Literalmente, ‘mistpouffer’ podría traducirse como ‘puf entre la bruma’. Se trata de un término que se refiere a un tipo de sonido muy concreto, de origen indeterminado, que suena similar a un disparo de cañón y solo se escucha en cierto tipo de parajes neblinosos cercanos al mar o a ríos. Este efecto acústico recibe otros nombres, como ‘pistolas de Barisal’, ‘retumbos’, ‘pistolas de niebla’ o ‘pistolas de Seneca’. Barisal (una región de Bangladés) y Seneca (un lago del estado de Nueva York) son dos de los lugares donde se ha documentado la existencia de este efecto.
El origen de estos sonidos es un misterio, no suenan como ningún fenómeno natural conocido, no se trata de sonidos de truenos o generados por las corrientes del océano, lo más parecido es un cañonazo de artillería pesada, no de un arma relativamente pequeña, como un obús.
No existe ninguna explicación científica para este fenómeno. Los nativos de Barisal lo adjudican a los espíritus, y los indios iroqueses de Norteamérica al Gran Espíritu que continua dado forma a la Tierra. Algunas de las hipótesis que se barajan es que se trate de meteoritos entrando en la atmósfera, escapes de gases volátiles, terremotos, truenos en la alta atmósfera, resonancias magnéticas solares o incluso armas o aviones a reacción —aunque en general se cree que es un fenómeno de origen natural. No obstante, muchos de los casos documentados, algunos de ellos ya del siglo XIX, no entran en ninguna de estas posibilidades.
El mistpouffer no es el único sonido de origen enigmático. Para más misterios del mundo sonoro, aquí está la lista de sonidos inexplicables de la Wikipedia.
Esto me recuerda a un sonido grabado por el centro de investigación de AWI que está en el Antártida y que Lars Kindermann presentó en la conferencia que dio en Barcelona dentro del Festival de Hydrophonia. La fuente de este sonido se cree que es de un animal. Se puede escuchar aquí:
http://www.awi.de/fileadmin/user_upload/News/Feature_Stories/PALAOA/icesounds/mystic_sounds.swf
Es fascinante… y hermoso.
tela con lo de Lars Kindermann,…