«Color» es un término que se utiliza desde hace mucho tiempo para describir el tono y la atmósfera de la música, quizá porque algunas personas asocian ciertos acordes a ciertos colores. Esta es, indudablemente, una peculiaridad personal, porque no toda la gente relaciona la misma música con los mismos colores. No obstante, se ha descubierto un medio científico para convertir la música en luz, consiguiendo que los programas de la radio resulten tan atractivos para la vista (incluso sin televisión) como para el oído. Este nuevo invento, el Tele-color, se diferencia de órganos de color anteriores, como el Clavilux, en que sus acciones son automáticas.
El versátil tubo de tiratrón es lo que se utiliza para este propósito: en la parte izquierda de la imagen, vemos un banco de ocho de esas válvulas que controlan el mismo número de luces, las cuales se proyectan sobre una pared o pantalla, donde se integran a través del uso de cubiertas giratorias. Cuando suenan ciertos tonos, o grupos de tonos, en la música, un filtro eléctrico los separa y los transmite a un tiratrón, que emite corriente a las bombillas del color que tiene asignado. Si se escucha un estallido de notas graves emocionantes, como las de un tambor, el filtro las transmite a la válvula de tiratrón correspondiente, provocando que brillen las bombillas rojas. De ese modo, los azules y verdes fríos desaparecen bajo los matices palpitantes del rojo carmesí. A medida que la música se calma, el rojo se desvanece y toman su lugar colores más fríos.
La gama de colores asignada se basa en estas asociaciones: rojo, emocionante; amarillo, alegre; verde, tranquilo; azul, frío; violeta, melancólico; y morado, majestuoso.
Publicado en Science And Mechanics en noviembre de 1931, podéis encontrar las páginas originales de la revista en Modern Mechanix.
Leave a Reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.