En una isla volcánica e imaginaria, bajo un abrasador sol tropical, alrededor de cien hombres encadenados, los Indomables, «erguidos como erizos con sus puntas», desnudos y ceñidos con collares de hierro, atados, yacen en una fosa vigilados por unos carceleros negros con bozales. Los Indomables más importantes son: Mirmofim el cirujano, Curguss el cura, Kurotoplac el maestro de escuela, Kizmicá… y los carceleros son: Mazzapá y Vokur. Ferocidad, sangre, violencia son los atributos de estos hombres-fieras. Con el atardecer su furia bestial se apacigua: los negros los liberan y a éstos los Cartáceos, señores de la isla, les quitan el bozal. Llegan al Lago de la Poesía y del Sentimiento, donde los Indomables y sus carceleros se bañan, purificándose. Continúan el camino y alcanzan la Ciudad, donde hierve la rebelión de los Fluviales que se oponen a los Cartáceos, sus dominadores. Y ahí comienza una aventura visionaria de imágenes sorprendentes atravesadas de parte a parte por potentes señales de vanguardia, mezclando pureza e ingenuidad, pasión, poesía, simbolismo y proyección hacia el futuro, hacia una sociedad nueva y soñadora pero en permanente conflicto.
Filippo Tommaso Marinetti publicó Los Indomables en 1922 y hasta ahora no se había traducido al castellano.
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