Una infografía difundida la semana pasada nos muestra la evolución de los dispositivos para la reproducción sonora, desde el fonógrafo de Edison (que permitía reproducir canciones de 4 minutos de duración) hasta el iPad y sus miles de canciones de bolsillo. Cada uno de estos medios venía acompañado por un modelo de negocios que marcó el mercado musical en cada período. Pero no sólo: también los formatos artísticos debieron adaptarse a cada medio. Veamos algunas de estas (co)evoluciones.
En la época de Edison el negocio era vender canciones. El dispositivo no permitía reproducir más allá de una canción por vez (registradas primero en cilindros -fonógrafo- y luego en los primeros discos de pasta -gramófono-). Debemos destacar que la aparición de estos “new media” rompió con la industria de las partituras impresas, el sector que dominaba el mercado musical en el siglo XIX. No quiero imaginar las cosas que habrán dicho los impresores de partituras de frente a la amenaza de los fonógrafos…
Texto completo: «Evoluciones mediáticas: El medio, el mensaje y la música», Carlos A. Scolari.
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