“Hay sencillamente demasiado que pensar” titulaba Saul Bellow uno de sus artículos publicado en un volumen paradójicamente titulado Todo cuenta. Y demasiado que leer, tanto que puede que uno nunca llegue a leer dicho artículo a cuyo título conoció gracias a un suplemento cultural (esos cómodos sucedáneos de la lectura). Pero si algo sufre de hípersaturación en nuestro mundo es la imagen: sencillamente, hay demasiado que ver, y el acto de mirar se ha vuelto cada vez menos inocente toda vez que las imágenes se han convertido en “formas que piensan” (Godard) que “miran a los que las miran” (Marker). Ante tal frondosidad, corremos el peligro de las ramas no nos dejen ver el bosque y se vuelve imprescindible podar con tiento las ramas que más nos interesan, sí, podar justo esas, las que podrán germinar en nuevas imágenes nuevas. Es una labor que el espectador comparte con aquellos cineastas que entienden su ejercicio como búsqueda y no como una reproducción especular de fórmulas. Estos “nuevos cineastas nuevos” fueron denominados una vez como francotiradores pero, como dice un amigo de esta revista, los francotiradores han muerto, ahora se necesitan kamikazes. Uno de ellos es Tsai Ming-Liang.
DOSIER TREN DE SOMBRAS
Photoespaña programa un ciclo sobre Tsai Ming-liang durante Junio y Julio en la Filmoteca Española .
Tsai Ming Lian es una de las cosas más honestas que le pueden pasar a la humanidad, y una suerte para los cinéfilos/as que ya no son adolescentes. Si es un kamikaze, es un kamikaze que nos llevará a todos por delante__________