Hace unos días que se clausuró OFF SCREEN: Spatial Soundings and Silent Musicalities, exposición alojada en Montevideo, un centro muy activo en el campo de los media arts situado en Amsterdam (Holanda).
La exposición trata sobre la discrepancia entre lo visual y lo sonoro y muestra trabajos que se aproximan de forma muy diferente a esta «dualidad», y exploran cuestiones como las nociones de tiempo, espacio y de lugar, y cómo las percibimos según lo que vemos y escuchamos.
Trabajos como la película Prelude, de Michael Snow o el video Mixed Reviews, de Christian Marclay (al que se le dedica otra exposición en Salamanca estos días), reflexionan de manera distinta sobre la percepción audiovisual conjunta y la sincronía. Marclay también participa con Record Players, video que documenta uno de sus primeros trababjos en los ochenta, con un grupo de performers «tocando» vinilos con las manos y finalmente rompiendolos y pisándolos. La Camera, de Rä di Martino, es un video que trata sobre el cine y la televisión como mediadores y proveedores de realidades, sueños e ilusiones. Otro video más, titulado Battles under the sea of ice, de Karen Russo, se centra en el lenguaje y la palabra como mediadores entre nuestro yo y el mundo exterior. Con 7AM, de Imogen Stidworthy, nos sumergimos a través de un montaje en video y un sistema surround 5.1 en el ritmo de la actividad social que tienen lugar en un parque en Beijing donde cada mañana se reunen decenas de personas para realizar sus ejercicios matutinos.
Otros trabajos incluidos se centran de alguna manera más en lo sonoro, como el proyecto Sundial, de Justin Bennett, que analiza el ritmo de diversas ciudades, condensando la grabación de su paisaje sonoro durante 24horas en piezas de 10-12 minutos. Las piezas se escuchan en auriculares y en una pantalla podemos leer en que ciudad nos encontramos y un reloj que marca el paso del tiempo a medida que discurren las piezas sonoras.
La obra de mayor duración y en cierto sentido más espectacular por lo inmersivo de su presentación, es Aion, de Jacob Kirkegaard (que pronto actuará en Sonikas, en Madrid). Este trabajo esta basado en las grabaciones que el artista realizó en la zona de exclusión alrededor de la central nuclear de Chernobyl, en Ucrania, y muestra cuatro espacios a través de su sonido (basándose en un proceso similar al seguido por Alvin Lucier en la obra I am sitting in a room) y su imagen (con una plano fijo de cada lugar alterado lenta y progresivamente), haciendo audibles y visibles, metafóricamente, los efectos de la radiación en estos espacios durante los 50 minutos en que discurre la instalación audiovisual en que se presenta. En la exposición hay dos trabajos más que también tratan de hacer audible lo inaudible con el uso de la tecnología. Se trata de Transparent Structures y Headphone, ambos de Mark Bain, que ofrecen a los visitantes el sonido del exterior del edificio (mediante microfonos que captan la vibración de las ventanas), y de la corriente electrica del mismo (que puede ser escuchada con auriculares en varios puntos de la exposición).
Janet Cardiff y George Bures Miller participan con una obra llamada Hill Climbing, que consiste en un loop de 45seg que ofrece la visión subjetiva de la subida a una montaña, con una grabación binaural del audio correspondiente. Esta pieza me dejó un tanto indiferente, sobre todo conociendo algunos otros trabajos de esta pareja, mucho más complejos y potentes (como los incluidos en la gran exposición que se les dedicó en el MACBA de Barcelona el pasado año).
Sobre la percepción del espacio físico y mental trata también I-You-Later-There, de Ann Lislegaard, que consiste en una instalación compuesta por un objeto (una gran plancha de madera apoyada en la pared) y el uso de luz y sonido. La banda sonora contiene sonidos y descripciones cotidianas que se mezclan y repiten en capas, y el dispositivo de luz se activa mediante un órgano de colores que modifica la intensidad de la luz en función de las frecuencias del sonido.
La única pieza «interactiva» incluida en la exhibición, fue A simulation of a reconstruction by remote means, también del ya mencionado Mark Bein, que consistía en una replica (falsa, por supuesto) de una bomba de las que activan su detonación por vía telefónica. En la propia bomba y en emails que se hicieron circular durante la exposición, figuraba un número detonador del sonido de una explosión al ser marcado. Esta explosión se correspondía exactamente a una detonación producida en los cuarteles de la ONU en Bagdad y que fue muy conocida en los medios por efectuarse mientras se encontraban emitiendo una rueda de prensa, por lo cuál el sonido fue grabado.
Por último, citar dos instalaciones basadas también en objetos, esta vez no interactivos. Una de ellas compuesta por grandes esculturas de micrófonos con su pie, hechos de tela y otros materiales, de Antonietta Peeters. Y Pour des dents d´un blanc éclatant et saines, de Jeroen Diepenmaat, en la que pájaros disecados «interactúan» con ocho giradiscos, con su pico a modo de aguja, representando metafóricamente la reproducción de vinilos de grabaciones ornitológicas.
[photoset en flickr con algunas imágenes recogidas en la exposición]
[fragmento de video de la instalación AION, de Jacob Kirkegaard]
[video de la instalación de los pájaros de Jeroen Diepenmaat]
[fragmento de video de I-You-Later-There, de Ann Lislengaard]
buenísimo el teletipo
abrazo
;)
thank U socio!
+++abraZOS desde DEN JÁ!!