Leo en Público que Aaron Swartz, un programador, escritor y activista estadounidense, ha sido detenido por bajarse artículos científicos de JSTOR. Al parecer, conectó un ordenador portátil a la red del MIT y se dedicó a bajar artículos en masa, por lo que tanto el MIT como JSTOR se olieron que estaba ocurriendo algo extraño. Como medida preventiva, JSTOR decidó bloquear el acceso a su página al MIT, y este se vio obligado a investigar el asunto. Después de unos días de investigaciones, identificaron a Swartz como responsable, quien ahora se enfrenta a una acusación que podría acarrearle 35 años de carcel y una multa de un millón de dólares.
La primera curiosidad de la noticia es que en realidad ni el MIT ni JSTOR han puesto una denuncia a Swartz, simplemente porque este les aseguró que no usaría, copiaría, trasferiría ni distribuiría los artículos. No tengo ni idea de si la intención de Swartz era esa y tras ser pillado decidió olvidarse del asunto, pero en cualquier caso tanto la investigación criminal como la acusación son responsabilidad de la fiscalía, no de ningún abogado contratado para tal fin por ninguna empresa ni institución.
Por otro lado, unos días después de saltar la noticia, un tal Greg Maxwell, que al parecer es matemático, decidió colgar en The Pirate Bay 18.592 artículos científicos que a pesar de ser de dominio público (por ser todos anteriores a 1923, los más antiguos son del siglo XVII) sólo se pueden conseguir pagando a empresas tipo JSTOR.
Maxwell explica que hace tiempo que tiene estos artículos y nunca se había atrevido a publicarlos por miedo a que alguien lo denunciase, pero en vista de lo ocurrido con Swartz se ha animado a poner su granito de arena en la lucha contra el copyright y sus abusos. Además, añade algunos datos aclaratorios para los profanos en el tema (como yo), entre ellos que la mayoría de científicos no cobran por este tipo de artículos, y que a pesar de ello las revistas científicas son unas de las publicaciones más caras que existen.
Large publishers are now able to purchase the political clout needed to abuse the narrow commercial scope of copyright protection, extending it to completely inapplicable areas: slavish reproductions of historic documents and art, for example, and exploiting the labors of unpaid scientists. They’re even able to make the taxpayers pay for their attacks on free society by pursuing criminal prosecution (copyright has classically been a civil matter) and by burdening public institutions with outrageous subscription fees.
Copyright is a legal fiction representing a narrow compromise: we give up some of our natural right to exchange information in exchange for creating an economic incentive to author, so that we may all enjoy more works. When publishers abuse the system to prop up their existence, when they misrepresent the extent of copyright coverage, when they use threats of frivolous litigation to suppress the dissemination of publicly owned works, they are stealing from everyone else.
En The Pirate Bay ya hay algunos usuarios que comentan cosas como que ni son científicos ni les interesan los artículos pero se los están bajando sólo para compartirlos, aunque sean casi 33 GB… Así que si os interesan o simplemente estáis por la labor de contribuir a que se difundan por ahí, aquí está el torrent.
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