Rich Lee es un aficionado al biohacking que se ha implantado unos auriculares en las orejas. Él mismo explica todo el proceso en H+ Magazine:
1. Implantar imanes.
2. Probar los implantes con una bobina para asegurarse de que recojan sonido.
3. Implantar la bobina y el resto de partes con un jack y un cargador de energía transdermales.
Obviamente, los médicos no suelen prestarse a hacer este tipo de operaciones, que normalmente hace gente que se dedica a la moficación corporal, como en este caso. El implante no se ve a simple vista, y el collar con la bobina y el resto de piezas externas queda oculto bajo la camiseta.
¿Para qué sirve todo esto? La respuesta más directa es que para escuchar música, aunque Lee comenta otras utilidades posibles, como conectarlo a un micrófono para escuchar conversaciones que estén teniendo lugar en la otra esquina de la habitación, o a un micrófono de contacto que permita escuchar lo que suceda al otro lado de la pared…
No obstante, quizás lo más interesante es que Lee plantea la posibilidad de conectarlo a un detector ultrasónico que emita algún tipo de sonido que informe sobre la distancia a la que se encuentran los objetos, algo útil para generar un sentido de ecolocalización, similar al de los murciélagos, que pudiese ayudar a moverse a la gente ciega.
Podéis encontrar más detalles y curiosidades en el post de propio Lee en H+ Magazine.
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