Editor: Matteo Marangoni
Autores: Ewen Chardronnet, Evelina Domnitch & Dmitry Gelfand, Lars Kynde, Alessandro Ludovico, Jonathan Reus, Joel Ryan & Kristina Andersen, Dieter Vandoren, Anne Wellmer, Godfried-Willem Raes, Yolanda Uriz
iii editions with MER. Paper Kunsthalle (2014)
ISBN-10: 9491775677
ISBN-13: 978-9491775673
Lo nuevo, como me dijo un vez una amigo, es como llegar a una cala solitaria escapando de las playas atestadas de sombrillas. Es ese momento de alegría que se siente cuando encuentras, por fin, el dato que llevabas buscando durante días en una biblioteca. La cosa es que según dejamos de ser niños cada vez es más difícil tener esta sensación. Encontrarse con lo nuevo implica un esfuerzo a tiempo completo que unos llaman cultivar el gusto, otros llaman distinción y otros llamarán elitismo. Esa nimia epopeya nuestra de biblioteca, en busca de la playa del tesoro, es algo que se debe guardar en secreto, como los grandes descubrimientos de las novelas fantásticas.
Esto es lo que creo que intenta No patent pending,Self made performative media editada por Matteo Marangoni, colaborador habitual de la revista Neural que también colabora en este proyecto. Esta publicación de noviembre de 2014 consiste en una caja con 84 tarjetas que aglutinan 11 ensayos cortos sobre distintos aspectos del arte contemporáneo y los llamados nuevos medios, terminología que, esta vez, ha sido usada con toda justicia. Junto con estos ensayos encontramos una tarjeta con los créditos e instrucciones para una ordenación por permutaciones del contenido, lo que se presentó con este vídeo en el TETEM Kunstruimte, Enschede (Países Bajos) el 11 de noviembre de 2014.
Lo primero que tuve que hacer cuando me llegó esta impecable publicación fue ordenar los ensayos en un orden tradicional de lectura. Para ello debí guiarme por las distintas fuentes, formatos, numeraciones y justificaciones en los que Luc Derycke y Stijn Verdonk habían maquetado los contenidos. Una vez ordenados sobre el suelo de mi casa, pude empezar la lectura para comprobar que la caja cumplía la norma imprescindible, casi de libro de artista, según la cual fondo y forma deben ser inseparables.
Esta búsqueda y defensa de lo nuevo se da en No patent pending en distintos contextos. Para dejar algo a la sorpresa del lector, hablaré sólo de algunos ensayos que, o bien me han parecido especialmente interesantes, o bien me ayudan a cuadrar, sin ser muy torticero, este argumento de que la publicación busca y defiende lo nuevo.
Está el nuevo paradigma de los sentidos menores descrito por Yolanda Uriz, la nueva totalidad en la composición musical de Lars Kinde, el “Smart new world” de Kenneth Goldsmith en el texto de Alesandro Ludovico y la fabricación digital analizada historicoartísticamente por Ewen Chardronnet. Todo ello habla de una tendencia artística y de pensamiento que conserva sana y fuerte la idea moderna de vanguardia como una arte capaz de transformar el mundo, nuestra manera de entenderlo y de construir el entorno. ¿Es esto posible?
Es lícito preguntarse donde se desarrollan estas ideas y obras, en que contexto, que entorno aspiran a cambiar. Un análisis postcolonial o una crítica que se oponga a la capacidad emancipadora de la tecnología, podría argumentar que el entorno/contexto del que estos ensayos hablan sigue siendo euro-céntrico, pendiente y continuador de los planteamientos vanguardistas clásicos. No encontramos aquí tal ingenuidad, dado que el adjetivo nuevo para definir los medios pensados en este volumen, no viene tanto de lo avanzado en un sentido consumista/productivista, moderno, sino de la capacidad de establecer nuevos modos de pensar a partir de esa tecnología.
La tecnología, es bien sabido, no solamente es accesoria, sino que siempre fue nueva. El piano es tan tecnológico como el ordenador, como puede leerse en el texto de Lars Kinde, lo importante son los mundos posibles que nos permiten pensar un uso crítico de ambos. En este sentido el ejemplo analizado por Alessandro Ludovico es revelador, dado que habla de las estrategias de personas como Kenneth Goldsmith, Peter Sunde o Aaron Schwartz que, pervirtiendo el uso comercial de internet, consiguen nuevos modos de distribución de la información que van más allá de los modelos consumistas tradicionales demostrando que Internet no son sólo unas corporaciones estadounidenses.
También en este sentido “Approaching the deep sleep of the lower senses…” de Yolanda Uriz habla del nuevo paradigma estético y fenomenológico, que ya no es el inmediato del cuerpo ni el “descorporeizado” impuesto por el régimen capitalista (cine, internet), sino un tercero producido artística y culturalmente, un paradigma con el que definimos un “nuevo cuerpo en un nuevo mundo” por emplazamiento, esto es, por la interrelación entre el cuerpo, el pensamiento y el entorno.
Y por supuesto el texto sobre fabricación digital de Ewen Chardronnet, donde muy lejos de aplaudir la impresión en 3D como la revolución integral que han tratado de vendernos, habla de los problemas que implicaron los FabLabs del M.I.T. comparando estos hechos con las teorías de John Ruskin y el Arts & Crafts de finales del XIX en Reino Unido, todo lo cual demuestra que la novedad de la herramienta no traerá, jamás, la emancipación del trabajador.
Me dejo por desmigar la pieza de Evelina Domnitch y Dmitry Gelfand que no deja más que ganas de escucharla, el viaje a los archivos de Anne Wellmer en búsqueda de Dick Raaijmakers y muchas cosas más. Esta búsqueda de lo nuevo, decíamos, tiene que ver con la fantasía, con los mundos aún inexplorados de lo imaginario, los de Munchausen o los de Don Quijote, del que habla Matteo Marangoni en su introducción. Lo dejo así, entonces, para que quede algo a las conclusiones de cada lector, para que cada cual encuentre sus propias calas en esta caja de tarjetas.
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