Living Symphonies, de James Bulley y Daniel Jones, es una composición musical que crece de la misma manera que el ecosistema de un bosque, retratando la actividad de la fauna, las plantas y las condiciones atmosféricas y creando una sinfonía que es escucha en el propio bosque.
Para crear la composición se hace un estudio del bosque, con la colaboración de ecologistas y guardabosques, para entender la flora y la fauna que lo habitan. Posteriormente, se hace un mapa del bosque con sus animales, recursos alimentarios y patrones de movimiento. Esos datos se utilizan para crear un modelo del ecosistema del bosque que imite los comportamientos de la fauna, y luego se vinculan los datos de la temperatura, el viento, la lluvia y el sol.
El siguiente paso es vincular cada animal, árbol y planta a una serie de instrumentos y motivos musicales en tiempo real. El resultado se escucha desde una red de altavoces colocados de manera que no se vean entre el follaje y la maleza. En resumen, se trata de un trabajo de sonificación de datos con un resultado sonoro/estético que puede gustar más o menos —no sé si lo que se escucha en los vídeos es el sonido real de la instalación, así que es difícil juzgar el resultado, pero sí lo es me parece una cosa exageradamente bucólica.
Lo que cabría preguntarnos es cómo les sienta a los animales todo esto y si realmente tiene algún interés más allá del experimento.
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