Cuando hace cuatro años, cuando Santiago Sierra rechazó el premio nacional de las artes, todo el mundo hablaba de hipocresía y cinismo. Ahora, Jordi Savall ha demostrado que estos rechazos no sólo tienen que ver con polemistas.
También demuestra que para rechazar este tipo de cosas, hay que haber conseguido antes cierta base, desde donde poder defender que otros la alcancen. En cualquier caso, Música antigua le dedica un programa al músico en RNE, y esto está muy bien.
La ignorancia y la amnesia son el fin de toda civilización, ya que sin educación no hay arte y sin memoria no hay justicia. No podemos permitir que la ignorancia y la falta de conciencia del valor de la cultura de los responsables de las más altas instancias del gobierno de España, erosionen impunemente el arduo trabajo de tantos músicos, actores, bailarines, cineastas, escritores y artistas plásticos que detentan el verdadero estandarte de la Cultura y que no merecen sin duda alguna el trato que padecen, pues son los verdaderos protagonistas de la identidad cultural de este país.
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