Hace exactamente 10 años, el 1 de abril de 2004 a las 23:01 Chiu Longina lanzaba este post en su nombre y el de Pablo Sanz, Pedro Jimenez y Juan Gil. Han cambiado bastantes cosas desde este post, desde nombres, apariencia de la web a la lista de personas que escriben o han escrito en este blog: abraham rivera, blanca rego, carlos suárez, chiu longina,enrique tomás, j.a sarmiento, jose luis espejo, juan gil, julio gómez, miguel álvarez-fdez, mikel r nieto, pablo sanz y pedro jiménez. Pero, claro está, no todos los cambios han sido internos. Nos ha interesado recuperar este post porque seguramente pocos hagamos ya suscripciones XML, RSS, ATOM, y muchos dejamos que las redes sociales, con un funcionamiento mucho más intuitivo, nos relancen la información.
En estos 10 últimos años la palabra auralidad ha pasado de ser una expresión casi marginal a ser repetida, asimilada, interpretada y des-interpretada. Incluso aquel nuevo saber académico que era novedad en las universidades norteamericanas (Audible Past es de 2003 y Soundscape of Modernity de 2004), se ha solidificado en un gran grupo de investigadores que analizan la realidad desde los tradicionales centros hegemónicos del s.XX (Harvard, London) a otras no tan conocidas pero no menos importantes (Maastricht, Aarhus). El arte sonoro está por todas partes, recibe su espacio de vez en cuando en algún periódico, se enseña en la universidad, se multiplica en festivales como un nombre/cliché que parece contener el secreto del éxito, quizás incluso de la tendencia.
El audio del audio-visual ha recuperado el protagonismo que siempre ha tenido en el cine. En el marco de los festivales y programaciones audiovisuales podemos encontrar también múltiples ejemplos de como el sonido guía con fuerza su parte de la ecuación. Las editoras de DVD’s sacan libros sobre paisaje sonoro, la Gran industria del cine reparte sus premios en el teatro Dolby, no ya en el Kodak.
Aunque al mundo del arte le cueste mucho reconocer el funcionamiento de lo sonoro, todo museo de arte contemporáneo o centro de arte que se precie a nivel internacional programa, expone o radia sonidos y arte (mezcle cada cual estas dos cosas como pueda). Incluso las grandes casas de radio multiplican los programas dedicados al tema, no sólo sobre música experimental, sino sobre historia del sonido. Pero sobre todo, y quizás esta sea nuestra mayor alegría, el sonido importa ahora más de lo que lo hacía hace unos años. Y esto no siempre se refleja de manera positiva. Las normativas contra el ruido cada vez más precisas demuestran cómo se está cristalizando un proceso de legislación de la escucha que viene dándose en occidente desde hace más de cien años. El sonido inunda como (falso) viral de lo sensorial la publicidad y el marketing, el diseño de los coches, de ordenadores, de la ropa. Pero como os habréis dado ya cuenta, todo esto son un montón de chorradas, tonterías que sólo nos hablan del avance de la propaganda en el campo multisensorial.
Más allá de las derivaciones comerciales de un mundo afinado, de un confort completo, el sonido se ha demostrado parte fundamental de nuestra concepción del mundo. El activismo sonoro, o el uso del sonido como herramienta de pensamiento y posicionamiento, existe. Nos referimos, en parte, a las grabaciones, programas de radio, convocatorias y textos dedicados al tema de la fonografía crítica; a la producción teórica sobre escucha, sobre improvisación y sobre paisaje sonoro en conferencias, seminarios, talleres y textos; a la programación de festivales de música experimental que son críticos con las fronteras de esa misma música experimental; a los sellos y netlabels incipientes en un momento en que nada crece. Seguro que nos dejamos muchas cosas por nombrar, pero sí es cierto que todos ellos demuestran que el arte no es solamente un sistema cultural manejado por profesionales que administran su mercado y ordenan consistentemente sus colecciones, profesionales que nos explican amablemente cómo estos dos procesos se han llevado a cabo mientras los amueblan de sentido. Como decimos, hay ejemplos de sobra para pensar lo contrario.
Y sin artistificar los gritos que siempre han sido eso, gritos, y no precisamente desde hace 10 años sino más bien desde siempre, nos alegra comprobar cómo algunos políticos profesionales no puedan andar por la calle sin que nadie les grite y les abuchee. Este es uno de los usos más esperanzadores que podemos darle al sonido. Desde aquí les deseamos a esos mismos profesionales de la política que sufran, solamente y con extrema crueldad, lo que significa para nosotros no poseer esos privilegios que han olvidado disimular por decoro.
¡Feliz cumpleaños!
Un magnífico resumen José Luis. Larga vida a mediateletipos.
¡Feliz cumpleaños!
)))
Felicidades viejunos!!! Gracias por el post Jose Luis… Un placer.
Y que cumpla muchos más…
Estupendo resumen José Luis.
Felicidades a todo el equipo, por hacer que esta publicación online sea un referente.
Un abrazo a todos y todas. Yo he disfrutado mucho con esta publicación pero sobre todo con cada uno de vosotros. Habría mucho que agradecer a la vida misma por permitir que se cruzasen caminos como los nuestros.
Pensar el sonido ha sido de lo mejor que me ha pasado en la vida y, cierto, le hemos dado un empujón al tema en España.
Las nuevas generaciones en mediateletipos, como ocurre en la vida misma, han mejorado a las anteriores, y esa es vuestra obligación muchachetes y muchachetas.
Kill in the name
Creo que empecé a leeros por el 2005. Y de esas fechas quedan muy pocos blogs en mi lector que hayan superado el paso del tiempo. Sois una gran fuente de información, creación y preocupación que siempre me gusta leer. Feliz cumpleaños y continuad este blog muchos años más, que me parece muy necesario para los que nos gusta la cultura del sonido.
Que nos digas tú eso, David, es un piropazo!
Gracias a todos, yo me lo he pasado pipa estos años. No sólo posteando, sino cada vez que he coincidido con algún teletipero en persona.
abrazos sonoros jejeje