Cinevisión. Algunas obras maestras del cine experimental, 1956-2000
04/10/2006 – 29/11/2006 – MACBA (Museo de arte contemporáneo de Barcelona)
El propósito del programa Cinevisión. Algunas obras maestras del cine experimental, 1956-2000 es llegar a descubrir y definir en qué podría consistir una visión propiamente cinematográfica, específica y distinta de las visiones propias de medios anteriores, como la fotografía o la pintura, y libre también de servidumbres hacia el teatro, la novela y el reportaje o el documento visual, que han configurado lo que normalmente se entiende como cine sin más adjetivos.
El objetivo es mostrar que este arte de la visión cinematográfica es en cierto modo un cine abstracto —en un sentido amplio de la palabra—, llamado experimental. Esta muestra reivindica la importancia de las aportaciones de este cine esencial, visionario, radical y libre, de las obras maestras de Michael Snow, Stan Brakhage, Paul Sharits, Werner Nekes y otros artistas no suficientemente conocidos y reconocidos; una importancia que se puede equiparar a la que tuvieron, para la historia del arte y del pensamiento, los creadores del arte abstracto moderno como Vassily Kandinsky, Hans Arp o Paul Klee.
Cinevisión se propone al público como una aventura de la percepción visual y audiovisual (en las bandas sonoras encontramos músicas de The Velvet Underground, Brian Eno, Terry Riley y John Cale, entre otros, o bien sonidos, o silencio, y pocas veces palabras). Se propone como una experiencia (experimental viene de experiencia) liberadora y psicodélica en el sentido original de la expresión: apertura de la mente o del alma. Son obras que permiten afinar y enriquecer la percepción, profundizar en la visión de la realidad y la existencia, transformar la consciencia de los contempladores activos.
A través de la contemplación sin prejuicios de estas obras fundamentales del cine experimental (33 películas de 20 autores, con duraciones entre poco más de un minuto y más de tres horas, distribuidas en ocho sesiones), se puede acceder a una nueva visión, y no en un sentido meramente óptico o técnico. Estas obras permiten descubrir, experimentar y conocer, a través de la experiencia de la visión cinematográfica, precisamente aquello que no podría ser descubierto, experimentado y conocido por otros medios.
Las exploraciones espacio-temporales del mejor cine experimental tienen esa capacidad de transformación liberadora. De entrada, dejan atrás los lastres de la psicología burguesa y antigua, de la avidez de dominio y posesión, y llegan a reunir lo que la cultura material separó por razones prácticas: por ejemplo, ego y universo, sujeto y objeto. Inauguran un nuevo cine que se distingue del de las vanguardias históricas en que su concepción es originalmente cinematográfica y no surge como una versión o derivación de planteamientos concebidos en medios anteriores. Este cine presenta estructuras y planteamientos cercanos a los de la poesía, la música o las otras artes plásticas, pero ofrece aportaciones específicas que son anteriores a las del videoarte y solo han sido superadas por este en la espectacularidad y en la apreciación fetichista, pero no en la radicalidad ni en la intensidad de su poesía y de su pensamiento.
Las mejores aportaciones del cine de la visión no son de la época de las vanguardias históricas, sino que se sitúan, sobre todo, en torno a los años sesenta y setenta. Nueva York fue en aquellos años la capital del cine experimental, pero también surgieron obras valiosas en otros lugares. Y siguen surgiendo hasta hoy, aunque en el siglo XXI todos los soportes audiovisuales tienden a formar parte de un mismo arte.
Programa de cine comisariado por Juan Bufill
Suena muy interesante, yo he visto algunas de las películas programas y lo recomiendo a todo el mundo. Bueno, a todo el mundo… ejem, supongo que más de uno/a puede morir de aburrimiento viendo según que cosas, pero a quien le interese el cine ‘atípico’…