¿Cómo es posible que en dos lugares tan alejados y desconectados como Colonia y Santiago se generaran al mismo tiempo dos obras de tal sincronía estética?

Karlheinz Stockhausen no sólo compuso la electrónica «Gesang der jünglingle» («El cantar de los adolescentes»), sino que en 1956 difícilmente podría haber conocido a los veinteañeros chilenos León Schidlowsky y Fernando García, quienes una tarde, dictáfono y grabadora en mano, se aventuraron a construir la primera obra electroacústica de toda América Latina. Así no más. Hecha en Chile y con un nombre que ni siquiera ellos pensaron sería tan emblemáticamente descriptivo: «Nacimiento».
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