Born free de Romain Gabras causó una interesante rueda de emails entre algunos miebros de mediateletipos. El video para la música de M.I.A. trataba la aparentemente inexplicable masacre de pelirrojos, algo que comentamos bien podía raferirse a los irlandeses, perseguidos como inmigrantes en Estados Unidos, o bien en un nuevo orden mundial. Bien podían significar lo aleatorio de la segregación, o por qué no, a los hijos del demonio que ya se sabe tienen, según el mito, el pelo de este color.
Parece ser que todo venía de una ley americana, de ahí las banderas en los brazos de los agresores:
Whether it had to do with the current political climate in the States (the video was released right around the time new immigrant identification legislation was introduced in the state of Arizona) or it heralds back to MIA’s Sri Lankan roots (her father is Tamil), “Born Free” is about visible minorities and obscene violence. There isn’t one element in this video that isn’t designed to provoke a reaction, from the naked couple having sex in bed before being pulled from the sheets and beaten or the old man smoking crack cocaine, to the climactic and bloody end.
Y a parte de todo aquello, era promoción doble para M.I.A. y Romain Gavras, que luego repetirían con Bad Girls, donde la aparente radicalidad con que ella empapa su defensa de raíces de Sri Lanka Tamil tiene al menos un tinte de humor. Para M.I.A. porque el video sería calificado en algunos sitios como «polémico», con todo lo que esto significa. Para Gavras porque anunciaba algunos de los temas subyacentes en su primer largo Notre Jour Viendra (Llegará nuestro día), título que aparecía en inglés como proclama de los pelirrojos.
Lo que, al menos a mi, me parecía indiscutible, era el parecido razonable con Punishment Park, obra maestra idiscutible, falso documental distópico que anunciaba el exterminio de la contracultura norteamericana, antes de que, como acabó suciediendo, esta fuese silenciada en la guerra sucia impulsada por la CIA y acusada después de disolverse y vanalizarse.
El otro petardazo de Romain Gavras había sido Stress junto a Justice, en el que una serie de jóvenes viajaban de los suburvios al centro arrasando todo a su paso, en representación directa de los disturbios de París de 2005, como antesala a los de Londres de 2011 y como vuelta de tuerca de Wats en 1965. Todos estos ejemplos responden a una actitud de violencia aparentemente injustificada, que sin embargo responde a cierta marginación, pero también a cierto nihilismo y falta de perspectivas de una generación. Es complicado ver relaciones políticas y sociales más allá de esa rabia que, de algún modo, se escapa de unos dispositivos políticos de control incomprensibles para quien los sufre, originando una respuesta violenta, igualmente incomprensible, tanto a nivel individual como colectivo. Estos disturbios, evidentemente, no tiene que ver con una revolución: responden a una situación de opresión (o no) y como toda acción humana, puede considerrase acción política, y por tanto, discutida y pensada.
Ahora bien, si no fuera por todas estas cosas, el video reseñado aquí arriba no tendría ningún sentido. No sería siquiera reseñable. ¿Que ofrece este video además de una espectacularización de la revuelta? Realmente estaría bien que alguna otra persona diera su opinión al respecto.
Responde, por supuesto, a la espectacularización de la violencia urbana que acomenten los medios ¿De manera similar a como la ha espectacularizado Jay Z en American Ganster, por ejemplo? Rodada en Praga, espacio de la primera primavera revolucionaraia con tan nombre, con coches de policia que bien podrían ser franceses o ingleses, y usando el laser verde que usan los griegos en sus manifestaciones para cegar a la policía ¿No se convierte en un relato autoconsciente de si mismo?
Para mi, lo único realmente interesante son los últimos minutos. La violencia encarnizada, las luces a lo Haswell and Hecker, los gases, y sobretodo el elefante, me recuerdan a una gigantesca y violenta estupidez, una desesperación irracional ante la catástrofe. Un concierto sin música. Todo eso, o quizás, sólo otro anuncio.
Esto ya es una absoluta suposisción, pero el elefante podría referirse a la tradición de Siam, antigua Tailandia, donde los reyes regalaban elefantes blancos a sus subditos con el deseo de arruinarlos. Con el tempo, en Francia e Inglaterra, el elfante blanco se convirtio en un signo de ruina, de proyectos más costosos en su mantenimiento que en su construcción. Algo así como cargar con la deuda de otros.
El 17 de marzo de 2011, el sociólogo y filósofo Andreu Buenafuente entrevistó en televisión a otro genio del pensamiento contemporáneo, el gran divulgador “científico” y defensor de lxs desfavorecidxs Eduard Punset.
El terremoto y maremoto en Japón habían ocurrido apenas seis días atrás. La conversación derivaba y, en cierto momento, Andreu se refirió a la abundante oferta de largometrajes con argumentos de catástrofes que salen de las productoras cinematográficas en años recientes. Y se hacía eco de afirmaciones según las cuales la explicación se encuentra en la actual coyuntura económica y social. Venía a decir que una psique colectiva en horas bajas tiende a sentirse recreada con el cine de catástrofes, lo cual enciende a su vez el interés de las empresas productoras por realizar ese tipo de películas.
Éste es un arquetípico ejemplo de rábano tomado por las hojas. Pero es también, y sobre todo, apología del sistema. Y la apología está en que, si se lee entre líneas, la explicación mencionada da a entender que las empresas fabrican lo que la gente quiere comprar, cuando la realidad que el siglo XX ha incorporado a la cultura humana es justamente la contraria: la gente compra lo que las empresas deciden que hay que vender.
Si bien esta última afirmación, así enunciada de modo tajante y simplón, no refleja toda la complejidad inherente al sistema de producción, sin embargo sí que se atiene a su esencia. Cualquier persona que albergue dudas al respecto no tiene más que hacer un repaso de la figura de Edward Bernays para aclarar conceptos. Baste mencionar ahora que no se trata tanto de satisfacer necesidades, sino más bien de crearlas y orientarlas artificialmente por medio de las Relaciones Públicas (propaganda). Y a eso se dedica el gran capital.
(Y quisiera aclarar, porque nunca se insistirá lo bastante en ello, que no se puede vivir al margen del capitalismo como tampoco se puede vivir al margen de la geografía, o del clima, o de las necesidades del propio cuerpo. Estas que enumero son condiciones económicas, que es lo que determina o decanta la ideología de las comunidades humanas y el modo en que lxs individuxs de dichas comunidades conciben el mundo).
Los videos que espectacularizan la violencia o las revueltas, el cine de catástrofes, la estética pop y tantas otras cosas inventadas por el complejo militar-industrial, parten de una premisa: en cada momento HAY QUE CREAR UN DETERMINADO CLIMA SOCIAL, UN ESTADO DE COSAS.
Por ejemplo, detrás del cine de disparos y explosiones no se oculta solamente la promoción de productos industriales, sino también la promoción de un modo de entender el mundo y las relaciones humanas e incluso, a un nivel de conciencia más profundo, delimita e impone una economía de la escasez (aunque a algunas personas esta afirmación les puede sonar contradictoria).
Esta forma de explicar los productos audiovisules no es asumible por quienes tienden a ver la contingencia como explicación de cualquier fenómeno social dado, cuando en realidad se trata de intencionalidad y concertación de intereses, es decir, necesidad.
Necesariamente ocurren al mismo tiempo aquellos sucesos y fenómenos que han sido concebidos y ejecutados para que ocurran al mismo tiempo. Así por ejemplo, las falsas acusaciones de contaminación por E-coli; la subida de la prima de riesgo; los “accidentes” y el “desprestigio” de la realeza (como si no supiésemos desde el principio que son la familia de un ebrio heredero del franquismo); el cierre de los caladeros en Marruecos; la re-nacionalización de Repsol YPF (que nunca debió ser privatizada); la militarización de los aeropuertos; los recortes en salud y sanidad (a pesar de que sobra dinero para comprar bancos y mantener cuerpos militares en el exterior); la venta de entidades crediticias (hasta poco antes solventes) por céntimos de euro; el fin de los privilegios en europa para los productos hortícolas españoles en beneficio de las empresas marroquíes; el repentino adelanto de fechas en la liquidación del sector carbonífero; la apertura de unas instalaciones del escudo antimisiles norteamericano en Rota; el anuncio del fin de la lucha armada etarra; la amnistía fiscal a los grandes capitalistas; o la disimulada amnistía penitenciaria a condenados por terrorismo islamista, no son cosas que suceden en el plazo de dos breves años por casualidad o contingencia: suceden a la vez porque así se ha decidido en el contexto de un ataque generalizado contra la economía de un país.
Así también, las películas de catástrofes no se producen y exhiben porque haya una demanda que se explica por una situación de crisis, del mismo modo que esa situación de crisis tampoco es fruto fortuito de procederes irresponsables. La crisis es provocada y científicamente dirigida por elementos que tienen en su poder la creación de liquidez. Liquidez que, en cierto momento, retiran del mercado para sojuzgar las economías a gran escala y así hacer valer sus intereses de casta. Y, siguiendo con las enseñanzas de Edward Bernays, sincronizan estas maniobras mercantiles con aquellas otras psicológicas (propaganda) produciendo audiovisuales que crean un estado de cosas, un clima social que aparece como sintomático, pero que en realidad es artificial, ilusorio y sincronizado, como la pistola de fogueo y el explosivo de frambuesas que simulan que un actor ha recibido un sangriento disparo. Pero no es real aunque lo parece.
Después de todo, a esos elementos no les debe resultar difícil sincronizarse y actuar conjuntamente ya que se reúnen con asiduidad en foros de discusión y proselitismo (aunque a veces cuesta años que se reconozca la existencia de algunos de esos foros tan exclusivos y selectos) y son relativamente pocos los individuos que integran esa casta social, como lo ilustra la estupenda web theyrule.net.
Dato significativo, parece que el 80% de lxs individuxs que ocupan las juntas directivas de las 500 mayores compañías del mundo, provienen del mismo lugar: la Universidad de Yale.
Concertarse, coordinarse, confabular, conspirar… Realmente, no les debe resultar muy complicado.
Y este estado de cosas o clima general en la percepción colectiva, si bien puede no ser una herramienta infalible, sí que ayuda mucho a controlar grandes masas de población. Por ejemplo, con una relativamente sencilla red radiofónica y una cuidadosa programación, usando mentiras y manipulaciones emocionales, se puede inducir al asesinato en masa.
Incluso antes de Orson Welles, en españa ya teníamos a Queipo del Llano.
Y de Ruanda sabemos muy poco, pero hay que decir que también algún blanquito de origen belga (y no sólo extremistas nativos) ha sido condenado por su responsabilidad en las masacres de 1994, así como también se ha documentado la responsabilidad de tropas francesas, el adiestramiento de milicias ruandesas en EE.UU. o incluso la participación de algún que otro cura católico occidental en crímenes de sangre durante aquellos sucesos.
Y menuda casualidad que en los años siguientes, guerra en el Congo mediante, Kigali se convirtiera en el núcleo de la exportación de minerales (que hizo posible la telefonía celular y la informática tal y como hoy las conocemos) en toda la región central africana a pesar de que Ruanda es un país que no tiene esas materias primas en su subsuelo, pero tiene un gobernante genocida respaldado por Washington que invadió el este del vecino Congo, donde sí están esos recursos. Y como los minerales se pagaban a precio de guerra, su cotización se disparó (aumentando el beneficio de los traficantes, Bayer a la cabeza) hasta que explotó la llamada burbuja de las empresas punto com, con la que la gran banca internacional volvió a beneficiarse.
Evidentemente, no se trata de que la banca haya tirado provecho de una situación dada, sino que han promovido esa situación para beneficiarse de ella.
El ejemplo de Ruanda es un modelo de cómo el sistema entero funciona. Otro buen ejemplo es Colombia.
En este enlace ( http://identidadandaluza.wordpress.com/2011/08/13/la-crisis-y-el-uso-del-miedo-como-mecanismo-de-dominacion/ ) se encuentra una explicación sencilla y en términos de andar por casa que da una perspectiva verosímil sobre por qué ahora, desde el poder, se promueve una estética de la “revolución” o la confrontación violenta. Lástima que en el final lo desluce con un rancio cántico al voluntarismo individualista que yo no soporto.
Yo prefiero, sin embargo, acudir a las fuentes para juzgar mejor si esto es solamente una paranoia conspirativa colectiva y amplificada por internet, o si hay algo de verosimilitud en ello.
Y sencillamente, tras leer algo de lo que estudian en Columbia, Yale o Georgetown (estoy pensando en Zbigniew Brzezinski), no puedo concluir racionalmente sino que estos videos musicales, empresas de redes sociales, películas sobre enmascarados de cómic y etc., no surgen ni por contingencia ni porque sean lo que ahora demanda el público.
Y, por supuesto, son una espectacularización de la revuelta, ordinaria y estereotipada.
Fe de errata: el comentario de Buenafuente sobre el cine de catástrofes no lo hizo en la entrevista del 17 de marzo de 2011.
Repasé esa entrevista y en ella, aunque sí se comentaba algo sobre el terremoto en Japón, sin embargo no lo otro, que no tengo modo de recordar en qué otra entrevista lo mencionó.
saludos
Bueno, una gran respuesta.
No se de quién es esa afirmación en referencia a las películas de catástrofes. Yo recuerdo esa otra que comenta que «nos es más sencillo imaginar el final del mundo que el final del capitalismo» (al tratar de asegurarme de quien es, encuentro hasta tres adscripciones). En cualquier caso el argumento tiene unos años, y me suena haberlo oído usar a Zizek en algunas de sus video-intervenciones
Había pensado en este aspecto, especialmente al final del videoclip, en relación a otras películas de este año como «Take Shelter» o «Hell«, producidas dentro de una industria más independiente que aquellas a las que se refería Zizek («Day of tomorrow», «Deep Impact» «Armagedo» etc) donde sí era muy evidente esa relación entre el poder y la catástrofe: La estatua de la libertad de «El día de mañana», el presidente de los Estados Unidos como heroe (negro) de «Deep Impact», o el IMPAGABLE discurso de «Armagedon» son una prueba de ello.
Estas otras películas de 2011 son otra cosa, y encontré pareceidos más que razonables entre la lluvia verde de «Take Shelter» y el los laseres de el videoclip. Pero en la industria «independiente» de 2011, muy a diferencia de la de Holliwood de los 90, se muestra más el abusurdo y la confusión que el fin del mundo y el heroísmo.
Me parece que estás más que acertado al comentar el video en su aspecto coyuntural, antes que en lo que sus imágenes y sonidos representan.
En este caso en particular, viendo los antecedentes de Jay-Z expoltando la estética gangsta para vender, y viendo los otros videos de Gavras, me parece que el tema importa, y que tiene que ver con una especie de «Historia oficial y comercial de los otros», pero todo loq ue comentas también importa, claro.
En cualquier caso, siempre que se articula una teoría de la conspiración, se apunta en algún momento a una verdad… eso es inegable.
Ya que hablamos de teorías de conspiración, y como recuerdo que en mediateletipos hubo algún artículo dedicado a una máquina de fabricar nubes, voy a pegar aquí lo que he estado escribiendo esta semana.
Dice el refrán que cuando el río suena, agua lleva.
Pero yo no soy muy partidario del refranero y prefiero analizar racionalmente la información cotejándola.
En la noche del pasado 03 de julio mi madre entró en la cocina, riendo con suspicacia, y me dice: -“En V televisión están hablando de las estelas de los aviones”.
Yo no me lo podía creer… pero cambié de canal y era cierto.
A mi madre le hacía gracia porque las primeras palabras que escuchó sobre control del clima por medio de fumigaciones fueron mías, hace dos años, al señalarle las sospechosas estelas en el cielo, que en estos años recientes se han hecho muy frecuentes por aquí. En aquel entonces a ella se le oscureció el rostro en una exclamación que no me dejó lugar a dudas sobre lo que pensó: <>.
Recuerdo que dijo algo como: -“¡Ay, pero qué dices!”
Yo le contesté: -“Sí, se puede hacer con yoduro de plata”.
Y ella torció el gesto y se dio media vuelta como quien asiente ante las palabrejas que desconoce pero que le suenan cultas, rimbombantes y misteriosas y que parecen explicar aunque no se entiendan.
Desde entonces, la televisión ha venido instruyendo a mi madre (y a toda la audiencia) con alusiones subliminales sobre el tema del control del clima, pero como ella ya estaba sobre aviso enseguida se le enciende la luz roja y luego me comenta con suspicacia lo que ha visto en tal película o en tal programa. Aquí está el vídeo que se emitió en V televisión el pasado martes día 03:
http://www.vtelevision.es/informativos/meteo/2012/07/02/0031_62_145515.htm
donde no solamente se reconoce, sino que incluso se explica cómo, por medio de fumigaciones intencionadas, se puede manipular en cierto grado el clima, alterándolo.
El redactado de la información en ese vídeo-reportaje es un modélico ejemplo de desinformación periodística, pues si bien se está reconociendo que se conoce el modo de alterar el clima, al mismo tiempo se presenta como si lo que nosotrxs vemos sobre nuestras cabezas no fuese más que un efecto colateral y hasta fortuito.
Sin embargo, no cabe la posibilidad de pensar que sea algo colateral o fortuito o no intencionado. Al menos uno no puede concluir eso después de haber leído algo como esto otro:
http://csat.au.af.mil/2025/volume3/vol3ch15.pdf
Ooooh, ¡VAYA! La url está invalidada.
En ese enlace se podía encontrar un interesantísimo archivo en pdf que yo consulté en los últimos años en más de una ocasión, la última no hace muchos meses.
No pasa nada, en este otro enlace se puede encontrar otro documento igual:
http://csat.au.af.mil/2025/volume4/vol4ch03.pdf
Oh!!, ¡CÁSPITA!
También da error. Parece que alguien ha estado haciendo limpieza hace poco.
Pero no importa, porque el que guarda siempre tiene, y yo tengo.
Así que voy a mi disco duro y cojo ésto para ponerlo en un enlace:
https://dl.dropbox.com/u/4198145/esasNubecillas.rar
Ahí se encuentra el documento vol3ch15.pdf (también la carpeta AirForce2025)
Ese documento es, en general, interesante en extremo, sobre todo si se tiene en cuenta que es de 1996 y que cabe suponer cuánto habrán progresado las investigaciones sobre el asunto en estos 16 años. Hay de todo: consideraciones sobre cómo utilizar la siembra de nubes para crear sequía, las funciones potenciales del empleo de UAVs en el control del clima, la utilización de energía láser de alta potencia, alguna alusión al proyecto Popeye, creación y disipación de nieblas, …
Ahora quiero centrarme particularmente en el caso concreto de lo que se menciona en el video de V televisión. Y así, en la página 14 del documento militar, leemos:
The technology can be described as follows. Just as a black tar roof easily absorbs solar energy and
subsequently radiates heat during a sunny day, carbon black also readily absorbs solar energy. When
dispersed in microscopic or “dust” form in the air over a large body of water, the carbon becomes hot and
heats the surrounding air, thereby increasing the amount of evaporation from the body of water below. As the
surrounding air heats up, parcels of air will rise and the water vapor contained in the rising air parcel will
eventually condense to form clouds. Over time the cloud droplets increase in size as more and more water
vapor condenses, and eventually they become too large and heavy to stay suspended and will fall as rain or other forms of precipitation.(4) The study points out that this precipitation enhancement technology would
work best “upwind from coastlines with onshore flow.” Lake-effect snow along the southern edge of the
Great Lakes is a naturally occurring phenomenon based on similar dynamics.
(4) William B. Meyer, “The Life and Times of US Weather: What Can We Do About It?” American
Heritage 37, no. 4 (June/July 1986), 13.
Esto en cuanto a las dinámicas que rigen el mecanismo para la creación de nubes y las consiguientes precipitaciones
Ahora, en cuanto a los métodos para esparcir el escudo o capa de carbono, en la página 23 podemos leer:
If precipitation enhancement techniques are successfully developed and the right natural conditions also
exist, we must also be able to disperse carbon dust into the desired location. Transporting it in a completely
controlled, safe, cost-effective, and reliable manner requires innovation. Numerous dispersal techniques
have already been studied, but the most convenient, safe, and cost-effective method discussed is the use of
afterburner-type jet engines to generate carbon particles while flying through the targeted air. This method is
based on injection of liquid hydrocarbon fuel into the afterburner’s combustion gases. This direct generation
method was found to be more desirable than another plausible method (i.e., the transport of large quantities of previously produced and properly sized carbon dust to the desired altitude).
¡Ajá!, “inyección de combustible de hidrocarbono líquido en el chorro de post-combustión”. Bien. Eso es algo para guardar a buen recaudo en la memoria, por si acaso luego alguien llega y nos insinúa (como en el video de V televisión) que las estelas permanentes son algo puramente fortuito que cambia el clima “sin querer”.
Ahora supongamos que no sea necesaria la post-combustión. Entonces, lo de tener un invierno caluroso y de cielos despejados (sin nubes pero también sin chemtrails) durante más de cinco meses -desde noviembre 2011 hasta marzo 2012- con la consiguiente sequía que sirve para justificar una política de privatización del suministro de agua (como está ocurriendo en el gobierno gallego y en otras comunidades autónomas de españa), y ahora un verano errático, algunos días lluvioso y de cielos cubiertos que, en cuanto se despejan, vuelven a poblarse de chemtrails y, ¡oh casualidad!, a los dos días otra vez nubes y eventualmente lluvias, ¿no tiene nada que ver con lo que expulsan esos aviones por sus turbinas?
Bueno, algo sí tiene que ver porque los propios profesionales del clima lo explican en televisión, pero me lo dan a entender como si no fuese más que una eventual circunstancia fortuita.
Pero vamos, que, si alguien quisiese, sí que podría ser provocado, ¿no?
Vamos, digo yo que si se sabe cómo se hace, podría hacerse, podría ser provocado.
Si tú eres la “organización” y te sobran cojones para bombardear población civil y hacer atentados de falsa bandera, no te va a temblar la mano a la hora de manipular el clima, ¿no?
Súmese a estos documentos audiovisuales de nueva factura y masiva difusión, todo lo que ya sabíamos sobre documentos oficiales de las últimas tres décadas donde se trata la cuestión de la geoingeniería y manipulación del clima: ENMOD (1975) de las naciones unidas, Resolución sobre modificación climatológica (1999) de la subcomisión de investigación sobre armamento del parlamento europeo, Ley sobre la preservación del espacio (2001) del congresista Dennis Kucinich.
Tal y como podía presumir, la cuestión de la geoingeniería (y en particular los chemtrails) termina saliendo a los grandes medios de manipulación de masas para dejar de ser algo que solamente se encuentra en algunos blogs de internet, donde la información no está contrastada ni se indican apenas fuentes comprobables.
Pero el tema no llega a la televisión abiertamente, sino que se va administrando poco a poco, para conducir a la gente en lo que debe entender:
primero fueron sospechosas páginas en internet, mientras en los grandes medios ni se mencionaba el asunto. Luego llegan las películas de serie B hechas en USAmérica con argumentos que tratan tangencialmente la cuestión (una sobre un terremoto provocado por terroristas, otra sobre unas prospecciones submarinas que accidentalmente provocan un maremoto, otra sobre vicisitudes amorosas con el trasfondo de un negocio de avionetas que se dedican a disipar tormentas, …) de modo que hasta la audiencia que no lee ni el envoltorio de las galletas, acaba albergando en su conciencia la temática de la geoingeniería. Luego sale, un día, un reportaje aislado en un noticiario de un único canal de televisión. Entonces llegan los programas de divulgación (pseudo)científica de la propia televisión nacional que, en algún capítulo, entrevistan a la directora de los servicios meteorológicos de televisión española para que mienta descaradamente diciendo que el clima es imposible de manipular y llegando a afirmar con escepticismo cosas como que los chinos “dicen” que saben cómo hacer llover lanzando cohetes. Luego, ante el silencioso clamor popular en internet y en las cartas al director, llegan los programas de televisión donde se trata la cuestión de los chemtrails en términos científicos como si fuese lo más normal del mundo, como quien dice: sí, eso está ahí y no pasa nada, es todo muy normal.
Y, si es todo tan normal, habría que preguntarse entonces porqué ahora hablan de ello para explicarlo (o fingir explicarlo), en lugar de seguir ignorando el asunto. Quizá quienes manejan los medios de comunicación se sienten obligadxs a contrarrestar la información (veraz o no veraz) que libremente circula por otros canales, pero pareciese que cuando el río suena, agua lleva.
Justamente dos días antes, el pasado domingo, yo había leído algunos interesantes artículos sobre siembra de nubes, como el del blog del mítico hombre del tiempo Maldonado:
http://maldonado.eltiempo.es/la-lluvia-artificial/
(por cierto, muy interesante el comentario de un tal Steven que escribe el 11 de diciembre de 2009).
Otro interesante artículo es el de la web de la empresa Repsol, que de manipulaciones sabe mucho:
http://www.repsol.com/se/eltiempo/meteorologia/lacreaciondeltiempo/siembradenubes.aspx
Y artículos semejantes se pueden encontrar por docenas.
Entre mis favoritos está el tema del proyecto Popeye, con el que la USAF pretendía inutilizar las vías de suministro de los comunistas en la guerra de Vietnam alargando el monzón. Si bien su eficacia militar es una cuestión controvertida, sin embargo el sistema funcionaba y de hecho las operaciones se realizaron desde 1966 hasta 1972.
Entonces no sé qué traumas de infancia (o qué instrucciones de sus superiores) llevan a los profesionales de TVE a negar que se sepa hacer llover y hasta evitar que llueva, cuando en cualquier biblioteca se puede comprobar lo contrario: sí se sabe cómo hacerlo.
Pero por más que los chemtrails empiecen a dejar de ser tabú (no podrían quedar por mucho más tiempo en el silencio ya que cualquiera puede verlos con sólo levantar la cabeza), sin embargo la cuestión de cómo y porqué estas capas de nubes artificiales se combinan con los hipocampos de frecuencias de microonda emitidos por los calentadores ionosféricos, seguirá siendo pasto de conspiranoia todavía algún tiempo más. Pero todo se andará.
De momento, a mí se me ocurre una hipótesis sencilla: la excitación de la ionosfera para crear campos de impulsos electromagnéticos provoca unos fenómenos lumínicos tipo arco iris o aurora boreal que son bien visibles, de modo que una forma de reducir el número de testimonios de esta actividad sería ocultando el cielo con nubes.
Otra explicación sobre este asunto se encuentra en el documento militar, que en la página 10 expone un modelo de potencial uso en un teatro de operaciones militares:
“UAVs disperse a cirrus shield to deny enemy visual and infrared (IR)
surveillance. Simultaneously, microwave heaters create localized scintillation to disrupt active sensing via
synthetic aperture radar (SAR) systems such as the commercially available Canadian search and rescue
satellite-aided tracking (SARSAT) that will be widely available in 2025. Other cloud seeding operations
cause a developing thunderstorm to intensify over the target, severely limiting the enemy’s capability to
defend. The WFSE monitors the entire operation in real-time and notes the successful completion of another
very important but routine weather-modification mission.”
Por supuesto, donde dice “microwave heaters”, se refiere a la tecnología de calentadores ionosféricos.
Se terminará sabiendo todo esto, pero solamente necesitan ganar algo de tiempo hasta conseguir la supremacía de espectro completo. Para ese entonces, el que se sepa que manipulan los cielos ya no importará, porque conceptos como “guerra asimétrica” o “rebelión contra el sistema” serán tan obsoletos e inútiles como el mosquete de avancarga.
(… oh, vaya, me he puesto pesimista.)
Será mejor poner algo de música bailonga de fondo: Little Fluffy Clouds (1991) de The Orb, por ejemplo.