En 2007, LABoral celebró el primera Festival L.E.V. (Laboratorio de Electrónica Visual), cuyas siglas rinden homenaje a Lev Thermen, el científico ruso padre de los sintetizadores actuales. El objetivo principal del Festival era ofrecer una visión panorámica, ecléctica y cualitativa de la creación sonora electrónica, y su relación con las artes visuales. A lo largo de sus cinco ediciones, ha compartido con el público una selección de los proyectos más interesantes de creadores internacionales que trabajan en este ámbito de creación, tanto jóvenes talentos como artistas ya consagrados.
El Festival L.E.V. es un espacio físico y efímero, preocupado especialmente por la sinergia natural entre imagen y sonido, por la acción en directo, por las influencias de las vanguardias en la creación contemporánea, las relaciones que se establecen entre espectador y espacio público, y por las nuevas corrientes artísticas surgidas a nivel global relacionadas con la cultura audiovisual.
Visualizar el sonido comparte esta visión y extiende al espacio expositivo las líneas de investigación del Festival. Esta muestra colectiva internacional se propone explorar la síntesis entre imagen y sonido, las diferentes representaciones gráficas y físicas del sonido y su evolución en el contexto del arte contemporáneo. Traza un recorrido por artistas y piezas representativas de la última década, fijándose también en los experimentos de «música visual» de artistas de comienzos del siglo pasado, como Oskar Fischinger o James Whitney.
Así, la exposición incide y avanza en la investigación emprendida por el Festival L.E.V. en torno a la visualización del sonido y a los infinitos interfaces posibles entre sonido e imagen, más allá de la acción en vivo, convirtiéndose en una de sus actividades principales para esta edición.
El sonido no se puede alejar del hito que lo funda, que le da forma: espacio, vibración, onda, técnica para la representación, la percepción e incluso la visualización. Visualizar el sonido nace con la idea de generar un diálogo entre todas las piezas que lo componen, abarcando un siglo de creación en torno a la misma idea o concepto: dominar la onda, representarla y domesticarla, la necesidad de ir más allá de dónde nuestros sentidos nos hacen llegar y que, al fin y al cabo, es la esencia de todo arte.
La exposición intenta mostrar un espectro lo más amplio posible de las múltiples representaciones del sonido, investigando sobre la dimensión sonora de los espacios que habitamos.
Del 30 de marzo al 25 de junio
LABoral, GIjón (España)
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