«…Escuchar es portar sabiduría, alimentar la acción y atraer logros y honor. Si no es sincero, no es claro, ni profundo, ni eficaz; así, el aprendizaje más elevado implica escuchar con el espíritu, el verdadero aprendizaje implica escuchar con la mente, el aprendizaje inferior implicar escuchar con el oído.
El aprendizaje de aquellos que escuchan con sus oídos está en la superficie de su piel. El aprendizaje de aquellos que escuchan con sus mentes está en su carne y en sus músculos. El aprendizaje de aquellos que escuchan con su espíritu está en sus huesos y en su médula.
Así, cuando no escuchas profundamente algo, no lo puedes conocer con claridad; cuando no lo conoces con claridad, no puedes sumergirte en su esencia, y cuando no puedes sumergirte en su esencia, no puedes perfeccionar su práctica.
Los principios generales para escuchar son vaciar la mente de manera que esté clara y en calma: abandona los estados de humor y no estés lleno de ellos, no tengas pensamientos ni les des vueltas. No dejes que los ojos miren al azar, no dejes que los oídos escuchen al azar. Concentra la vitalidad de la mente de manera que ésta se refuerce y la atención interna se consolide plenamente. Una vez que lo hayas obtenido, debes estabilizarlo y preservarlo, tienes que extenderla y perpetuarla».
Wen-Tzu: La comprensión de los misterios del tao, Lao Tse.
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