Bill Viola: El sonido es la única entidad que es como los ángeles del mundo antiguo, que podían comunicarse con los dioses y bajar a la tierra, es decir, podían cruzar entre el mundo no físico y el mundo físico. El sonido es el elemento que pasa entre una cosa y otra.
En realidad, aunque todo el mundo piense: «Vale, eres un videoartista famoso, así que la imagen es lo más importante», eso no es verdad. Para mí, lo importante es la combinación de imagen y sonido. Incluso mis piezas mudas tienen una especie de sonido, porque puedes sentir su movimiento y entender que es una especie de cuerda.
Entrevistador: ¿Cómo descubres qué sonido encaja con la imagen?
Bill Viola: Es una gran pregunta que nadie me ha hecho nunca. Cuando era muy pequeño, vivía en Nueva York y recuerdo una de las últimas veces que vi a mi abuelo, debía ser 1962 o 1963, más o menos. Vino a vernos desde Florida, porque mi tía y mi abuelo, por parte de mi madre, vivían allí. El caso es que mi abuelo vino de visita y entró en mi habitación. Era una persona muy creativa, creo que heredé gran parte de mi creatividad de él, era un personaje un poco loco, lo cual era maravilloso para un niño.
Cuando entró en mi habitación, empezamos a fijarnos en cosas. No era todavía verano, pero era a principios de primavera y estábamos hablando y de repente me dijo:
—Para, ¿qué es eso?
—¿El qué? —le contesté.
—Ese sonido.
—¿Qué sonido?
Me acerqué a la ventana, pensando que iba a escuchar un camión de bomberos o algo así, y me dijo:
—Escucha el sonido.
Y por primera vez escuché el sonido. El sonido de los coches, de la gente, de los árboles moviéndose. Todo lo que se mueve emite sonido, así que en el mundo hay siempre una especie de ruido de fondo. Uno de los casos más obvios es cuando estás cerca del océano, ahí se oye de manera muy clara. En nuestro día a día no somos conscientes de ello, y no estoy hablando de un coche que pasa a toda velocidad, es algo que está ahí siempre. Si sacas la cabeza por la ventana en plena noche, escuchas un sssshhhh, un sonido constante que absorbe todos los demás sonidos. Mi abuelo fue quien me enseñó eso. Me mostró algo que es invisible y no me olvidé de ello jamás. Empecé a ser muy consciente de esa especie… No sé cómo llamarlo… Un undersound que existe constantemente.
Si parásemos esta grabación ahora mismo, apagásemos todo el equipo y pidiésemos a toda la gente que hay en el edificio que estuviese completamente en silencio, y nos sentásemos aquí e intentásemos respirar despacio, etc. Si fuese medianoche, o la una de la madrugada, y no hubiese casi coches en la calle, después de un rato, como explicaba John Cage cuando entró en la cámara anecoica, o David Tudor haciendo 4’33” de silencio, que tiene mucho que ver con el budismo zen, escucharíamos un sonido, un tono, compuesto por las frecuencias de los sonidos sutiles que rebotan contra las paredes.
Además, a medida que fui creciendo, empecé a ser consciente de otra cosa, sobre todo cuando empecé a estudiar estos temas en el instituto y en la universidad. Me interesé mucho por esa especie de undersound y fue como una especie de guía. Entonces era algo de lo que no era consciente, aunque sí lo sabía inconscientemente, y una vez estaba con un amigo, enseñándole cómo editaba, y me preguntó cómo sabía cuándo cortar.
En aquella época, muchas de mis piezas eran paisajes, colocaba la cámara e iba grabando durante mucho tiempo, sin moverla, y luego de repente cortaba. Así que mi amigo se preguntaba cómo sabía cuánto rato debía durar el plano, ¿cinco segundos? ¿Cuánto? Le contesté que lo sabía porque escuchaba tonos. Ni siquiera pensé en lo que estaba contestando, porque siempre escucho tonos. Y esos tonos eran como daa mmm mmm, no eran cosas audibles, pero yo los escuchaba en la cabeza y era lo que me guiaba. ¿Cuánto tiempo tiene que durar este plano? Es un plano largo sencillo, la cámara no se mueve. ¿Cuánto lo aguanto? ¿Cinco segundos?¿Diez? ¿Veinte? Los tonos, esa música invisible, era lo que me guiaba para hacer los cortes.
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