crónica a medias entre abrelatas y mediateletipos.net
Llevábamos soñando con este momento desde el año 93 aproximadamente. De hecho incluso mucho antes. Es decir, desde que estábamos en las barrigas de nuestras madres podíamos sentir las ondas de lo que estaba pasando fuera. Incluso antes, en las reverberaciones de las copulas de nuestros ancestros. Incluso mucho antes, cuando crujían los bosques y corrían los ríos. Desde el núcleo de la tierra de los sonidos, emitiendo sonidos de colores, zemos98 llega al sónar para presentar su proyecto, pero sobre todo para intentar contar lo que allí pasa.
jueves, 15 de junio, 2006
A las 10 de la mañana nos recoge lo que se conoce en el contexto de los festivales como “runner”. Es una persona encargada básicamente de recoger a los participantes foráneos del evento, de trasladarlos hasta donde se hospeden y de ubicarles. Santa Mónica. Centro de arte. Nuestro nuevo hogar aquí durante 4 días. Buena habitación.
Casi sin darnos cuenta nos vemos delante de una extraña mesa eletrónica-escáner llamada REAC-TABLE en la que desplazando una serie de elementos que llevan impresos en su parte inferior se crean toda una serie de parámetros que hacen que se reproduzcan una serie de sonidos. Interactivo pero no como internet…interactivo-tangible. Lo mejor será que veáis el vídeo. ¿Os imagináis el futuro de una clases de música para niños con un instrumento de estas características?
Tras pasear por la inquietante instalación espirálica “After Kerouak” y reconocer un poco el terreno donde será nuestra charla, decidimos ir por fin a la batalla. Sónar es un festival en el que trabajan -según nuestro runner- más de 1000 personas. Aproximadamente unas 50 se encargan de tramitar las de los artistas. Nosotros venimos como artistas. Pero no lo somos. O depende del contexto. Bueno, mañana hablaremos de comunicación y educación.
El Sónar está dividido en 2 partes principalmente, una de noche y otra de día. La de día se lleva a cabo en un espacio multiusos creado entre el MACBA y el CCCB. Hay un total de 4 escenarios. A su vez hay varias exposiciones, algunos stands y muchas marcas que se dispersan por todo el espacio invadiéndola con objetos que hacen que además se festival esto sea…¡fiesta!
Dicen que lo que pega ahora es el human-beatbox. Pues era Beatmaster G. Un pavo con una boca capaz de generar todos los sonidos de un sintetizador, todos los scratches del más manido de los vinilos y las bases de los mejores ritmos hip-hop, rap y r&b. Y si encima lo acompañan dos b-boys que son capaces de dar volteretas sobre sí mismos o de aguantar el peso de su cuerpo sobre su mano durante varios minutos…¿qué hacer? Gritar.
Marina Yanagisawa, la primera de muchas de la selección japonesa en el Sónar. ¿Serialismo o Espectralismo? El debate está ahí en el Sónar Complex, cómo generar audio, grandes masas de audio desde un instrumento construido por ella misma. La verdad es que cuando empezó a cansar terminó, así que entre tanta sobresaturación agradecemos la propuesta.
Pete Philly & Perquisite y Jake, dos propuestas en los bordes de la música negra, el hip hop, el dub y todo eso que hace de la cultura urbana algo más que una moda. Jake pues la verdad es que nos pareció curioso y hasta cierto punto surrealista, pero nos quedamos con los holandeses, buena mezcla de instrumentos electrónicos y analógicos para hacer del hip-hop una forma de vida multifacética.
Shit&Shine consiguió hacernos entender porqué la música nació como emblema de las tribus. Durante más de media hora 5 baterías y 2 bajos experimentaron e investigaron las variaciones de una onda reproduciendo un mismo ritmo. ¿hacía falta tantas baterías? El resultado es un ritual inmersivo del que es imposible escapar. Lo extraño de esta propuesta musical es que aunque lleve la repetición al extremo… el hilo narrativo no desaparece, es abstracto sí, pero tiene algo.
Arbol&Onionlab, al margen de su propuesta visual, presenta su habitual repertorio meláncolico, buscando paisajes bucólicos y tratando de imaginar una realidad donde las miradas se convierten en notas.
Alva Noto y Ryuichi Sakamoto inauguraron el Sónar de noche en el solemne espacio del Auditori. Una propuesta musical a priori elegante y acorde con la grandeza del espacio. Sakamoto investiga las posibilidades sonoras de un piano de cola (pero sin llegar a ningún experimento extemporáneo). Y el piano se aumenta y crece cuando Alva Noto amplifica, reverbera y completa sus sonidos. El espacio escénico que ocupaban ambos quedaba completado por una pantalla de 9 metros de largo y 1 metro y medio de largo, más o menos. Un espacio visual muy interesante pero desgraciadamente desaprovechado por una propuesta visual excesivamente efectista y primitiva o eso nos parece, que no termina de convencer. Tampoco funcionó la estructura de concierto de rock, con pausa y aplauso en cada “tema”. Hubo momentos de conexión mágica que emocionaron al público lo suficiente como para que convencieran a los artistas de hacer hasta 4 bises. Y menos mal. Pero a pesar de esto, líricos, elegantes, sensibles…una buena manera de “empezar” el Sónar.
Y seguimos… (esta crónica se completa desde el escenario principal de Sonarama, donde hablamos en un rato)
tienen ustedes muchas suerte de tener un punto de vista tan cojonudo sobre todo esto. Que envida dáis.
Un abrazo y a disfrutarlo
chiu