En Classic FM publicaban hace un par de días la noticia de que en la Abadía de Bath no pueden hacer misa por culpa del ruido constante de los músicos callejeros de la plaza que hay delante. En su artículo titulado «‘Violence of noise’ from buskers forces end to centuries-old musical tradition in Bath Abbey», Kyle Macdonald explica que la tradicional misa coral tuvo que ser abandonada, según el cura, porque ya no pueden competir con el ruido de las voces e instrumentos amplificados de las inmediaciones del edificio.
Aunque es la primera vez que el ruido de los músicos callejeros obliga a interrumpir la misa, es un problema que arrastran desde hace varios años, hasta tal punto que la iglesia instaló en un momento dado un sistema de luces para informar a los músicos callejeros sobre cuándo se están llevando a cabo misas u otros servicios religiosos.
El problema es que hay músicos en la plaza durante unas ocho horas al día, todos los días, tocando a todo volumen, lo que interrumpe continuamente desde las misas diarias a bodas y funerales. El párroco asegura que el milenario silencio de la abadía «está siendo sujeto a la violencia del ruido».
Los músicos aseguran que la mayoría respetan el sistema de luces establecido por la abadía, pero que muchos forasteros no son conscientes de que existe ese sistema de aviso. La solución que tiene en mente el ayuntamiento es prohibir todo tipo de amplificación en las inmediaciones de la abadía.
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