Buscando información sobre proyectos relacionados con el paisajismo sonoro me encontré con un proyecto muy interesante en la ciudad de Bristol. En ese proyecto se ofrecía un paseo sonoro por la ciudad escuchando sus sonidos con un pequeño aparato que se conectaba a un satélite y con los datos de localización (latitud y longitud) activaba los sonidos de ese lugar pero grabados unos días antes. Parece una tontería, pero apunta a aquello que defendía Murray Schafer de la «restauración sonora» en lugares cuyo sonidos están en peligro de extinción. En el cason de Bristol, el pequeño aparato permitía escuchar con mayor fidelidad el sonido de ese mismo lugar; grabaciones muy procesadas que hacían conscientes algunos elementos acústicos de ese lugar que en una escucha normal no se aprecian. Esta es precisamente la idea que se esconde detrás de los que nos dedicamos a la grabación de paisajes sonoros.
Imaginaros que un proyecto así permitiese escuchar el ambiente sonoro de otras épocas en lugares que han cambiado. Un ejemplo: escuchar el sonido de la Plaza do Obradoiro en Santiago en los años 40 en una visita actual a la plaza. Es necesario tomar conciencia, entonces, de la necesiad de incorporar al patrimonio cultural inmaterial el sonido literal de los lugares, como así recomienda una convención de la UNESCO que ha entrado en vigor hace muy pocos meses.
Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (.pdf)
(París, 17 de octubre de 2003. En vigor desde abril de 2006)
Leave a Reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.