Christian Marclay. Composiciones
12 abr. al 24 sep. 2019
MACBA, Barcelona
Esta exposición ?la primera en más de una década que se dedica en España al artista suizo-americano Christian Marclay (n.1955), actualmente establecido en Londres? presentará una selección de obras centrada en sus composiciones sónicas, desde partituras gráficas hasta videoinstalaciones. Marclay es autor de un amplio corpus que explora la relación entre sonido y visión, en especial las múltiples formas en que el sonido puede manifestarse visualmente. Como ha señalado el propio artista, «la música atraviesa casi todo lo que hago.»
La exposición examinará la obra de Marclay a través de su dedicación a la composición, entendida como un ordenamiento de sonidos en el tiempo y el espacio, pero también como composición visual. Cada una de las obras expuestas es un ejemplo del modo en que Marclay aborda la creación de una composición, y de cómo eso se relaciona con otros aspectos de su trabajo como el uso de las técnicas de apropiación y montaje, además de su compromiso con la performance y su tendencia a buscar la participación y colaboración del público.
Comisariada por: Tanya Barson (conservadora jefe, MACBA)
Aunque la producción de Marclay incluye vídeo, escultura, grabación sonora y performance, así como obras textuales, partituras musicales, collages y obra gráfica, esta exposición presentará una serie de sus instalaciones audiovisuales más recientes, junto con una selección de piezas más tempranas. Entre las grandes obras en vídeo que podrán verse, destaca la extraordinaria Video Quartet (2002), composición audiovisual en cuatro pantallas realizada a partir de fragmentos de películas, y la instalación inmersiva Surround Sounds (2014-2015), que constituye quizá el clímax de su investigación sobre la onomatopeya. También cabe mencionar varias partituras gráficas, como la proyección de diapositivas Zoom Zoom (2007-2015) y Manga Scroll (2010), una partitura vocal enrollada de 20 metros de longitud, así como la instalación interactiva Chalkboard (2010), que invita al público a escribir en una pizarra con un pentagrama a escala arquitectónica, partitura que luego es interpretada por músicos en una serie de conciertos organizados durante la exposición.
La exposición aborda la vertiente compositiva de Marclay a través de sus vínculos con la cultura popular y los medios de comunicación de masas, así como la exploración que realiza de las tecnologías tradicionales y digitales y sus cualidades materiales. En este sentido, la muestra se centrará en la manera de componer del artista, que hace un uso interdisciplinario de la apropiación, el montaje, el remixing y la improvisación, prácticas que en sí mismas exceden los límites entre lo experimental y lo popular.
Por una parte, la obra de Marclay puede situarse en relación con la vanguardia y las tradiciones experimentales a través de los legados estéticos del dadaísmo, Marcel Duchamp, Jean Tinguely, John Cage, Fluxus y el happening; y por otra, se vincula a la cultura popular a través de su implicación en manifestaciones como el punk rock, los cómics, los fanzines, el cine y distintos aspectos de las subculturas underground. Aunque Marclay se ha interesado por algunas figuras relevantes de las vanguardias históricas como Edvard Munch o Duchamp, también ha entablado un diálogo con artistas contemporáneos de los distintos ámbitos por los que discurre su obra, como el director de cine Bruce Conner, la artista de performance Laurie Anderson y el músico John Zorn, así como la banda Sonic Youth, entre muchos otros. Al principio de su carrera trabajó en el campo de la performance experimental, donde tuvo un papel destacado en el desarrollo del turntablismo (el uso de mesas de discos o platos giradiscos para crear composiciones, especialmente a partir de mezclas y manipulación del sonido) y su relación con la plunderfonía (que indica el potencial compositivo del collage y/o sampling sonoro); Marclay llegó a ser un destacado practicante de ambos.
El hecho de que la exposición se presente en el MACBA de Barcelona es significativo también porque la ciudad tiene fuertes vínculos con el mundo de la música experimental. El propio Marclay conoce bien Barcelona por sus experiencias en la escena musical, y este paisaje musical también se reflejará en la exposición a través de un programa de performances.
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