¿Por qué no enmascarar el sonido que origina el tráfico en una avenida con el que genera el agua de las fuentes? ¿Por qué no diseñar el retranqueo de nuevos edificios en construcción de una manera tal que rebote el sonido y no moleste? ¿Por qué no hacer más armónicos los ruidos de una ciudad y pasar de considerarlos un residuo eliminable a tratarlo como un recurso? Es lo que pretende el proyecto ‘Holistic City Soundscapes’, que dirige el profesor de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón y coordinador del grupo I3G, Javier Suárez Quirós, y que acaba de recibir financiación del IUTA (Instituto Universitario de Tecnología Industrial de Asturias).
El objetivo principal de este trabajo, que se realiza con la colaboración del fonografista Juanjo Palacios, y en el que se pretende ir involucrando a otros investigadores y alumnos de la EPI, es conseguir un método innovador, en clave ‘smart city’, para medir el paisaje sonoro urbano, incorporando las percepciones y sensaciones humanas. (SEGUIR LEYENDO)
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