet pre-imaginario, o sea, antes de las imágenes, antes de la TV y por supuesto antes del multimedia informático y el ciberespacio. Es el internet de comienzos del siglo XX y tiene esa peculiaridad de ser eminentemente sonoro aun a pesar de surgir en una cultura eminentemente visual. Lo gracioso para mí es que aún hoy se sigue considerando al cyberpunk (al menos al de raíz literaria y occidental) como un género futurista, cuando ya antes de internet y la informática se estaban llevando a cabo, en la práctica militar de la guerra contra objetivos civiles, el grueso de sus conceptos “futuristas” sobre manipulación de masas. En los años 60, guerra de Vietnam mediante, esto se sistematizó todavía más exquisitamente con la literatura y estudios sobre la tortura, especialmente pienso en los manuales de contra-insurgencia del Pentágono y la guerra sucia en Centroamérica, Afganistán, Tíbet, Italia…, en fin, la era cyberpunk. Y Queipo de Llano ya entendía estas cosas prematuramente, cabe suponer (no conozco su biografía) que por instinto, por puro genio intuitivo.