Hace un tiempo que posteamos aquí una entrevista publicada en 2013 a modo de artículo en el número 181 de la revista italiana Blow Up y que después John Grzinich ha publicado en su web [pdf]. Aquel artículo / entrevista tenía por título «The third soundscape», un título homónimo adapatado que hace referencia al artículo firmado por Gilles Clément (responsable del célebre Jardín Planetario) y que fue publicado en la serie mínima de la Editorial Gustavo Gili (la misma que publicó el ya clásico «Walkscapes. El andar como práctica estética» [pdf]).
Se pueden extraer algunas palabras recogidas en el artículo / entrevista «The Third Soundscape» que nos hablaban de un mundo paralelo, cercano y al mismo tiempo misterioso, entre los que se encuentran los espacios abandonados, como bien dice John, son hoy una estética muy recurrida:
The use of ruins and abandoned places has become part of mainstream aesthetics. You can see this in many films, music videos and commercials, and the obsession with post-apocalyptic scenarios, but you’re correct in this being accepted through our visually dominant culture. One could call it a paradox of the senses. As I already explained, the silence that one can hear in many abandoned places reflects the lack of life and even death of cultures that once existed from ancient ruins to industrial heritage. This can be disturbing or unsettling for some people, making our sense of hearing more difficult to deal with (an hence abuse). But the imbalance of visual and auditory culture applies to a much wider set of scenarios.
Sea como sea, los artistas sonoros se hicieron eco de las reflexiones y pensamientos que Gilles nos dejó en su libro (a continuación disponible) titulado «El tercer paisaje».
Seguiremos pues nosotros haciéndonos eco del eco de estos artistas. En este caso, Luca Rullo, de quien hemos hablado en mediateletipos en algunas ocasiones. Cabe destacar su proyecto de colaboración, POST-PAISAJE, junto a Miguel Ayesa y que fue realizado bajo el marco de la Convocatoria de la Sala de Arte Joven (Barcelona).
Ahora, Luca en su blog ha publicado este post titulado Límites del control humano haciendo referencia a ese tercer paisaje (sonoro o no). Este post, con ocho estupendas grabaciones, nos habla de Gilles, de su manifiesto, del tercer paisaje y sobretodo, nos deja escuchar o nos propone una escucha en esos terceros paisajes.
Gilles Clement, en su manifiesto del tercer paisaje, realiza un ejercicio de representación de los límites del territorio entre los dominios de lo natural y lo administrado, con el objetivo de poner en duda su absoluto y generar su discusión. El resultado, una visualización de la existencia de fronteras temporales y en constante cambio, donde ese dominio no es absoluto y, a la vez, otorga una propiedad temporal a la construcción de ambos espacios.
Tenéis aquí un conjunto de grabaciones realizadas en posibles lugares donde esa propiedad refuerza los dominios en lucha: gasolineras abandonadas, lugar de acogida de las prostitutas durante la estación invernal; caminos límites de las zonas de tiro militar, donde solo el viento puede circular libremente; ruinas de antiguos caseríos, asaltadas actualmente por las tormentas de otoño; viejos caminos que hacían de paso para el ganado, convertidos ahora en desguaces de máquinas agrarias; discotecas cerradas en las carreteras mediterráneas, convertidas en nidos para las aves migratorias; solares abandonados en los margenes del Delta del Ebro, ensordecidos por los silos de la industria del monocultivo de arroz; o ruinas de pueblos rurales olvidados en la frontera portuguesa, donde anteriormente hubo actividad humana y ahora solo las ranas cantan en primavera en su rito de apareamiento.
Certera la propuesta de Luca.
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