Pues eso, continúa MEMORABILA, el programa de RWM dedicado a los temas de memoría y archivos de músic de los que hemos estado hablanod por aquí. Esta vez dedicado a Jonny Trunk y producido por Matias Rossi.
Artífice de una colección de alrededor de seis mil discos, Jonny Trunk confiesa que desde muy pequeño sus padres le transmitieron una máxima que nunca ha dejado de practicar: «Si compras algo nuevo, pierdes dinero.» Sin embargo, lo que convierte su colección discográfica en un caso excepcional y digno de compartir no son estrictamente los números, sino los dos mil discos de «library music» o música de archivo que se incluyen en ella.
No es fácil encontrar una traducción del concepto de «library music» ni resumir en pocas palabras qué es y cómo es. La «library music», «sonorizzazioni» (otro de los términos que se utiliza en este fascinante submundo musical) o música de archivo engloba las producciones sonoras que se destinan a un uso profesional en el contexto del cine, la televisión y la radio. Se trata, pues, de una prolífica industria que, según los especialistas, experimentó su momento de esplendor creativo entre los años sesenta y mediados de los ochenta y que se rige por unas normas estéticas, de producción, comercialización y distribución fuera de los canales establecidos. Es una música utilitaria y con una finalidad comercial clara en la que, paradójicamente, el músico y compositor se profesionaliza y se ve obligado a resolver cuestiones y proposiciones con un alto grado de abstracción, como por ejemplo, desplegar una narrativa supeditada a la imagen (en las bandas sonoras) o concebir un imaginario del cual no existen referentes. Es asimismo un género escasamente documentado, abonado de rarezas y lleno de experimentos extraños.
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