Este año la sección SonarMàtica del Festival Internacional de Música Avanzada y Arte Multimedia de Barcelona —o lo que es lo mismo, el Sónar—, se centra en eso del ‘háztelo tú mismo’ aplicado a la creación de instrumentos musicales. Bueno, o al menos eso es lo que se promete… Pero mejor empecemos por el principio.
En esta edición del festival se ha prescindido del espacio del CASM, ahora reconvertido en Arts Santa Mònica por obra y gracia de la Generalitat no se sabe muy bien cómo ni por qué. El caso es que se había dicho que la eliminación de esa parte dedicada especialmente a las artes digitales tenía que ver con el cambio de orientación del espacio en cuestión, pero después de haber visto algunos reajustes que han tenido lugar en la edición del Sónar de este año a mí me da la impresión de que detrás del asunto hay más bien una intención de no gastar mucho, recortando la sección que probablemente daba menos beneficios.
Se ha eliminado también el SonarCinema, así que de la programación más centrada en las nuevas tecnologías y el vídeo sólo queda la exposición del primer piso del CCCB. Para empeorar más el asunto, este año parece más reducida que nunca, y más de la mitad del espacio está dedicado a la Reactable y varios de sus derivados.
Bajo la excusa de mostrar qué están haciendo los llamados medialabs, nos ofrecen una muestra en la que la mayoría de los presentes son colectivos y escuelas de esta ciudad. No es que tenga nada contra ellos, pero la verdad, ver una demostración de la Reactable por enésima vez… De hecho, a medio paseo por la sala empiezas a pensar si no te habrás confundido y estarás en el stand de una feria pagado por la Universitat Pompeu Fabra. Lo único de esta institución no basado en la onmipresente maquinita es una instalación titulada WeAreWaves.
Los otros dos centros presentes son el Medialab-Prado y el Istituto Europeo di Design, con una instalación por cabeza. Vamos, que tampoco es que la oferta sea muy variada, sin olvidar que ninguno de los ejemplos es un ‘instrumento de producción sonora’, que es lo prometido. Más bien se trata de investigaciones enfocadas al campo de las interfaces interactivas.
En realidad, lo único que realmente tiene el sonido como base de todo lo presente son las tres piezas de Yuri Suzuki, en el vídeo inferior.
Por otro lado, tenemos a dos colectivos instalados en esta ciudad: Institut FATIMA, que tocan en Barcelona casi todos los fines de semana… y Telenoika, que ofrecen una especie de campanas tubulares automáticas y una serie de cacharros varios que están apilados sobre una mesa sin mucho sentido, al menos según mi entendimiento.
En una sala aparte está Metamembrana de Marcel·lí Antúnez, que tampoco creo que debería ser el tipo de piezas por las que debería apostar el Sónar, que cada año parece más interesado en atraer a quien sea y menos en ofrecer cosas realmente ‘avanzadas’.
Para rematar, y como suele pasar en estos casos, todo está prácticamente pegado, así que es imposible escuchar una cosa sin tener de fondo el sonido de cuatro o cinco más…
Al final de la exposición, tuve la sensación de que es la más pobre de todas las vistas en el Sónar durante todos estos años. No es que hubiese nada espantoso ni vergonzoso, pero tampoco puedo decir que sea una cita ineludible.
Lejos de la sede principal, se pueden encontrar algunas actividades en Hangar y Niu. Ayer por la tarde me acerqué hasta Hangar y lo único que se puede hacer es ver a alguna que otra persona trabajando en sus cosas, así que no recomiendo a nadie hacer semejante viaje al otro extremo de la ciudad. En el Niu se pueden ver varias instalaciones interactivas, la de ayer era un secuenciador de Julio Lucio proyectado en el suelo que funciona según los movimientos de quien ande por allí paseándose. El caso es que sólo se nota que eres tú quien está disparando los sonidos si hay una o dos personas moviéndose, a la que hay más parece que sea totalmente automático. No dudo del interés técnico y lúdico de este tipo de piezas, pero espero que el futuro del ‘arte electrónico’, signifique lo que signifique ese término, vaya hacia algo más conceptual y reflexivo, o al menos sobrecogedor en un sentido puramente físico.
Se agradece esta visión crítica. Un saludo blanca!
yo no esperaba ni más ni menos. Para pasar calor a la playa! el tiempo pone en su sitio las cosas, siempre
abrazo blanca
¡Un texto conciso, documentado y muy oportuno, muchas gracias!
damn! this is one accurate, intelligent and honest review of the show. congratulations for this excellent post.
No mucho más que añadir a los comentarios, agradezco también un artículo como este.
De acuerdo en casi todo, aunque la instalación Metamembrana de Marcelí Antúnez estaba en el CCCB antes del Sónar y para el festival la dejaron abierta. No forma parte de la programación del Sónar.
Metamembrana de Marcelí Antúnez se presentó en el CCCB a principios de año, pero estuvo menos de un mes. La volvieron a instalar para el festival y formaba parte de la programación. De hecho, yo pasé por la exposición el jueves a primera hora y todavía estaban por allí los técnicos con Antúnez acabando de ajustarlo todo.
Totalmente deacuerdo.
En efecto daba la sensación de que habían colocado todo aquello en algún hueco que les sobraba.
Gran post!