Este es uno de los vídeos que más me inquietan en youtube. Una ballena beluga baila la música que interpretan tres mariachis. Por cierto, a la beluga se la llama «el canario del mar» por sus bellos cantos.
La traigo porque llevo un día dándole vueltas a la imagen de ayer del ataque con armas químicas en Siria y del consecuente bombardeo de Estados Unidos a la misma zona esta mañana (horas no-locales). Estaba dándole vueltas a cómo, en esa cosa llamada muro de facebook, se «compartía» el vídeo debido a la responsabilidad de sus usuarios dado que: «el mundo tiene que ver lo que los medios nos ocultan». No era muy complejo darse cuenta de la estrategia siguiendo por encima las noticias: a medio día ya se anunciaban las primeras declaraciones de rusos y «yankees» y a la mañana comenzaba el bombardeo norteamericano. Miles de personas ayudaron ayer a difundir la justificación «ética» del bombardeo, porque la manipulación no requiere de la fabricación de imágenes ni el ocultamente de los hechos.
Lo curioso es que las imágenes se difunden el día en que se abría al público una exposición sobre el Guernica de Picasso, una exposición que, por lo visto (y nunca mejor dicho), analiza cómo se conforma la idea de terror que explota en el mural del 37, un objeto, el dichoso cuadro, que ha recalado tantos significados que puede contar dos historias en paralelo sobre un mismo hecho sin que ninguna de las dos deje de ser cierta.
El vídeo de la beluga en el acuario de Mystic en Oregon U.S.A. es un poco esto. La música es melancólica, los movimientos del cetáceo bellísimos y la expresión de sorpresa de los mariachis es, en cierta medida, esperanzadora. Viendo sin más este vídeo se podría recuperar cierta fe en la especie humana en lugar de desear su pronta extinción. Si no fuera por dos detalles. El primero es el muro de cristal, que no se ve, claro, pero que contiene a la beluga encerrada en un tanque. La segunda es el hecho de que la ballena, pese a poder escuchar la música, no baila, sino que imita los movimientos del guitarrista dado que ha sido entrenada para esto por sus «cuidadores».