No tengo ni idea de dónde saqué Vibrations A.K.A. Cyberstorm, una película que llevaba dos años criando telarañas en mi disco duro porque tenía pinta de ser tan mala que nunca me animaba a verla. Pues bien, resulta que es (probablemente) la película más ridícula que se haya hecho jamás sobre música electrónica, tanto que no se puede explicar, hay que verla.
Pero vayamos por partes, empecemos por el argumento. Mediados de los 90, TJ, un músico de rock que toca la guitarra y el teclado ve cómo surge la primera gran oportunidad para su grupo. Durante la tarde de la gran ocasión, se va a tirarse a su novia y se queda dormido en la cama. Cuando se despierta es ya de noche y llega súper tarde, así que sale en coche a toda velocidad por la carretera comarcal, donde unos paletos borrachos se pican con él y terminan excediéndose hasta tal punto que TJ acaba medio muerto y le tienen que amputar las dos manos (los culpables son el sexo y el alcohol, eh, tomad nota).
Como quedarse sin manos es lo peor que le puede pasar a un guitarrista/teclista, TJ se hunde en una espiral de depresión e indolencia que lo lleva a terminar como indigente alcohólico. Una tarde, se mete a dormir en un almacén abandonado y se despierta en medio de una rave. Una chica muy mona llamada Anamika que vende camisetas cyber se queda prendada de él, y a los cinco minutos él la salva de ser violada por unos señores, así que como agradecimiento ella se lo lleva a su casa.
Casualmente, los vecinos de Anamika son un músico electrónico, un ingeniero informático y una escultora que trabaja con metal. Después de salvar a TJ del alcohol, este empieza a sentirse atraído por la música electrónica (solo porque no tiene manos y no puede hacer música «de verdad», claro, ¿por qué otra razón iba a interesarse alguien por el techno?). Total, que le construyen unas manos cibernéticas para que toque y le hacen un traje de Terminator y se convierte en una estrella de las raves.
Cuando al final de la película TJ vuelve a su pueblo para actuar, la historia da un giro inesperado: los paletos que lo dejaron sin manos son los seguratas de la rave. TJ los deja encerrados en un sótano e intenta matarlos con un ultrasonido de su altavoz mientras está en el escenario tocando… Pero ve a su padre (que es un policía muy comprensivo) y a Anamika, quien ahora es su novia, entre el público y el amor que siente por ellos hace que decida detener su plan de asesinato sonoro.
La trama es un despropósito melodramático a medio camino entre El fantasma del paraíso y Suburbia, y es todo tan hortera y moralista que parece que la película sea de al menos 10 años antes. En las raves nadie bebe ni toma drogas, la banda sonora parece de un drama de adolescentes de los ochenta, y la mayoría de actores tienen un nivel interpretativo de función de teatro de la parroquia.
Si la película fuera del año 85, le vería casi algún sentido, porque bebe un poco de cierto tipo de cine punk ochentero, como la ya mencionada Suburbia o Repo Man, pero, ¿1996? Que una película que tira de la estética techno-cyber a esas alturas (post Tetsuo, Johnny Mnemonic, etc.) sea tan rematadamente cursi y aleccionadora no hay quien lo entienda.
En cualquier caso, es todo tan surrealista y demagógico que ya estáis tardando en verla… No sé si es fácil de encontrar, circula algún torrent por ahí que no tiene casi nadie, y subtítulos creo que no hay.
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