Ayer me encontré en The Guardian con un artículo titulado «Broken Record Syndrome: my life with chronic earworm» que habla sobre gusanos auditivos que se convierten en crónicos.

Jack Pudwell explica que sufre de una versión amplificada de este desorden que hace que se repita en su cabeza la misma melodía desde que se levanta hasta que se acuesta. No se trata siempre de la misma melodía, de vez en cuando, una canción es reemplazada por otra en un círculo vicioso que no tiene fin.

Pudwell sospecha que su problema tiene que ver con un trastorno de ansiedad que sufrió hace unos meses, pero como yo explicaba en «Gusanos, virus, parásitos y espectros», lo cierto es que nadie tiene muy claro por qué surgen estos gusanos ni cómo deshacerse de ellos.