[This is a translation of a post by Klint Finley published in Boing Boing: «Soviet synthesizer bridged occultism and electronic music»]
El sintetizador ANS no se toca con un teclado, tienes que grabar imágenes sobre planchas de cristal cubiertas de masilla negra e introducirlas en una máquina que proyecta luz a través de los grabados, disparando una amplia gama de tonos. Los grabados hechos en la parte baja de las planchas generan tonos graves, mientras que los grabados de la parte alta generan tonos agudos. El sonido se genera en tiempo real y el tempo depende de lo rápido que insertes las planchas de cristal.
No se trata de una curiosidad nueva de algún dorkbot o feria de inventores, es un sintetizador ruso prácticamente olvidado diseñado por Evgeny Murzin en 1938. Este sintetizador debe su nombre, y está dedicado, al compositor experimental ruso y ocultista Alexander Nikolayevich Scriabin (1872–1915). Quizá su nombre no te diga gran cosa, pero lo cierto es que ilustra una longeva conexión entre la música electrónica y lo oculto.
La historia de la música electrónica está repleta de trazas de lo oculto. El futurista italiano Luigi Russolo, quien construyó sus propios instrumentos mecánicos en torno a 1917, estaba obsesionado con lo oculto. El famoso sintetizador Moog hizo una de sus primeras apariciones en la banda sonora que Mick Jagger realizó para la invocación cinematográfica de Kenneth Anger Invocation of My Demon Brother (1969). A finales de los años 70, Throbbing Gristle construyeron sus propios instrumentos electrónicos para sus experimentos sonoros ocultistas, estableciendo las bases de muchos de los grupos industriales ocultistas posteriores. Actualmente, el género witch house sigue manteniendo viva esta tradición.
No es extraño que los sonidos sobrenaturales y las ilimitadas posibilidades de los sintetizadores y los samplers evoquen lo visionario, pero esa no es la única conexión entre ambos mundos. El objetivo del alquimista no es simplemente la síntesis literal de los elementos químicos, sino también la síntesis en el sentido hegeliano: la combinación de ideas. Solve et Coagula. Desde la magia hermética de la antigüedad al Ordo Templi Orientis de Aleister Crowley y los magos del caos modernos, los ocultistas occidentales han intentado combinar tradiciones y costumbres en un único sistema universal de práctica y pensamiento.
La música electrónica surgió a partir de un terreno intelectual similar, y todo empezó con Scriabin.
Scriabin es recordado por los expertos en música clásica por su trabajo pionero en torno a la atonalidad y el multimedia. Como apuntan casi todos sus biógrafos, estaba muy influenciado por los pensamientos ocultistas altamente sincréticos de la cofundadora de la Theosophic Society, Madame Blavatsky, y la teosofía fue lo que dio pie a algunas de sus obras más famosas.
En su última sinfonía, Prometeo: Poema de fuego, Scriabin utilizó una herramienta que construyó él mismo llamada la «tastiera per luce» para proyectar colores en sincronía con la música. Utilizó tablas de correspondencia de la teosofía que asociaban diferentes colores y tonos con diferentes planos de la realidad, como la espiritualidad y la razón. La obsesión de Scriabin por asociar colores con tonos concretos ha llevado a sugerir que sufría de sinestesia. Después de Prometeo, abandonó las tablas de correspondencia de la teosofía y creó las suyas propias, lo que llevó a los reputados investigadores B. M. Galeyev y I. L. Vanechkina a concluir que Scriabin no sufría de esa condición. En cualquier caso, el deseo de sintetizar aspectos de lo oculto a través del sonido, la luz y otros sentidos y convertirlo en una forma artística permaneció en su obra.
Según un estudio de Emanuel E. Garcia, Scriabin sintetizó su propia forma de misticismo idiosincrático influenciado por la teosofía, el movimiento simbolista ruso y pensadores como Friedrich Hegel (el abuelo de la síntesis), Konstantin Bal’mont, el príncipe Evgenii Trubetskoy y Vladimir Solovyov. Esta línea de pensamiento ocultista inspiró su magnum opus Misterio.
Misterio debía ser lo que hoy llamamos un festival de artes multimedia. Aquí John Bell Young describe la idea del evento:
El sueño de Scriabin era celebrar Misterio en el Himalaya. Lo concibió como un gran ritual de purificación en el que había campanas colgadas de las nubes. Miles de participantes, ataviados con batas blancas, entonarían sus mantras melismáticos con el fervor de los derviches, dedicando hasta el último rescoldo de su energía al servicio de su idealismo artístico. Concibió una orgía de los sentidos, y para ese fin creó una coreografía de luces, olores, colores y danzas exóticas. Todo ello debía durar una semana, conduciendo al apocalipsis y el final del tiempo. Una vez trascendido el mundo físico, el ego se desmaterializaría y el hombre renacería como concepto puro. Incluso llegó a comprar un terreno en el Himalaya anticipando la realización de su grandilocuente evento.
Esta visión apocalíptica parece sacada directamente de The Secret Doctrine de Blavatsky, que predecía que los humanos modernos serían reemplazados por una raza más evolucionada.
La síntesis en el futurismo ruso e italiano
Según Luigi Russolo, Futurist: Noise, Visual Arts, and the Occult, de Luciano Chessa, Scriabin y la teosofía fueron influencias significativas del movimiento futurista italiano, especialmente del autor del Manifiesto futurista, Filippo Marinetti, y del pionero de la música electrónica y autor de El arte de los ruidos, Luigi Russolo. Las ambiciones futuristas de unir el arte, la ciencia y la política se hacen eco de los esfuerzos de la Theosophical Society por sintetizar espiritualidad y ciencia.
La vanguardia rusa, referida en general como «futuristas», demostró ambiciosos esfuerzos por llegar a la síntesis, tal y como se explica en el estudio de Andrey Smirnov y Liubov Pchelkina Russian Pioneers of Sound Art in the 1920s. Mientras que los futuristas italianos se unieron a los fascistas (Marinetti coescribió el Manifiesto fascista, que no tenía mucho que ver con el fascismo llevado a la práctica), la vanguardia rusa se unió al marxismo. Lunacharsky, el Comisariado Popular para la Instrucción Pública, comentó al compositor Sergei Prokofiev: «Eres un revolucionario en la música igual que nosotros somos revolucionarios en la vida, deberíamos trabajar juntos». Marx y Engels estaban influenciados por Hegel, igual que Scriabin, y los marxistas conocían la teoría de Gran Unificación.
La vanguardia rusa llevaba mucha ventaja a occidente en lo que se refiere a desarrollo de instrumentos electrónicos. Leon Theremin, inventor del primer instrumento electrónico fabricado en masa, es el experimentador más recordado de esa época. El theremin sintetiza movimiento y sonido de la misma manera que el ANS sintetiza imagen y sonido. No obstante, el instrumento epónimo de Theremin no fue su único experimento. «Thremin trabajó en infinidad de proyectos, intentanto unir música, luz, movimiento, olor y tacto en una sola tecnología», escriben Smirnov y Pchelkin. Scriabin se hubiese sentido orgulloso de él.
Algunos de los colegas de Theremin fueron más allá, intentando sintetizar arte, ingeniería y política. Por ejemplo, la teoría del «proyeccionismo» del artista y filósofo Solomon Nikritin no se aplicaba simplemente al arte, sino a la creación de toda una nueva sociedad. «En 1924, Nikritin llegó a intentar registrar el proceso de la evolución de la conciencia y la energía creativa de la sociedad desde estados primitivos, simples, hasta la perfección de una sociedad futura sin clases», arguyen Smirnov y Pchelkina. Si recuerda a Scriabin o Blavatsky es porque el proyeccionismo de Nikritin está directamente influenciado por la teosofía. Nikritin estaba también influenciado por la teoría de tektología de Alexander Bogdanov (predecesor de la cibernética y la teoría de sistemas), y Bogdanov estaba influenciado a su vez por el filósofo místico Vladamir Solovyov (ver Gnostic Wars de Stefan Rossbach y el ensayo de Charlotte Douglas «Energetic Abstraction» publicado en el libro From Energy to Information).
El ANS
En el momento en el que Murzin empezó a trabajar en el ANS en 1938, los lazos políticos de la vanguardia rusa se estaban volviendo en su contra. Como explica Isobel Clouter en un episodio del programa de BBC Radio The Soundhunter, la mayoría de estos antiguos proyectos de arte sonoro fueron destruidos. Los ingenieros fueron forzados a trabajar en otros proyectos artísticos en secreto y se limitó su acceso a las piezas mecánicas. Estas condiciones frenaron el desarrollo del ANS. Según Stanislav Kreichi, asistente de Murzin y único operador vivo del ANS, Murzin no tuvo acceso a un laboratorio para completar el ANS hasta 1958. Quizá este desarrollo tardío lo salvó del destino que sufrieron otras máquinas de arte sonoro vanguardistas. Según Smirnov y Pchelkina, fue la última creación de arte sonoro rusa no basada en prototipos occidentales. El futuro de la música electrónica pertenecería a empresas japonesas y occidentales, no a Rusia.
El ANS se utilizó en 1972 en la banda sonora de la película de Andrei Tarkovsky Solaris, actualmente está detrás de una cuerda en el Glinka Museum of Musical Culture, raramente usado y prácticamente olvidado. Algunos artistas han grabado discos con él durante los últimos años, quizá los más famosos son los músicos electrónicos/ocultistas Coil, quienes viajaron a rusia en 2002 para grabar su disco ANS y su segunda parte, COILANS. Según las notas del disco, el grupo solo tuvo tres días para trabajar con la máquina, así que en lugar de intentar componer piezas premeditadas se limitaron a grabar sus símbolos mágicos en planchas y a convertirlos en sonido.
Mañana
Hoy en día los componentes electrónicos y los ordenadores son mucho más baratos, y además existen tecnologías de código abierto, como Arduino, Processing y PureData, que han llevado a un nuevo resurgimiento del arte sonoro. Dorkbot y Maker Faire ofrecen una plataforma para experimentos con luz y sonido, como LAMOSO de Christi Denton, que dispara sonido utilizando láseres.
Mientras tanto, en una cultura obsesionada por la retromania, el movimiento New Aesthetic está intentando responder a la pregunta de «qué será lo siguiente» en el mundo del arte y la tecnología y estudiando los sentidos de las máquinas. La tecnología de código abierto de visión maquinal, los algoritmos de aprendizaje de las máquinas y la impresión 3D abren caminos nuevos a los artistas-ingenieros. Existen muchas posibilidades de que la nueva generación de sintetistas multidisciplinarios forjen una nueva filosofía del todo aprendiendo de la historia y deshaciéndose de las supersticiones y dogmas políticos del pasado.
Referencias y más lecturas:
Theremin Center: ANS de Stanislav Kreichi.
Segmento de BBC Radio sobre el ANS y la música electrónica experimental de principios del siglo XX en Rusia (es un vídeo de YouTube, pero solo tiene sonido).
La banda sonora de la película Solaris, creada con el ANS.
El resumen de Jonathan Dean de las notas del disco COILANS.
Russian Pioneers of Sound Art in the 1920s de Andrey Smirnov y Liubov Pchelkina.
Scriabin: A Great Russian Tone Poet de Arthur Eaglefield Hull.
Scriabin’s Mysterium and the Birth of Genius de Emanuel E. Garcia.
Was Scriabin a Synaesthete? de B. Galeyev y I. Vanechkina.
Madame Blavatsky’s Baboon de Peter Washington.
Luigi Russolo, Futurist: Noise, Visual Arts, and the Occult de Luciano Chessa.
Gnostic Wars de Stefan Rossbach.
From Energy to Information: Representation in Science and Technology, Art, and Literature editado por Bruce Clarke y Linda Henderson.
Un vídeo de YouTube video del ANS en acción.
Y otro.
VIRTUAL ANS: Un software de sintetización para Windows que intenta emular el ANS.
Me parece que lo más bello que puede tener el arte es la superstición. Esos mundos intangibles