En vista de que alguien preguntaba en los comentarios por más información sobre el encuentro internacional A l’Escolta, voy a intentar hacer un resumen de lo que aconteció en esos dos días de charlas y debates.
El cartel del encuentro estaba directamente inspirado en LISTEN de Max Neuhaus, algo que ya planteaba claramente algunas de las preguntas y reflexiones que iban a surgir:
Como percusionista había estado implicado directamente en la inserción gradual de sonidos cotidianos en la sala de conciertos, desde Russolo hasta Edgar Varèse y finalmente John Cage, donde sonidos callejeros reales se llevaban directamente a la sala. Yo veía esas actividades como una manera de dar crédito estético a esos sonidos, algo que me parecía bien. No obstante, empecé a cuestionarme la efectividad del método. La mayoría del público parecía más impresionado por el escándalo de los sonidos «ordinarios» colocados en un lugar «sagrado» que por los sonidos en sí mismos, y había poca gente capaz de extrapolar la experiencia hacia una nueva perspectiva del sonido en su vida diaria.
Empezó a interesarme ir un paso más allá. ¿Por qué limitar la escucha a la sala de conciertos? En lugar de llevar esos sonidos a la sala, ¿por qué no sacar simplemente al público fuera?
LISTEN, Max Neuhaus.
Las dos primeras ponentes de la tarde, Carme Pardo y Marta García Quiñones, abrieron el encuentro con dos charlas centradas en aspectos relacionados con la escucha y el arte sonoro desde una perspectiva histórica y conceptual. La charla de José Manuel Costa fue más ligera, centrándose sobre todo en los aspectos prácticos relacionados con el montaje de exposiciones de arte sonoro. Algunos de los temas que plantearon los diferentes ponentes se solaparon y complementaron de diversas maneras, apareciendo algunas eternas cuestiones que parecen no tener ninguna respuesta, como qué es y qué no es el arte sonoro, dónde está la frontera entre la música experimental y el arte sonoro o dónde termina el arte sonoro y empieza el arte multimedia/interactivo o la instalación.
Dentro de lo que sería el aspecto más pragmático, se entró en las problemáticas habituales de la exhibición de arte sonoro, relacionadas principalmente con el hecho de que lo sonoro, al contrario que lo visual, permea de una estancia a otra, por lo que resulta complicado planear las exposiciones sin crear conflictos entre las diferentes piezas o con el personal del museo/galería.
La tarde se completó con la presentación de Last Days. Rèquiem per les Glòries a cargo de su autor, Edu Comelles, que curiosamente fue lo que más comentarios despertó en el público. La discusión vino principalmente de que Comelles comentó que una de sus intenciones era transformar un ambiente sonoro «desagradable» (el «ruido» de los días previos al derribo de la anilla viaria de la plaza de Les Glòries de Barcelona) en algo «bonito». Más allá de que la dicotomía feo/bonito ya debería estar más que superada a estas alturas, parte de los asistentes consideraron su discurso condescendiente y naif, lo que abrió una cierta controversia tanto en torno a consideraciones estéticas como al respecto de qué tipo de público busca (si es que busca) un artista sonoro.
Tras esa primera jornada sonaron dos críticas relacionadas con la organización del evento, la primera es que todas las charlas eran en catalán/castellano y no había traducción simultánea al inglés, por lo que algunos de los asistentes se fueron ante la imposibilidad de entender de qué se estaba hablando. La segunda es que la instalación de Comelles, en la entrada del CaixaForum, estuvo la mayor parte del tiempo apagada (también durante los días posteriores), por lo que mucha gente, incluida yo misma, no llegamos a escuchar la pieza.
La segunda jornada, esta vez sí con traducción simultánea ya que todas las charlas eran en inglés, se abrió con una intervención de Salomé Voegelin, a medio camino entre la charla, el recital de poesía y la performance, que consistió básicamente en leer fragmentos de diferentes libros relacionados con el tema de la escucha/sonido.
Acto seguido, la conversación entre Edwin van der Heide y Lluís Nacenta sobre la instalación Spectral Difractions (en el pavellón Mies van der Rohe) entró en temas mucho más técnicos. Surgieron algunos comentarios curiosos en torno a la integración del sonido en entornos arquitectónicos, como la anécdota de un arquitecto que durante la inauguración de la instalación había comentado que aquello no aportaba absolutamente nada al edificio, que era perfecto por sí solo. Otro comentario interesante, esta vez proveniente del público, se preguntaba si la intención de Van der Heide era hacer actuar/tocar al edificio. Van der Heide respondió que aunque nunca lo había pensado de esa manera le parecía una visión sugerente.
La charla posterior de Seth Kim-Cohen fue la que a mí personalmente me interesó más, con un fondo más cercano a la filosofía y la postmodernidad, con las referencias obligadas a Derrida. Muchas de las cuestiones planteadas por Kim-Cohen fueron recuperadas inmediatamente después en la mesa redonda con Marta García Quiñones, Carme Pardo, Salomé Voegelin, José Manuel Costa y Seth Kim-Cohen. Aunque surgieron todos los temas típicos y ninguna conclusión clara, como es habitual en estos casos, todos los asistentes parecieron estar de acuerdo en qué es hora de dejar de preocuparse por lo más superficial (entre ello las etiquetas) y prestar más atención al cómo y al por qué.
El público terminó sacando el tema de por qué seguimos refiriéndonos al arte sonoro con criterios heredados de lo visual o textual. Aunque personalmente no creo que esto sea cierto, ya que a estas alturas se ha escrito mucho sobre sonido desde muchas perspectivas distintas, Kim-Cohen subrayó que el sonido no deja de ser un texto, insistiendo en que de todas formas lo importante no es desde dónde o desde qué autores partamos, sino el discurso en sí.
El encuentro se cerró con una performance de Mattin y Seth Kim-Cohen que planteaba tanto temas relacionados con la escucha como con la centralidad del escenario y la interacción entre artista/músico/performer y espectador. El resultado se quedó en poca cosa debido a la escasa participación del público, que de todos modos era ya escaso de por sí.
Aunque no hable específicamente sobre el encuentro, dejo aquí este enlace relacionado http://fedemontornes.wordpress.com/2014/06/19/arte-sonoro-sonar-y-sonarplanta-ghost-forest-francisco-lopez-spectral-diffractions-edwin-van-der-heide-y-unidisplay-carsten-nicolai/
Gracias por esta reseña!