Por recomendación de Neme Arranz nos llega este artículo de Wade Matthews en la revista Not.
Dedicarse a la creación musical hoy en día tiene algo de quijotesco, aunque crearla sea más similar a la erección de castillos en el aire que al asalto de molinos. Fue John Fitzgerald Kennedy quien dijo: «No hay nada malo en construir castillos en el aire; nuestra labor es ponerles los cimientos». Y curiosamente, son esos cimientos los que suelen permanecer cuando el resto ha perecido. Y es que la arquitectura estructura el espacio, pero no el tiempo. De hecho, podemos entender la ruina como la arquitectura desestructurada por el tiempo, ese tiempo pintor que también deja su marca, como indica Hogarth en su grabado Time Smoking a Picture. Los paisajistas románticos salpimentaban sus obras de ruinas, muchas de ellas ficticias, como prueba de la impermanencia de lo construido por el hombre, a pesar de que la ruina es, precisamente, lo que queda, lo que permanece cuando, realizadas o no, las ambiciones humanas han fenecido.
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