No es mi costumbre, ni me gustaría que lo fuera, sentarme a escribir para sangrar un festival o un comisariado así porque sí. Lo mio son más las instituciones y sus directores, los ayuntamientos y sus alcaldes y en definitiva lo que viene a ser la panda de políticos profesionales, que por muy cultos que ellos sean, poco hacen sus decisiones por la cultura y mucho por su posición social. De hecho, por poco que me haya gustado un evento, me lo pienso dos veces antes de empezar a sacar bilis, que al final sólo llevan en una dirección. Si tienes la obligación (auto-impuesta) de escribir sobre ello, uno parte de su ignorancia para buscar una visión u opinión que se le escapa. Pero esto es otra cosa.
Cuando uno se encuentra con el cartel de Situación Sonora: La deriva Aural, se da cuenta del truco, de querer venderte lo que no es. Ninguno de los nombres, quizás a excepción de David Toop (y ni eso) eran allí lo suficientemente conocidos como para que un público no especializado sepa su nombre, menos aún su discurso. Así que, aunque muchos sabíamos que aquello era un festival dedicado a las grabaciones de campo, muchos otros, por el título, podrían pensar que aquello era un festival dedicado a la deriva o al análisis de la influencia del Situacionismo en el Arte Sonoro. Pero como digo, muchos veíamos que esto iba de otra cosa y se le había puesto este nombre para pegarla.
Primero hay que decir que no pude asistir al taller de Eric La Casa, que parece que fue lo mejor, y puestos a empezar por lo bueno, que no todo son bilis, dentro de la programación de Situación Sonora hay que hablar, claro, de David Toop, que relato y releyó el capítulo Moviéndose a través del sonido de su libro Haunted Weather. Una selección de anécdotas y sonidos que describen el sonido desde un pequeño espectáculo hipnótico, casi literario. Eso sí, la poca o nula relación de estos discursos con la escena local, resonaba muy bien en la parte paródica de la charla que se marcó Chiu Longina, acompañada de una disco de Oren Ambarachi. Ante las formas casi zen de Toop, basadas en pequeños juegos circulares de palabras e imágenes, Chiu Longina repitió el discurso, para algunos de nosotros bien conocido, incluyendo ese comentario paródico, de cansancio existencial.
Tampoco estuvo nada mal el concierto de Juanjo Palacios, que ya había pasado por ECO la semana anterior, y que ha iniciado ese cuestionario de LEA bastante interesante, y esa label a medias con Comelles. De hecho, más allá de opiniones personales, los conciertos no estuvieron mal, que tampoco rompedores. Pero en este caso el trabajo de los comisarios por una parte y la gestión de la institución por otra, fueron penosos. Quizás el sábado se hizo más evidente con una programación lineal y monótona, que borraba el carácter de cualquiera de los artistas y lo emborronaba con el siguiente. Cuatro conciertos y ni un solo cartel a la vista, ni una presentación, y esto tras tres horas de charla también sin interrupción. Sólo había una aplicación para teléfonos de esos carísimos, que supuestamente sustituía al papel.
El mayor problema fueron sin duda las mesas redondas, algo que podría haber sido parcial, si no fuera por lo vergonzoso del asunto. La mesa redonda del viernes, en la que supuestamente los artistas invitados venían a hablar de su relación con la deriva, se convirtió en la ya conocida diatriba de los temas de siempre. Una persona del público me dijo a la salida que aquello le parecía una cosa de hace cuarenta años, y no iba mal encaminada, porque recordaba demasiado al debate de viejas glorias del Arte de la transición que había programado Brumaria una semana antes en el mismo Museo. Dar el turno de palabra por nombre propio, hacer referencias a discusiones ya leídas, refleja un compadreo divertido, pero también refleja la endogamia.
Aunque la cosa, a mi manera de ver, saltó a la indignación el sábado, porque al menos, el viernes, uno se reía de las pullas que iban de un lado para otro. Pero el sábado, tras una intervención bien preparada de José Manuel Costa, la cosa pasó a la vergüenza y la falta de respeto. La intervención de Costa, rayana a la crítica institucional, argumentaba la necesidad de otras lecturas de la historia y de los sus acontecimientos de un modo menos dirigista. Una argumentación que habría dado para hablar, mucho, sobre el asunto. Pero cuando les llegó el turno a Miguel Álvarez y Oriol Rosell, la sensación pasó de la sorpresa a la indignación. En el caso de Miguel Álvarez, porque se quedó como parado en seco, sin mucho que decir o sin decir nada. En el caso de Rosell, porque comenzó a enlazar conceptos de quita y pon para tratar de tirar por tierra no se sabe muy bien que, y con la única conclusión posible de “esto es así, porque lo digo yo”.
Siento quedarme en el anecdotario, pero a excepción del ejemplo ya expuesto, poco reseñable se contó allí. Y es que igual que ha sugerido José Manuel Costa en más de una ocasión y en su intervención, muchas veces a la institución o sus comisarios sólo se les pide que ofrezcan conocimiento y que exciten la sana curiosidad. Por eso, insisto, se pide solo respeto y responsabilidad. Que no sea tan evidente que la pandilla de Experimentaclub se reparten dinero público mientras se jactan de ello en el escenario de la institución. Un argumento, este del dinero, simplón para un comisariado simplón.
Que yo estaría más que interesado en un festival en el que se pongan en duda las re-re-lecturas y los re-re-visionismos, que se argumentara con peso sobre la dudosa relevancia de la deriva como acto político a día de hoy, de la transformación del espectáculo, de la mutación del poder. Pero bandear con bromas los conceptos que vienen a tratarse, habla a partes iguales de la suficiencia que fomenta la ignorancia.
Y claro, quizás tenga cierta gracia enorgullecerse de habérsela colado a una institución como el Reina Sofía, pero debemos recordar que, de paso, se la cuelan a una serie de personas que asisten allí a oír hablar del tema prometido para encontrase con una charleta vergonzante. Vergonzante de pensar que aquello es lo que la escena local tenga que decir de un tema tan abierto y conocido como la deriva, solamente por no hacer un poco los deberes.
Alguno vendrá a apreciar la presencia de lo local, algo sin duda importantísimo. Pero es que una cosa es lo local, y otra cosa el lugar común ibérico del amiguismo y la chapuza.
Para el amiguismo, evidentemente muchos pensamos en nuestros amigos como grandes artistas que comparten nuestro punto de vista en algunas cuestiones estéticas, pero una cosa es esto, y otra traerse a la pandilla de acodados a repartirse el pastel y la subvención como tristemente lleva haciéndose en este estado en todas las instituciones. Por no hablar del enchufe, que no toca ahora, que tanto espectáculo penoso nos hace presenciar.
Y aquí entra la chapuza, que no se confunda nadie, repito otra vez, pensando en que se pide corrección moral ni estética con respecto a la Sacrosanta Internacional Situacionista. Se pide respeto. Mientras Oriol Rosell tiraba de taco para no excederse con la esdrújula, en la puerta del auditorio había personas con cabreos considerables, que se habían salido de la charla porque no les apetecía soportar la sensación de estafa y que me comentaban la necesidad de escribir esta crónica. Y es que aunque a muchos se les olvida, la mediación cultural, la gestión, el comisariado o como quieran llamarlo, va dirigido a una serie de personas. Acuérdense.
Queda sin comentar en la reseña algo que a mi parecer es fundamental para comprender el fracaso del evento: la pésima moderación de las mesas de debate.
Está claro que la idea que subyacía detrás del evento no estaba bien articulada y como consecuencia de ello quedó un conjunto totalmente destartalado. Me hubiera gustado escuchar a los comisarios y no solo a Jesús Carrillo al comienzo del evento.
No dudo que los ponentes en las mesas redondas tuvieran cosas que decir, creo que tienen una trayectoria lo suficientemente avalada por sus propios trabajos – ya sean teóricos, artísticos, musicales, en los medios o en otros entornos. Estoy de acuerdo en que los seis participantes en las mesas se deberían haber preparado mejor sus intervenciones como también que no deberían haber empleado el tono de amiguismo y sobretodo la relajación verbal y lingüística (salvo Edu Comelles, Juanjo Palacios y Miguel Álvarez) que resultaron del todo penosas y sacaban de quicio a los que estábamos escuchando.
Sin embargo, creo que todo eso podría haber quedado como algo puramente anecdótico y que habríamos podido asistir a algo mucho más interesante si se hubiera llevado a cabo un buen trabajo por parte del moderador de la primera mesa, Javier Piñango y si alguien con criterio y con la suficiente habilidad como para moderar una mesa redonda, lo hubiera hecho en la segunda, que ni siquiera tuvo moderación (no se si Oriol Rossel asumía ese cometido, en cuyo caso, fue también muy cuestionable). Hasta tal punto fue notable la falta de una buena moderación, que Wade Matthews – que asistía como un oyente más a las jornadas y que a pesar de su semblante tranquilo debía estar también bastante contrariado, intentó varias veces reconducir sin éxito la conversación.
Un completo desastre, en resumen, donde solo se salvaron las charlas de David Toop y Chiu Longina y la performance del colectivo maDam. El primero totalmente fuera de juego pero al menos interesante de escuchar y el segundo con una excelente exposición y oratoria, controlando el ritmo de la intervención y sabiendo en qué momentos lanzar información y en qué momentos relajar la conversación.
Nada de eso pasó con el resto.
ole!
Hola Maria.
Estoy en absoluto desacuerdo con lo que has comentado.
El problema es que no encuentro un sólo argumento que rebatir, los comentarios que haces se basan en tú concepción dogmática de lo que debe ser un evento de esta naturaleza y ya es hora de dejarse de tanto conservadurismos.
Yo no puedo defender a todos los que has atacado, cada uno de ellos tendrá que defender su discurso.
Sólo puedo preguntarte; ¿Que ideas te parecieron tan penosas en mi intervención?. . . en base a eso, podré explicarme y discutir. Pero no puedo discutir en base a frases insustanciales como esta; “. . . y sacaban de quicio a los que estábamos escuchando.” ¿…?. ¿Qué idea te sacaba de quicio?… ¿Te refieres a la deriva errática de mi proceso de creación sonora, o al mundo altamente jerarquizado y plagado de privilegios socio-económico de los genios de la improvisación libre que hipócritamente hablan de deriva, política y propiedad intelectual, o al carácter reaccionario del discurso conceptual en pleno siglo XXI, o la deriva de la dialéctica, o de la experiencia de la interacción sonora con los lugares?.
Si precisas que es lo que te saca tanto de quicio de mi discurso podré responderte, pero no puedo refutar el formalismo añejo que se percibe en tu comentario.
Saludos
Carlos Suárez
Enhorabuena por la reseña, José Luis.
A mí esto me parece una carnicería, o la performance de unos carniceros hablando de la pescadería y los pescaderos en una tabernilla del tres al cuarto… Menos hablar y más hacer, que en realidad es lo que hace falta aquí y ahora.
Queridos amigos,
Siento profundamente no haber estado a la altura de vuestras expectativas. Y más aún que mi vocabulario y conocimientos —o, mejor dicho, las limitaciones de ambos— tampoco lo estuvieran. Prometo aplicarme para futuros encuentros (que los habrá).
Un abrazo.
Por cierto, Rosell se escribe con una «s», no con dos.
Javier Piñango lo definió muy bien en fb. Quizás estos modos no fueran los esperados por una parte del público.
«Los coloquios de SITUACION SONORA… Un nuevo género en el que se combina discurso, humor, drama, gritos, dadaísmo, bombos, recibos de la luz, el complejo mundo de la autoría, paseos sonoros, optimismo, pesimismo, violencia, performance, monólogo interior, gente drogada que molesta a vecinos, machos alfa de la improvisación, rock’n’roll, risas, tos, exabruptos, ganas de fumar, revolución, 15M, grabaciones de campo, capitalismo, ruido, etc, etc, etc… Todo a la deriva… Y ni un segundo de silencio, oiga!»
José Luis, escribes que «Miguel Álvarez […] se quedó como parado en seco, sin mucho que decir o sin decir nada»… Quizá no captases mis críticas a algunas de las asunciones del texto de José Manuel Costa (en particular, las que tenían que ver con la definición del «sujeto» -el titular de la capacidad de «agencia», dirían otros- que él manejaba). Efectivamente, su alusión final y románticamente esperanzada a «las personas» me dejó, más que parado, petrificado.
Pero pienso que otros miembros de la audiencia sí debieron percibir que yo tenía algo que decir, y que lo dije (con esdrújulas y sin ellas). ¿Cómo explicas tú, si no, que algunas intervenciones del público criticasen, precisamente, mis puntos de vista, llegando a calificar mis comentarios sobre el fenómeno de las raves como «fascistas»? -supongo que debo ir acostumbrándome a ello (http://www.arssonora.es/?p=296)-. Fue muy interesante para mí, por cierto, conocer la postura de esos asistentes que, como escribía ayer en otro sitio, pretenden hacer la revolución sin molestar a los vecinos, o que continúan invocando una concepción del sujeto individual absolutamente protagónica (tanto en lo estético como en lo político), y para mí muy alejada de los presupuestos propios del Situacionismo o, de hecho, de la experimentada en acontecimientos como el 15M madrileño.
Coincido con María Andueza al lamentar la falta de un moderador en la mesa del sábado. Yo lo hubiera agradecido -siquiera porque nos habría ayudado a romper la rigidez impuesta por la lectura inicial de Costa, un texto lúcido y lucido pero forzosamente poco relacionado con las cosas que todos estábamos experimentando allí (intervenciones de Chiu Longina y maDam, sesiones del día anterior…), que yo intenté incorporar críticamente en el debate-.
Pero si tu crítica finalmente se encamina a poner de manifiesto cómo, entre las distintas «pandillas» o «tribus» que necesariamente conforman un espectro social cada vez más rico y complejo (como es el relacionado con el arte sonoro y las músicas experimentales en nuestro país), algunas son más cerradas o impermeables que otras, quizá tu argumentación deba encauzarse de otra manera. Desde luego, hilando más fino en cuanto al análisis conceptual de los argumentos presentados por cada ponente. O evitando que en tu texto todas las menciones elogiosas -en cuanto a los «locales»- lleguen a miembros de la «pandilla» del firmante (Chiu Longina y José Manuel Costa, junto a Juanjo Palacios -en tanto que partícipe, como no se deja de recordar en el texto, en un proyecto comisariado precisamente por Costa la semana anterior-).
En este sentido, cabe argumentar que algunos percibimos a esa «pandilla de Experimentaclub» como algo más abierto y permeable (ahí están los programas de unos cuantos años de actividad) que otras muchas «pandillas», que en algunos casos también reciben dinero público y otras veces intentan autogestionarse, pero que se presentan de un modo claramente más excluyente.
En definitiva, si tu crítica es, más bien, una protesta por no formar parte de esa «pandilla», o porque haya sido esa «pandilla», y no otra, la que ocupara el Reina Sofía esos días, creo sinceramente que la mejor forma de denunciar algo así es dejando claro, con nuestra actividad cotidiana, cómo nuestras propias «pandillas» intentan ser cada día más abiertas, permeables y -en esa medida- ricas.
Si, en lugar de lo anterior, tu texto se enfoca a que podamos, aquí mismo (por ejemplo), continuar discutiendo los temas que -por falta de tiempo, o por cualquier otra razón- no pudieron desarrollarse durante «Situación Sonora», yo estaré encantado, deseoso y agradecido.
Saludos,
Miguel Álvarez-Fernández
Hola Miguel
Entendí tu intervención y su crítica hacia la anterior. Sólo puntualizo que en tu sorpresa ante el tema tratado, encuentro otra prueba de la poca preparación de la jornada. De hecho no pretendía criticar tu intervención, ni por su tema la de nadie.
En cuanto a Pandillas, puntualizo que no conozco de nada a Juanjo Palacios, me lo presentaron ese día. Conozco bien a Costa y Chiu. Conocía a casi todos los implicados. Estos dos, junto con los músicos, hicieron los deberes.
Las pandillas están bien, pero deben hacer las cosas que hacen bien.
Si Jose Luis, pero creo que Miguel tiene toda la razón cuando dice:
«quizá tu argumentación deba encauzarse de otra manera. Desde luego, hilando más fino en cuanto al análisis conceptual de los argumentos presentados…»
Creo que más allá de los formalismos, aquí lo que se hecha en falta es la posibilidad dialéctica.
Carlos Suárez
Esa S, coregida.
Agradecido quedo.
José Luis, sí me gustaría hacer una pequeña observación: percibo cierto desdén cuando señalas que existía «una aplicación para teléfonos de esos carísimos». Quisiera aclarar que esa aplicación se ha desarrollado de modo completamente gratuito para el evento —no te preocupes, no ha costado dinero público— y que, efectivamente, funciona en «teléfonos de esos carísimos». Los mismos en los que también funciona la aplicación de la Radio del MNCARS con la que tú colaboras. Y por cierto, seguramente son más caros los ordenadores desde los que nos estamos conectando todos a este foro.
Pues yo la opinión que tengo al leer el comentario de José Luis es que (a) a priori sólo le sonaba un nombre, el de david Toop. Vamos, que a duras penas sabía quien eran los demás antes de mirarlo precipitadamente en internet. ¿Werner Dafflequé?;(b) de todas formas es lógico teniendo en cuenta que no le interesa lo más mínimo la música, él sólo va a los debates; y (c) a alguien de su pandilla no le gustó el festival.
¿Me equivoco mucho?
Estimado José Luis, quiero pensar que hablas desde el desconocimiento. Es decir, quiero pensar que no sabes (ni has sabido en ningún momento), cómo se planteó inicialmente Situación Sonora y qué formato y programación tenía. Insisto, quiero pensar que no lo sabes ni lo sabías. Y lo curioso es que por mucho que quiero pensarlo no termino de creérmelo. Será porque eres colaborador de la RRS y que a causa de ello has estado “colaborando” en una parte de las actividades de Situación Sonora que de forma extraña has olvidado siquiera mencionar en este texto. Curioso. En cualquier caso, por si efectivamente no sabes ni el cómo ni el qué, te lo explicaré para que la próxima vez que decidas, como tú mismo dices, sacar bilis, lo hagas con conocimiento de causa.
Situación Sonora se planteó hace un año al MNCARS como una programación de 5 días abordando de forma muchísimo más amplia la conexión entre situacionismo y sonido. Surgió a partir de muchos meses de conversaciones con el MNCARS de cara a la organización (programación y producción) de un evento para su departamente de Artes en Vivo con la petición expresa por parte del MNCARS de que trabajáramos (nosotros, yo, como quieras, ya sabes, “la pandilla de Experimentaclub”) a partir de algún contenido relacionado con la propia Colección Permanente del Museo. Y ahí surgió la idea de plantear unas jornadas sobre situacionismo y sonido. Te repito: 5 días…
No hará falta que explique aquí los sucesivos recortes presupuestarios que TODO, incluido el MNCARS, viene sufriendo mes a mes. Esos recortes y la necesidad absoluta de reducir el presupuesto que se planteó inicialmente a una tercera parte, obligaron a reducir el formato y por pura lógica, también el área de contenidos que iban a abordarse. Es en ese momento cuando conjuntamente con responsables del MNCARS que aquí no voy a nombrar (pero que tú, querido José Luis, conoces), se decide acotar el formato a dos días y centrar los contenidos en torno al área de la deriva, la auralidad, etc.
En resumen, esta es la explicación de que bajo el nombre de Situación Sonora el MNCARS (esa institución con la que colaboras) y “la pandilla de Experimentaclub” plantearan, según tus palabras “para pegarla”, una programación SOLO centrada en las áreas que he comentado.
“PRIMERO HAY QUE DECIR QUE NO PUDE ASISTIR AL TALLER DE ERIC LA CASA, QUE PARECE QUE FUE LO MEJOR…”
Vaya, pues empezamos bien, ¿no?, porque el taller de Eric La Casa, artista que por cierto estuvo presente gracias a que SI o SI “la pandilla de Experimentaclub” quiso que estuviera (y tú sabes, ¿verdad?, de qué estoy hablando), era el núcleo dentral de esta programación… Así que… sin comentarios…
TOOP, JUANJO PALACIOS, EDU COMELLES Y LA APP PARA TELEFONOS CAROS…
Si algo he aprendido en 25 años de dedicarme a estas “gaitas”, es a respetar las críticas. O sea que de este tema nada que decir… cada uno puede tener su repetabilísima opinión, ¡faltaría más! Y sí, Juanjo Palacios, como Comelles, habían pasado por ECO la semana anterior haciendo otra cosa diferente a la que expresamente hicieron para Situación Sonora. A lo que sólo puedo decir: ¡estupendo!, bien por ellos y bien por ECO (y bien por Situación Sonora porque son de lo mejorcito que se está haciendo ahora mismo en este país). Fíjate, qué curioso… Y que torpe por mi parte, perdón, por parte de “la pandilla de Experimentaclub”: cuando se redujo el formato y el presupuesto decidimos mantener este multi_concierto final como una apuesta decidida por artistas de aquí, aún sabiendo que habría sido mucho más mediático haber mantenido a un, para entendernos, “cabeza de cartel” internacional. Como tú mismo dices: “ninguno de los nombres, quizás a excepción de David Toop (y ni eso) eran allí lo suficientemente conocidos como para que un público no especializado sepa su nombre”… Pues sí, es que somos muy torpes y, equivocada o acertadamente, decidimos apostar exclusivamente por artistas nacionales en la segunda jornada. Y además, y esto debo reconocer que es muy de “la pandilla de Experimentaclub”, en las mejores condiciones posibles para presentar su trabajo: buen sonido, auditorio 400, etc… Pero supongo que esto a tí no te interesa, de modo que no me extenderé. Por cierto, la aplicación esa para teléfonos carísimos, dado que el MNCARS no tenía contemplado hacer un programa de mano, fue una iniciativa 100% realizada por nosotros… Y es que no sólo hemos comisariado, sino que también hemos producido el evento. Es raro tenerte que contar todo esto cuando eres, repito, uno de los colaboradores de la RRS… precisamente con la que se coordinó tanto el desarrollo de la app como buena parte de las actividades que se han realizado (¿no te suena de nada todo esto que te estoy contando, de verdad?)
“EL MAYOR PROBLEMA FUERON SIN DUDA LAS MESAS REDONDAS…” Y OTRAS LINDEZAS…
Bendito problema, por otra parte. Esto te lo dirá cualquiera que haya organizado un festival. En cualquier caso, me parece una opinión muy respetable: nada que objetar. Eso sí, dado el elevadísimo nivel de participación que hubo, la conclusión a la que deberíamos llegar es que si los coloquios fueron un desastre buena parte de los que estábamos allí debimos ser “culpables” del mismo, no sólo los que estábamos en las mesas. ¿Crees que deberíamos haber quitado la palabra a alguien? ¿A quién? Sé honesto José Luis, da nombres. Por mi parte opino que los coloquios fueron un caos, aunque a veces el caos hasta puede ser bienvenido. Sólo un apunte final sobre eso de dar el turno de palabra por nombre propio: ok, me lo apunto, a partir de ahora, como a esto nos dedicamos tantos y no nos conocemos, le daré (en mi caso) la palabra a… pongamos Wade Matthews diciendo: tiene el turno de palabra ese señor de barba de allí. Hombreeeee, por favor….
“QUE NO SEA TAN EVIDENTE QUE LA PANDILLA DE EXPERIMENTACLUB SE REPARTEN DINERO PÚBLICO MIENTRAS SE JACTAN DE ELLO EN EL ESCENARIO DE LA INSTITUCIÓN. UN ARGUMENTO, ESTE DEL DINERO, SIMPLÓN PARA UN COMISARIADO SIMPLÓN…” Y OTRAS LINDEZAS…
Aquí, querido amigo, la bilis te ha jugado una mala pasada. Curioso que hables de “falta de respeto” y a continuación hagas este comentario: “que no sea tan evidente que la pandilla de Experimentaclub se reparten dinero público mientras se jactan de ello en el escenario de la institución. Un argumento, este del dinero, simplón para un comisariado simplón.” Querido José Luis, sí, la bilis se te ha atragantado y te ha hecho vomitar… Es más, hasta percibo ese tufillo viejo que todos conocemos, tan de aquí, ese que va regurgitando desde el fondo del estómago como vía de escape tal vez desde alguna frustración… ¿Sabes de lo que hablo, verdad? Ten un poquito más de respeto José Luis, ni más ni menos que el que yo te tengo a tí, antes de hablar del dinero público que se reparte “la pandilla de Experimentaclub” o quién sea. Yo no sé qué dinero público has manejado tú, mucho o poco o ninguno… Aunque entiendo que por tus colaboraciones con el Reina Sofía lo percibirás… Yo sí sé el dinero público que “la pandilla de Experimentaclub” ha recibido en los 13 años de existencia de esta plataforma. Y, por supuesto, el dinero que hay detrás de Situación Sonora. El tema es muy fácil, ¿por qué no le preguntas a los responsables del MNCARS cuál ha sido el presupuesto de este evento, quién ha realizado la producción del mismo, etc, etc, etc? Yo no te lo voy a decir porque ni tengo por qué hacerlo ni jamás he hablado más allá de en una charla de barra de bar del dinero público que han podido o no recibir los demás. Eso es lo que nos diferencia a ti y a mí. Sin embargo si sé, perfectamente, la cantidad de veces que me he arruinado intentando sacar adelante proyectos sin ningún tipo de subvención ni ayuda pública… Y como yo muchos más. En lo referente al término “simplón”, nada que objetar. Tan respetable como otros términos que a mí me vienen a la cabeza como “demagogo” y si me apuras hasta “tramposo”.
“QUIZÁS TENGA CIERTA GRACIA ENORGULLECERSE DE HABÉRSELA COLADO A UNA INSTITUCIÓN COMO EL REINA SOFÍA…” Y OTRAS LINDEZAS…
¿Se la hemos colado al Reina Sofía? ¿Sí? ¿El qué?¿Que los coloquios derivaran (huy, perdón) hacia dónde fueron derivando significa que se la hemos colado al Reina Sofía? Vuelvo a decírtelo otra vez querido José Luis. Cuando se hacen este tipo de afirmaciones hay que dar nombres, apellidos y si me apuras hasta el DNI. Y explícate, por favor, para que quede también claro tu concepto de lo que debe ser la libertad de opinión, dime a quién se le tenía que haber denegado la palabra según tú para que se hablara de lo que tú querías que se hablara. Y a todo esto, ¡cuánto espacio dedicado a hablar de los dichosos coloquios y qué poco a hablar de otras cosas!, ¿verdad?
“TRAERSE A LA PANDILLA DE ACODADOS A REPARTIRSE EL PASTEL Y LA SUBVENCIÓN…” Y OTRAS LINDEZAS…
Insisto, nombres, todos los nombres de los amiguitos de “la pandilla de Experimentaclub” que se reparten según tú el pastel (o supuesto pastel) con nosotros. ¿Quién? ¿Costa, Miguel Alvarez, Edu Comelles, Carlos Suárez? A Oriol Rosell no le incluyo ya que es co-responsable conmigo de la programación. Es decir, forma parte de “la pandilla”. Nombres, querido José Luis, nombres: ¿Chiu, Werner Defeldecker, Jorge Haro, David Toop, Eric La Casa? Nombres…
Para terminar. Querido José Luis, ¿puedes explicar a los que te leen qué estuviste, entre otras cosas, haciendo tú durante estos días en Situación Sonora? ¿Te suena de algo la RRS y las cápsulas que van a hacer buena parte de los artistas presentes en esta programación? ¿Para qué acompañaste a artistas como Jorge Haro por el Museo? ¿Sabes algo de una parte fundamental de Situación Sonora que cobrará vida pública cuando en la RRS se cuelguen las derivas grabadas que han hecho todos esos artistas? ¿Te suena algo de esto? ¿Sabés cómo y a quién se le ocurrió esa idea? ¿Sabes que esa fue una de las actividades que “la pandilla” puso como irrenunciable cuando se decidió acotar y reducir el formato de Situación Sonora? ¿Por qué dedicas párrafos y párrafos a hablar de los dichosos coloquios y de “la pandilla” y ni siquiera dedicas una límea de tu texto a algo en lo que tú has colaborado, o tenido que colaborar, a lo mejor a tu pesar?
En fin, como dije al principio, quiero pensar que hablas desde el desconocimiento. Y una vez más: nada que objetar a las críticas; todo que objetar a las afirmaciones gratuitas y la falta de respeto.
Un abrazo
Javier Piñango
A) Considero esto como una discusión expandida a interesados que no pudieron asistir.
B) Estamos haciendo, casi sin darnos cuenta, un traslado de nuestra actividad desde las catacumbas a la institución y/o público más indiscriminado.
C) Esto plantea nuevas exigencias, formales y de fondo.
D) Ante algo relacionado con el Situacionismo, podemos recurrir al gesto más radical y montar un número noticiable, podemos plantear una deriva total (donde formatos como mesa redonda carecerían de sentido) o podemos acudir al detournement, a la tergiversación de los códigos dominantes (cosa que hizo brillantemente y en estado hypnagógico Chiu Longina)
E) Cómo sea y en la manera que sea deberíamos quizás estudiar los cambios que se hayan producido en nuestra proyección social. Y hablo de proyectar porque tal vez ya no estemos solo en una etapa de «encontrarse» sino en otra de «llegar más allá».
F) Creo que ello implica mayor trabajo por nuestra parte. En preparación de ponencias, moderación, invitaciones e incluso búsqueda de nuevas fórmulas de discusión.
En todo caso, agradecido al post original y a todos los comentarios posteriores.
Querido José Luis, en primer lugar, mil gracias por abrir este espacio de debate (aunque es una lástima que no aprovechases la oportunidad en la mesa redonda del sábado para disentir con mayúsculas y así poner en cuestión uno de los mensajes más provocadores que se lanzaron desde la mesa -esa «imposibilidad de disentir» explicitada por Miguel Álvarez-Fernández, mensaje que pedía a gritos una discusión y desarrollo-).
En cualquier caso, y como el debate avanza, me gustaría tan sólo cuestionar algunas de tus últimas afirmaciones ya en este hilo. Se trata de eso de «Las pandillas están bien, pero deben hacer las cosas que hacen bien».
Comencemos por el principio. “Las pandillas están bien”. No puedo compartir ese juicio. Las pandillas, si no son coherentes con sus objetivos declarados, si funcionan con criterios caprichosos y excluyentes, si disfrazan en objetivos de interés general las ambiciones personales de sus miembros, si tienen como fin los medios y más cuando en algunas ocasiones utilizan para la realización de sus acciones mal disimuladamente autopromocionales dinero público o esfuerzo ajeno, no, no están bien. Las pandillas son, en mi más humilde opinión, una puta mierda.
La cosa no mejora cuando a ese juicio valorativo añades ese otro juicio, ahora de carácter normativo «(las pandillas) deben hacer las cosas que hacen bien». ¡Caramba!. ¿Debo entender entonces que son otras pandillas o miembros de las mismas -y digo esto ya que en tu respuesta a Miguel Álvarez-Fernandez no has rechazado tu pertenencia a tu pandilla- los que, poseedores de la infalibilidad pontificia, dicen a los demás lo que tienen que hacer?, ¿son ellos los que, además, poseen el juicio también infalible sobre la virtud o ausencia de ella en las acciones de los otros?. Evidentemente, esto no pasaría de una anécdota insustancial y hasta cierto punto divertida y resultante, claro, del libre ejercicio de crítica y hasta del también legítimo pataleo, si no fuera por el denso aroma que tales afirmaciones tuyas desprenden. «Las pandillas están bien», dices, «pero deben hacer las cosas que hacen bien». Es decir, que ciertas “pandillas” organicen conciertitos y programen cosas varias está bien, pero, ¡ay!, que no se metan ya en asuntos de COMISARIADO. ¡Caramba de nuevo!. Por supuesto, puedo haber malinterpretado tus palabras -por lo que pido disculpas de antemano, claro está- pero lo que parece -al menos a mí- derivarse de las mismas asusta y entristece. Creo que resulta obvio el porqué. Si no lo fuera, estaría encantado de desarrollarlo en posteriores mensajes.
De nuevo te agradezco la posibilidad de este debate y mi disposición a continuarlo.
Abrazos,
rubén
Comparto aquí algunos comentarios que se escucharon al salir de MNCARS (¡alegrémonos de que abra sus puertas a este tipo de encuentros!, espero que en el futuro haya muchos más).
Lo que podemos subrayar, una vez más, es la falta de práctica al hablar, que se hizo manifiesta durante la mesa redonda: se acumula el deseo, la necesidad de compartir opiniones diversas, y la falta de plataformas para ello incita a que, al menor guiño -¿o provocación?- de los ponentes, a las menores grietas del discurso, los asistentes se aprovechen para compartir sus frustraciones (¡bien!), y llevar la discución a terrenos a priori alejados de los tratados. Unas inquietudes y frustraciones acumuladas desde, vista la energía con la que algunos asistentes saltaron, mucho tiempo. Las respuestas de los ponentes a las intervenciones me han parecido absolumentes pertinentes y de gran interés (aunque ciertamente un moderador se habría agradecido). La reflexión que generó la lectura de José Manuel Costa acerca de las «personas» y las confrontaciones que suscitó su texto sobre la revolución sin ruidos también me resultaron muy reveladoras.
Un matiz que tendríamos que pensar para plantear eventos futuros es la extrema condensación de este encuentro, que no permitó profundizar en el debate de las mesas, ni tampoco disfrutar con una escucha fresca y atenta las perfomances sonoras del sábado (creo que la propuesta de Piñango estaba pensada para más días). Tal vez mi oído haya sido muy solicitado y contaminado por el taller de Eric La Casa (que, desde luego, no ha sido lo mejor del festival -sobre eso, habría mucho por comentar, un taller que eludió toda perspectiva o reflexión critica sobre las prácticas de grabación y el Situacionismo-).
No entiendo la amargura de esta reseña, sus criticas me parecen injustificadas, y temo que sean, una vez mas, el fruto de la frustración.
Abrazos,
Anneke
las navajas en spañistan
¿por cierto que se dice pero no se dice CUANTO A COSTADO ??
Sin duda me he equivocado en el tono, como dice Javier, se me han atragantado las bilis y esto ha oscurecido lo que quería decir. En esto coinciden algunas personas, así que con ellas me disculpo por ese tono mal usado.
Primero, no creo que pandilla sea nada peiorativo. Rubén, me refería a que hagan las cosas con esmero, con cierta dedicación, al nivel que les apetezca.
En cuanto a las aclaraciones que me pide Javier
-De entre todas las cosas que aparecen en RRS, yo sólo he elegido 4 contenidos. 2 publicados, 2 por publicar.
Las dos publicadas son de personas que conozco, así que podrían ser de mi pandilla.
http://radio.museoreinasofia.es/institucion-rs?lang=es
http://radio.museoreinasofia.es/from-20-to-20000-hz-31?lang=es
Sin embargo mi capacidad de elección es relativa, y he tratado que el trabajo sea concienzudo.
De las dos por publicar he coincidido con uno y no conozco de nada al otro.
De todo los demás no tengo capacidad de elección. Hago el trabajo de entrevistas, mezcla y demás lo mejor que puedo sobre contenidos asignados.
-Oriol, el tema de los telefonos, iba exclusivamente a la falta de indicaiones de algún tipo a la serie de conciertos del sábado. Creo que eso no tenía que ver nada contigo, sino a quie debiera de encargarse de ello en el museo.
– Carlos, la razón por la que no entro en debates teóricos es porque esto no era una crítica, sino una reseña exigiendo más cuidado en el resultado final.
-En cuanto a los conciertos, da igual que se hayan repetido. Como digo, no tengo nada malo que decir de los conciertos. Estuve en todos menos en el de City Bend y Javier Munarriz, simplemente por horario. Anki, les conocía a todos y a una buena parte personalmente.
-Me centro en las mesas redondas, como antes no ha quedado claro, para decir que se esperaba más de ellas. Quizás un buen trabajo de moderación y de preparación de los temas. Que fuera fluido fue lo bueno, coincido. Esta es una opinión como público.
De ahí que, en respuesta a lo que comentan varias personas, no puedo decir que esté frustrado. Que tuviera ciertas espectativas frustradas por la falta de preparación del asunto no da como para frustrarse seriamente.
Reconozco mi falta de elegancia, esperando que todos reconozcamos más errores.
Un saludo
Sólo unos apuntes para clarificar aún más algunas cuestiones que creo son fundamentales:
1. Si hablamos de presupuesto, sólo el MNCARS puede y debe decir cuál ha sido. Obvio.
2. Aquí no ha habido ningún encargo de comisariado. Se parte de un acuerdo para la organización de un evento (programación y producción del mismo) para Artes en Vivo del MNCARS. Así que… comisarios del mundo, no se preocupen, nadie ha invadido sus palacios de cristal… a no ser que ahora se dediquen también a organizar y producir (lo que conlleva ciertos riesgos económicos, no sé si se me entiende).
3. Mis preguntas dirigidas a José Luis están encaminadas a que nos explique parte de la programación y actividades de Situación Sonora que él conoce (así como lo anterior que he expuesto) y a las que no ha dedicado ni media palabra.
4. Pandillas… terrible. Sinceramente, estoy de acuerdo con Rubén cuando habla de lo nefasto de todo esto. Por eso, please, que alguien me explique quiénes forman parte de mi supuesta pandilla para disolverla de inmediato… Qué demencialidad. Años planteando precisamente la apertura de miras, la ausencia de guetos cerrados, acabar con la puta exclusión, para que ahora vengan a hablarnos de pandillitas… En fin…
Por lo demás, y para que quede claro, bravo por el debate, la crítica razonada (espero que constructiva) y todo lo que sirva para mejorar. Y más tratándose de un evento que se realiza por primera vez (y probablemente única) y en un espacio en el que no ha habido hasta ahora demasiado acomodo para este tipo de iniciativas. A todos lo que hablen bajo este punto de vista, GRACIAS DE VERDAD. A los de las navajas traperas: una palmadita en la espalda y a otra cosa…
Javier Piñango
a Javier Piñango
es Werner Dafeldecker,
no
Werner Defeldecker
ya que hablas de nombres en concreto y encima le programas, por lo menos escribelo bien
Esto define lo que es España: cuando se consigue hacer algo, los que podrían disfrutar y valorar lo poco que podemos hacer en las condiciones extremas en que nos movemos se dedican a destrozarlo y despedazarlo. Así se generan odios y rencores que separan a la gente de una escena en grupúsculos enfrentados para siempre.
María, querida,
«Escríbelo» lleva una tilde en la «i». Ya que das lecciones de ortografía y gramática, por lo menos hazlo bien.
Quería aprovechar de nuevo este espacio de debate para puntualizar algunas cosas. ¡Y no malas! En primer lugar me gustaría agradecer a Javier Piñango los fragmentos de su comentario en los que ha explicado el proceso de gestación del evento hasta el pasado viernes. Las cosas se comprenden mejor cuando se conocen. Asimismo y a pesar de que los tiros han ido en todas las direcciones, creo que el debate, la crítica y las discusiones son imprescindibles para progresar y que no tiene por qué ser este cruce de comentarios (no siempre tan gratos para nuestros oídos) motivo de disgregación sino todo lo contrario. Creo que todos los que aquí nos hemos manifestado reconoceríamos el esfuerzo que supone organizar cualquier cosa de este calibre o de otro. Por eso, creo – y en esto me parece coincidir con Javier – que estas discusiones pueden construir y no solo destruir un camino. No se trata solo de hacer públicos los elogios y callar cuando algo no ha alcanzado las expectativas que cada uno había generado, desde sus propias inquietudes, al tener noticia del encuentro.
Me corregís si me equivoco o no estáis de acuerdo pero creo que en cierto modo, tanto la primera reseña de José Luis como el resto de comentarios estaban escritos desde el regusto – amargo en mi caso – tras un evento del que todos queríamos sacar mucho más: más conversaciones, más conocimiento, más disfrute en cualquier caso en cualquiera de sus formas relacionadas con el sonido y la creación. No creo que el tema de los grupos tenga nada que ver con el asunto, nadie se escandalizará si se comenta aquí que hay amigos que son compañeros en lo profesional y que a veces la puesta en común de esas energías hace que un evento salga hacia adelante.
Yo recibí mi balazo particular al que he contestado a Carlos Suárez a través de un email. Queda la marca pero no el dolor; las huellas son buenas para el recuerdo y siempre permiten contar la anécdota a los que no asistieron a su aparición, así que, al menos en lo que a mí respecta, no puedo sino sacar lo positivo de este debate que sin duda está siendo una forma de continuar el encuentro.
María, por favor, háztelo mirar, ¿eh? Ya que discutimos hagámoslo por cosas inteligentes no por estupideces…
(aparte del leismo)
Completamente de acuerdo con Jaime Munárriz. Añado que estas carnicerías absurdas también acaban con cualquier posibilidad de continuidad. Nos enredamos en tonterías, dejamos las energías en batallas sin sentido, anulamos cualquier posibilidad de crecer y construir…
y amí me gustó mucho el concierto de mi primo Javier
José Luis, insistes sobre algunos puntos de tu crítica (que no reseña -no te dejes engañar por los títulos-) inicial, como la falta de preparación de algunos ponentes, pero sigues sin argumentar nada acerca de lo que sí dijimos, y por supuesto no te rebajas a investigar acerca de nuestra preparación al respecto (ya sabes, los deberes). Te lo pongo fácil en mi caso: puedes escuchar esto: http://www.arssonora.es/?p=257, o leer esto otro, más reciente: http://www.uah.es/servicio_publicaciones/catalogo_pedidos/PDFs/Quodlibet50.pdf. De otras cosas que se te preguntan, como hemos visto, prefieres directamente callar.
Lo que sí escribes le vuelve a dejar a uno paralizado (tranquilo: es solamente una figura de estilo, como el otro día; ¡el estilo, José Luis, el estilo!): en las dos primeras oportunidades que te han dado de manejar dinero público, dos «amiguitos del alma», como diría el otro, reciben los encargos (Pablo Sanz y Óscar Martín, a quien sólo conozco como compañero tuyo en la coordinación de Ursonate). 100% de efectividad en el inicio de tu currículum, sobre todo para alguien que gusta de criticar amiguismos y pandillas.
Hablando de pandillas, tampoco puedo estar de acuerdo en lo último que escribes al respecto. Como tu propia experiencia demuestra, a veces no vale con hacer las cosas «con esmero, con cierta dedicación, al nivel que les apetezca», ni siquiera «concienzudamente». En ocasiones todo eso no es, desgraciadamente, suficiente, pues no alcanza el nivel o los requisitos de honradez y rigor fijados no por una pandilla o por otra, sino precisamente por ese otro sujeto colectivo al que yo me refería en mi intervención: la comunidad. Difícil de distinguir, pues no tiene rostro -por tener muchos, y muy distintos-, y aún más difícil de escuchar. Pero hay que intentarlo, y desarrollar una cierta sensibilidad para ello. De hecho, con tu texto inicial has movilizado a una cierta parte de esa comunidad -que no puede ni debe tolerar actitudes como la tuya, por el desprestigio que produce para todos, no sólo para ti-, y muchos nos podemos imaginar sin dificultad a los miembros de esa comunidad que leen todo esto, pero prefieren callar.
En resumen, si después del notable ridículo en el que te deja la cadena de textos de esta página aún te quedan energías y vergüenza para terminar tu último mensaje esperando orgullosamente que otros reconozcan sus errores, me temo que en el futuro no sólo convendría que cambiaras tu tono, sino alguna cosa más.
Saludos,
Miguel Álvarez-Fernández
Para María Andueza
Agradezco tu último comentario y el tono del mismo. Bienvenido sea el debate constructivo. Como dije antes, LO DEMAS SOBRA.
Javier Piñango
Hola a todxs:
Seré breve y concisa: todo es mejorable, por supuesto, todo puede ser objeto de crítica también.
Pero como bien dicen Jaime y Franz, creo que la crítica debería llevar a algún lado, tenemos pocas oportunidades de que eventos así se puedan realizar y deberíamos ser más colaborativos y participativos para que los proyectos de unos y otros saliesen adelante y mejorasen sus fallos mediante la crítica constructiva y el apoyo.
También quería comentarte, Jose Luis, que no estoy para nada de acuerdo con tu postura respecto a que los artistas tienen que ser conocidos para que un evento tenga proyección. Creo, sinceramente, que lo atrevido, arriesgado y admirable, es dar espacio a los artistas que son menos conocidos, sobre todo cuando estamos hablando de artistas sonoros y estilos musicales poco comunes.
«Ninguno de los nombres, quizás a excepción de David Toop (y ni eso) eran allí lo suficientemente conocidos como para que un público no especializado sepa su nombre, menos aún su discurso»
¿cual es el fin entonces? ¿generar espacios para otras disciplinas menos comunes o llenar auditorios con artistas consagrados y conocidos para que el público no especializado esté contento? Quizás habrá que incidir más, como bien dijo Jose Manuel Costa, en educar, en acercar al público a otras «escenas», ampliar el conocimiento de las personas y no al revés, limitándose siempre a no arriesgar y tirarse a lo fácil.
Un saludo,
Ana
Hola.
Maria, si recibiste un balazo no fue porque yo iniciara el tiroteo.
En ese correo personal que mencionas pasaste de largo todas las preguntas que te realicé, negando por ejemplo que te referías a mi cuando dijiste sobre las participaciones en los coloquios: “resultaron del todo penosas y sacaban de quicio a los que estábamos escuchando. . .”. Si tú dices que te malinterpreté, pues vale.
Yo preparé mi intervención, pasé semanas reflexionando y leyendo, me irrespetas cuando dices desde el desconocimiento; “se echó en falta que cada participante en la mesa se hubiera preparado un poco más sus intervenciones iniciales.”
Quizás eso te pareció a ti, pero yo no puedo hablar de dogmas académicos que sean de tu gusto, no fui a dictar un cursillo sobre los orígenes, historia, vida y milagros del situacionismo. . . . Llevo más de 25 años como creador sonoro y lo que me interesaba era hablar de la deriva en mi trabajo de creación. Creo que lo hice bien, pero si lo hice mal podríais indicarme las fallas de mi discurso. Pero claro, eso no os interesa ni a ti ni a Espejo. Vaya, una pena, otra oportunidad de avanzar que se pierde.
Lo que si tengo que escuchar es como se me falta el respeto cuando leo esto en la reseña:
“Pero bandear con bromas los conceptos que vienen a tratarse, habla a partes iguales de la suficiencia que fomenta la ignorancia.”
Como no se quiere puntualizar más allá de resquemores, formalismos y banalidades, lamentablemente es imposible que esta “discusión” llegue a algo profundo y enriquecedor para todos.
Carlos Suárez
Hola Carlos, probablemente sea una cuestión de percepción y expectativas, a mí también el coloquio del viernes me pareció flojo y disperso; por ejemplo, me hubiera encantado que comentaras más tu práctica creativa con la deriva… o Edu el tema de cómo condiciona la experiencia… o sencillamente que Juanjo interviniese. En definitiva que se hablara de lo que se suponía que se iba a hablar. Y coincido con José Luis y María en que el moderador no estuvo muy acertado a la hora de reconducir el debate. En mi opinión esta reseña viene a decir estas cosas, no sé si de la manera más acertada, pero quizá muestre cierto descontento que hubo en el público… en fin, que no me parece tan negativa, peor es caer en la autocomplacencia. Saludos, jc.
A mi me parece que hay mucha gente ofendida aquí e incapaz de digeriri lo que quien escribe la reseña dice: basicamente que paso vergüenza agena y bochorno. Le comentais que es una critica y no una reseña, pero a mi me parece simplemente una reseña de un evento, donde cuenta lo mal que lo pasó ante un teatro duro de soportar. Fueron sus emociones y no creo que tenga que escribir un tratado para justificarlas, ¿o si? y entonces, ¿para que blogs y foros? Mejor que escriba un ensayo.
Saludos Kike
Hola Juan Carlos.
1.- Hablé de la deriva errática o deriva selectiva en mi proceso de creación sonora, 2.- hablé de la deriva dialéctica que aparece en una conversación porque no sabes lo que el otro te va argumentar, (esto se puede aplicar también a la improvisación en grupo) y 3.- hablé de la deriva en mi trabajo en la fonografía cuando llego a un lugar improvisando con los objetos que encuentro y registro el proceso.
Pero es inevitable tener que contar lo que sucede en la periferia y el contexto, pues lo otro son anécdotas y en la periferia esta la polémica, lo diverso, esa especie de catalizador ideológico que propicia el movimiento.
Un evento que no genera polémica es un completo fracaso.
Un abrazo desde Vigo.
Carlos Suárez
Carlos, creo que sigues sin querer entender que no quise, ni quiero, hablar de tu trabajo personal, que mi comentario no iba orientado en esa dirección y que como te dije en el mail me refería únicamente al tono que sobrevoló – y sigue haciéndolo – aquellas mesas y esta conversación, que, opino, Carlos, no posibilitan ningún tipo de diálogo y únicamente fomentan el hablar a la defensiva. Lo voy a decir de nuevo para que no quede ninguna duda: Me refería al tono agresivo que predominó en la conversación que te repito no me gustó y sí, Carlos, me dio ganas de levantarme e irme. Y si no lo hice fue precisamente porque había amigos y colegas a los que respeto entre los participantes y la audiencia, entre otros, claro, Miguel, José Luis, JM Costa… ¿tengo que avergonzarme de ello?
No dudo que todos hubierais pensado sobre el tema, pero no se habló apenas de ello. Yo, que trabajo un ámbito totalmente distinto del arte sonoro, te diré con total humildad que no te conocía ni a ti, Carlos, ni tampoco a Juanjo, como tampoco a Oriol. Como comprenderás no tengo ningún problema en reconocerlo y en decirte que iba allí precisamente a eso, a conoceros. Miré quienes erais en Internet, solo para ir ubicada al evento y saber por dónde iría la cosa… ¿Y con qué me fui? Pues aquí también seré muy sincera si te digo que con muy poco. Sí, ahora se algo de vosotros, me interesó el proyecto de Juanjo Palacios con los centros de mayores, también despertó mi curiosidad lo que contaste sobre tus derivas en las que intervienes intencionalmente sobre el entorno y los objetos que te encuentras, me interesó el argumento de Oriol Rosel sobre las limitaciones que a su juicio supondrían el que hubiera un himno o lema sonoro en los movimientos del 15M… Además de eso, y es precisamente eso lo que lamento, repito, eso es lo que lamento, no me fui con nada más de ese evento porque creo que el clima que se respiró no lo permitió. Lo que suele aportar encontrarse con los creadores en un evento de estas características es que puedes conocer de ellos más cosas de las que uno puede encontrar en las webs, las mediatecas o las bibliotecas. Como investigadora independiente te diré que son más de uno y dos los artistas o pensadores de los que sigo su trayectoria al detalle después de haberles escuchado hablar y comentar no solo su obra sino su posición ante la creación de la que participan en una u otra medida.
Y claro, todos podéis estar trabajando la deriva a través de la grabación de campo, seguro que de forma interesante, incluso podéis haber entendido el evento como una deriva en sí mismo, pero esto te lo dije en el mail y lo repito ahora, si no lo dais a conocer ¡a la audiencia! difícilmente podremos dialogar ni sobre tu trabajo, ni sobre la actualización de la deriva, ni sobre nada. Por ahí vino mi crítica a la preparación de las charlas como también al papel de los moderadores. Yo, hubiera agradecido una intervención inicial de cada ponente en ambas mesas para saber de qué postura partía cada uno de vosotros. En este sentido aclaro para que no haya malentendidos que, en el caso de los que sí la hicisteis me hubiera gustado escuchar más… eso es lícito creo, no hace señalar el interés de la audiencia por conocer qué pasa a su alrededor… También por eso habría agradecido un moderador que en determinados momentos hubiera recolectado las ideas que se estaban comentando en el auditorio para, de este modo calmar un poco los ánimos y volver a posibilitar un diálogo horizontal y abierto . En mi opinión todas las formas del lenguaje son aceptadas en un diálogo, sin embargo la intención al hablar puede anular toda posibilidad de diálogo, como de hecho me parece que sucedió en el evento y sigue sucediendo también en este debate en el que se están haciendo – y no cesan, acusaciones de tono personal que no van a ningún lado.
Te escribí en privado porque consideré que hacerlo en público, Carlos, solo alimentaba la dialéctica del “yo” y no la de la colectividad a la que me pareció se refería Miguel; también para dejarte claro – como te decía en el mail que, como no podía ser de otro modo, lo hacía desde el respeto al trabajo de todos los que participasteis y también hacia vuestras personas, como quedaba claro en la frase que anticipaba en mi primer comentario mi malestar por cómo transcurrieron las cosas. Por eso, me atrevo ahora a escribir este mail en el foro general y pedir que si continuamos este debate sea desde ese respeto hacia la personas, tanto al nivel de lo personal como de lo profesional.
Hola María.
Yo soy un pringao de clase obrera de Vigo que lleva más de 25 años trabajando con el sonido. Básicamente soy un pringao por mi rebeldía, al no establecer un discurso reconocible no soy reconocido por el poder. . . . Es así de sencillo, un artista es reconocido por el poder cuando su discurso sonoro es reconocible.
Pasa igual con los objetos que se fabrican en serie para el mercado capitalista.
A pesar de ser un pringao socioeconómico no siento ningún complejo de inferioridad ni resentimiento, pues se que mi trabajo sonoro esta a la altura de cualquier famoso o consagrado cabeza de cartel de cualquier festival del mundo, por esa razón exijo respeto.
Si me excedí en los comentarios pido sinceras disculpas, no fue mi intención ofender.
Un abrazo
No pensaba volver a intervenir porque básicamente ayer dije todo lo que tenía que decir. Pero a propósito de los últimos comentarios, permítanme seguir haciendo algunas puntualizaciones.
1. ¿Nadie tiene nada que decir del taller de Eric La Casa, de las conferencias, DE LOS CONCIERTOS (ni mu, oiga), DE LA INTERVENCION DE maDam (ni mu, oiga), de que un evento incluya entre sus actividades la creación de obra original a partir de la grabación de derivas en el MNCARS, sin público, en zonas no accesibles…; grabaciones que posteriormente formarán parte del Canal Procesos de la Radio del Reina Sofía? (ya saben, toda esa cosa rara de la que José Luis Espejo no recuerda nada)…
2. Llego por tanto a la conclusión de que SITUACION SONORA fueron 2 debates… Y punto. Joder, tanto trabajo para 2 debates… Menos mal que no hicimos los 5 días previstos inicialmente porque menudo desperdicio…
3. Sobre los debates. Asumo que como dice Juan Carlos, el moderador del primer día (que tiene nombre, querido Juan Carlos) fuera un absoluto incompetente. OK, no tengo el más mínimo problema. Son opiniones perfectamente respetables. Aunque yo más bien creo que ante la avalancha de gente que, como comentaba ayer Anneke, se encontró con la posibilidad de decir e incluso GRITAR lo que se le pasaba en ese momento por la cabeza, tuviera que ver o no con el tema a tratar, la postura del «se sienten, coño» equivalente a un «cállese usted que yo he venido aquí a hablar de mi libro», no es tampoco la más acertada. Pero como he dicho asumo sin ningún problema las críticas.
4. Más sobre los debates. Lo que no acepto bajo ningún concepto es que se afirme alegremente que los señores que partiparon en las dos mesas (el moderador sin nombre se excluye y además ya ha asumido su fracaso como moderador) no se hubieran preparado su participación o siquiera se ponga en duda su capacidad dialéctica e intelectual para dicha intervención… Vamos, siendo claros, ante semejante afirmación o insinuación, hablando de los señores que estamos hablando, me quito el traje de programador, me pongo el de ciudadano y paso a descojonarme ampliamente… No hace falta siquiera que pierda una milésima de segundo de tiempo en explicar el currículum de los participantes en las mesas. ¿Está claro?
5. Y seguimos con los debates. OK, de acuerdo con que el segundo día habría sido bueno tener un moderador (y que por supuesto no fuera el del primer día, queda claro).
6. Por supuesto, más sobre los debates. ¿Nadie de lo que podríamos llamar PUBLICO (o sea, los de abajo, para entendernos) asume las cosas más o menos acertadas y disparatadas que se dijeron????? ¿Nadie????? ¿El público no hace autocrítica?????? ¿Nadie se acuerda del recibo de la luz, el del bombo, el autor, el autor, etc, etc, etc??????? Caray, qué poco autocríticos somos entonces todos, ¿no?
7. Sinceramente: lo que se escuchó en los dos debates, una vez se fueron a la deriva, fue una radiografía de la escena (o como lo queráis llamar) sonora madrileña… Ni más ni menos. O sea, cada uno a lo suyo proclamando a los cutro vientos sus verdades… No hay autocrítica, ¿no? En fin, entiendo entonces que los problemas de Darío Moratilla para pagar el puto recibo de la luz son completamente encuadrables en una mesa sobre La deriva como experiencia sonora…
7. «Las pandillas están bien, pero deben hacer las cosas que hacen bien”… Como quedó demostrado ayer, efectivamente Espejo hace las cosas bien, pero que muy bien (con los de su pandilla, por supuesto).
8. Prometo montar próximamente un festival de debates. Os va a encantar… es broma, es broma, tranquilos…
Javier Piñango
Carlos, ¿qué poder?, ¿para qué un discurso reconocible? Y, en general, ¿qué y para qué?
Menos mal que, de vez en cuando, alguien se abre y da cancha a los que ni saben el qué ni el para qué…
María Andueza y JC Blancas:
Os agradezco los comentarios y vuestro posicionamiento crítico respecto al evento. Puedo estar de acuerdo o no pero, dado el sarao que se ha organizado por aquí, os doy las gracias sinceramente por el tono empleado. Si esta suerte de psicodrama colectivo hubiera empezado así, yo mismo estaría tomando nota de todas las observaciones para mejorar en futuros eventos. De nuevo, gracias.
Quizás el tono empleado en la reseña no ha sido, en algún momento, del todo correcto (cosa por la que el autor ya ha pedido disculpas), si nos vamos al contenido creo que el artículo recoge de forma acertada un sentir de una parte de los asistentes que había a la salida del auditorio 200.
Estando de acuerdo con María, y como también señala Carlos, se agradecería que, como ésta dice, se dejase de lado «la dialéctica del yo» y que este debate fuese una oportunidad para hablar y cuestionar los contenidos del evento y la parte de crítica constructiva que tiene el propio artículo y algunos de los comentarios.
Por otro lado, es muy sano y positivo que se realicen este tipo de críticas cuando el dinero del que proviene el evento es, en parte, de los que a él asistimos.
Un saludo.
A mi me da un poco de lástima tanta bilis, navajazo, bala y tanto ataque o defensa a base de links. En definitiva, tanta palabra herida e hiriente. Pero refleja una tensión (quizá también un afán de poder) que ya se venía sospechando desde hace tiempo y que también es honrado, y hasta bueno, que se manifieste.
Siendo lector asiduo de este blog he de decir que no me ofende lo que ha escrito José Luis Espejo (que no conozco en absoluto). Creo que tiene todo el derecho a escribir como le venga en gana, al igual que los demás a rebatirselo. Cualquier lector con dos dedos de frente que no haya ido al evento debería poder quedarse con lo que le interese de la reseña (y réplicas) sin emitir un juicio definitivo ni tener la necesidad de leer una sentencia sobre la misma.
Como dice Kike, para eso se utiliza el blog,un canal de información multidireccional, y para eso existe la función de comentar. Lo dice uno que ama la radio y ha trabajado en ella durante varios años.
Añado: me gustaría agradecer a todo el «Team» , sin querer ser irónico, de mediateletipos.net que se ha molestado, a lo largo de estos años, en difundir información sobre la cultura sonora. Lamentablemente desde hace meses parece que solamente «postean» Blanca Rego y José Luis Espejo, pero os animo a todos los demás autores a que sigáis escribiendo, creando y difundiendo. Así es como se hace cultura. Si hay rencillas o injusticias en el camino ya estamos viendo que es mejor solucionarlas, discutirlas o denunciarlas a tiempo.
¡ Adelante !
Gracias, Carlos. Mediateletipos es algo que hacemos totalmente por amor al arte, así que a veces nos es imposible postear todo lo que quisiéramos por falta de tiempo o por no tener más remedio que atender antes otros asuntos.
Kike y Manuel Calurano reiteran, respecto del texto inicial, uno que le «parece simplemente una reseña de un evento», y otro que «el tono empleado en la reseña no ha sido, en algún momento, del todo correcto». Yo sencillamente recuerdo que en ese texto se podía leer que «la pandilla de Experimentaclub se reparte dinero público mientras se jactan de ello en el escenario de la institución», o que el objetivo del proyecto era «traerse a la pandilla de acodados a repartirse el pastel y la subvención». Nada de eso es propio de una mera reseña, pienso yo, ni tampoco se trata de simples muestras de «un tono mal usado» o de «falta de elegancia» (errores que, por mi parte, quedan disculpados). Lo que allí se escribió son -como ya ha quedado demostrado- falsedades concebidas con mala intención. La mentira y la malevolencia son cosas diferentes del «mal tono» y la «falta de elegancia», y su gravedad es mayor cuando intentan ocultarse falazmente bajo la apariencia de una «simple reseña».
Es un tema sobre el que no insistiré, pero me parecía importante dejarlo claro, para que no haya confusiones respecto a mi postura y el objeto y «tono» de mis críticas.
Dejando aparte este asunto tan vergonzoso y triste, quisiera aprovechar este espacio para continuar analizando lo que sucedió en «Situación Sonora», así como en esta prolongación del evento en forma de discusión escrita. En cuanto a lo primero, me parece importante recordar que representa uno de los primeros esfuerzos, en el contexto del MNCARS, por aproximarse al ámbito del arte sonoro. Todos conocemos algunos precedentes, pero, hasta donde yo sé, éste ha sido el primer evento organizado por el Reina Sofía en el que estaba planteada una continuidad total y esencial entre las propuestas presentadas en el Auditorio 200 -conferencias y debates- y el Auditorio 400 -conciertos-.
Sorprende que algo así no haya sido reseñado hasta ahora, como le sorprende a Piñango, ya en el primer punto de su último mensaje, que nadie tenga nada que decir de los conciertos, ni de la intervención de maDam, entre otras cosas. Más aún, el autor de la reseña solamente asistió a la mitad de ellos («Estuve en todos menos en el de City Bend y Javier Munarriz, simplemente por horario»). Por su parte, María Andueza no tiene problemas para referirse, ya en la segunda línea de su primera intervención en este debate, al «fracaso del evento»… aunque no asistió -y que me corrija si me equivoco- a ninguno de los conciertos celebrados en el Auditorio 400.
Yo me pregunto si alguno de los mencionados -procedentes, respectivamente, del ámbito de la Historia del Arte y de las Bellas Artes- se atrevería a publicar algo, aunque fuese en un blog, acerca de una exposición en la que, por ejemplo, no hubieran visitado la mitad de las salas.
María Andueza escribe, además, que ella asistió al evento esperando «encontrarse con los creadores»… Quizá la mejor forma, si hablamos de creadores sonoros, sea escuchar su trabajo.
Parece que las formas de recepción tradicionalmente impuestas por un museo como el MNCARS se filtran, de manera invisible, hasta la conciencia más íntima de su público. Incluso Manuel Calurano, en una especie de lapsus linguae, escribe que «el artículo recoge de forma acertada un sentir de una parte de los asistentes que había a la salida del auditorio 200″… ¿Pero no terminaba cada una de las dos jornadas con sendos conciertos en el Auditorio 400? ¿Por qué se piensa en los conciertos como en algo «complementario» a los demás eventos, y no como el centro o el núcleo de la propuesta? (Por supuesto, en lo que atañe al taller de Eric LaCasa -con la pedagogía hemos topado-, eso ya parece hasta poco elegante mencionarlo).
Del mismo modo que debemos exigir que cuando una institución (pública) como el MNCARS intenta aproximarse a un ámbito de trabajo y reflexión nuevo para ella (¡aunque, por sí mismo, tenga una historia de siglos!) lo haga con el máximo respeto y apertura, el público de esas instituciones debe también esforzarse en (re)conocer lo que es genuinamente propio de ese ámbito creativo, sin tratar de imponer sobre él sus esquemas de valores y prejuicios, mucho menos cuando intenta ejercer una crítica sobre el mismo. Se trata, simplemente, de estar abierto a lo nuevo, a lo otro, a modos de expresión que quizá no sean los nuestros, a gentes que quizá no le den la misma importancia que tú a las mismas cosas. Se trata -una vez más- de escuchar.
Saludos,
Miguel Álvarez-Fernández
Hola Franz.
Preguntas, ¿Qué poder?,
Pues el poder es entre otras cosas la suprema potestad rectora y coactiva del Estado.
Preguntas, ¿Para qué un discurso reconocible?
Pues el poder se basa en la tradición, por ejemplo, la iglesia católica no basa su poder en la creación de algo nuevo sino por el contrario en la figura de Cristo. . . Incluso no hace falta que los poderosos respeten las ideas de los muertos que monopolizan, simplemente basta con que hagan creer a la mayoría que son los representantes dignos de esa tradición.
Ergo, para hablar el lenguaje del poder tienes que hablar un lenguaje tradicional, si creas un lenguaje estéticamente nuevo no te van a entender. . . . Por eso digo, que para ser un artista reconocido por el poder tu discurso debe ser reconocible…. Es decir, si quieres ser reconocido debes someterte a esas tradiciones estéticas en boga.
Esta es una de las grandes paradojas del arte, si te aferras a una tradición triunfas porque los que tienen facultad y jurisdicción o potestad rectora y coactiva en el campo de la cultura va a entender lo que haces, si planteas algo nuevo al margen de las imposiciones del sistema serás marginado.
Si te interesa este tema puedes leer el texto que escribí en ursonate 001 donde desarrollo esta idea en profundidad.
http://www.archive.org/download/ursonatefanzine_001/ursonatefanzine_001.pdf
Gracias por tu interés.
Y repito, un evento que se conforma con el formalismo y no genera polémica sí que es un completo fracaso. . . . Que unos cuantos quedaron disgustados, sí, pero otros quedaron a gusto. ¿Vamos a condenar la obra de Stravinsky porque el estreno de la consagración de la primavera fue un completo y absoluto caos o porque a la gente no le gustó?,
¿Populismo?, a otro perro con ese hueso.
yo tengo mi luz
pagada de por BBBida
y como no HHHHestudie
no se escrYYYYvirrrr
cuando te beabeabeab javier tendremos unas
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Seguimos… la de Bellas Artes por alusiones y para seguir el debate responde por partes. Mira que seguir categorizando tan gremialmente a las personas…
1. Asumo mi descuido y mi error al haber calificado el evento en su totalidad como un desastre cuando – como bien dice Miguel – no asistí a los conciertos. Quede por mi parte todo lo dicho enmarcado en la parte de conferencias y debate. Y de nuevo disculpas por mi error, grave, si queréis.
2. Conocer al creador a través de su obra, es una opción, a través de su discurso es otra tan válida como la primera. Son complementarias y en mi opinión no excluyentes.
3. Miguel, no tendría ni el más mínimo problema en hacer una crítica de una parte de la exposición habiéndome dejado sin ver otra… Creo que al menos en mis comentarios, y salvando el error anteriormente mencionado, no he hecho alusión a nada a lo que no haya asistido. Sin embargo, ¿crees acaso que no se podría hacer una crítica de una sala donde se hubieran reunido por poner un ejemplo obvio obras de James Turrell, Bruce Nauman y Dan Flavin en el contexto de una exposición sobre los sentidos en el arte? A mí me parece obvio que sí, pero si quieres lo discutimos.
4. Espero, Javier, que lo que comentas sobre la preparación y valía profesional de los ponentes no lo hayas deducido de mis palabras. Si ha sido así te pido que revises mi postura, en cualquier caso, sinceramente, no creo que nadie lo haya puesto seriamente en duda… vamos a intentar leer lo que viene implícito en los comentarios… Pero no insisto aquí, creo que eso debemos dejarlo a un lado.
5. Creo que en este debate sí se han hecho alusión a otras cosas, y varias veces. Yo ahora brevemente repetiré que se ha mencionado la conferencia, o charla, o performance (que de todo tuvo un poco) de Chiu Longina en la que se observó una trayectoria coherente y desde luego muy bien formulada “atraer la atención del oído excitando al ojo” No se si fueron exactamente las palabras pero espero no confundirme si digo que sí fue el sentido de aquello que comentó. Muy buena estrategia y muy bien resuelta a todas luces al ver las ‘esculturas escuchadoras’, el ‘macrófono’, los disfraces (que yo nunca había entendido y que por fin lo hice), el juego con los medios… y el también juego irónico de imágenes que ns mostró de niños que son orejas y orejas que delatan buenas o malas personalidades de la historia… Ya lo dije en mi primer comentario, me reitero ahora al decir que me pareció una excelente presentación por el contenido y por la gestión del tiempo y las emociones. De la conferencia o deriva sonora de David Toop diré menos, me pareció interesante escucharle. También se ha hecho en esta cadena de comentarios alusión a la performance tan rica de maDam. La transición entre Chiu Longina y maDam fue del todo enigmática, hubo un momento compartido por ambos, de barreras difusas, que consiguió despistar a una parte del público (entre las que me sitúo) que no identificó rápidamente el salto de una cosa a la otra, quizá era ésa una parte del juego que proponía Chiu y retomaba el colectivo maDam (y donde resonaba todo lo que la Internacional Situacionista comentó sobre el participante como jugador después de haber leído algunos de sus intengrantes el Hommo Ludens de Huizinga) Y esa misma participación del público que dejó ver la performance retomanba algo que a mi parecer viene heredado de aquellos Happenings en los que Allan Kaprow o Wolf Vostell repartían también papelitos entre la audiencia a la que se instaba a participar. Muy bien enmarcado en el contexto del encuentro y bien resuelto escénicamente. Me quedé con ganas de que hubiera durado un poco más…
6. Y siguiendo con la audiencia, retomo el papel del público en la parte de conferencias y debate. Tienes razón, Javier, al señalar que no mencionamos las intervenciones por parte del público que tú recuerdas con ironía y a la que con ironía han contestado. Las hubo interesantes y desproporcionadas o agresivas también (por retomar los términos a los que me referí al hablar de los ponentes). A Carlos se lo comenté en el mail y creo que lo mejor es que copie y pegue la parte en la que me referí a ello: “[…] creo que habría sido muy interesante que hubiera habido menos agresividad verbal, por supuesto no me refiero a que el lenguaje hubiera sido pulcrísimo sino más bien a que hubiera habido – tanto por parte de los ponentes como por parte del público – un intento de diálogo real y no un cruce de preguntas, afirmaciones y respuestas lanzadas unidireccionalmente, casi como acusaciones y por tanto con poca posibilidad de ser permeables por otras opiniones y así ser constructivas. […]”
7. Siguiente, y esto ya adelanto que puede traer cola, no estuve de acuerdo cuando Jesús Carrillo dijo al inicio del encuentro de conferencias y debate que esta iniciativa venía a solventar en cierto modo el que el museo (no el MNCARS) sino la institución museo haya sido un “espacio silenciador”. Una vez más espero no haber confundido las palabras que creí entender a Jesús. En cualquier caso, con relación a lo que comentas Miguel, sobre que este es uno de los primeros intentos del MNCARS por acercarse al ámbito del arte sonoro… no puedo sino disentir. Y lo hago, ahora sí, trayendo conmigo toda la creación de las Bellas Artes (si así queremos llamarla), especialmente del siglo XX. Espero que ahora nadie vaya a tildar de advenedizo en el campo de lo sonoro a un Jorge Oteiza, cuya obra os invito a repensar si no lo habéis hecho a través de los sugerentes textos en los que reiteradamente hace alusión a lo sonoro, a lo temporal y en ocasiones con relación directa a su trabajo escultórico. Como también a Kasimir Malevich quien remite directamente al sonido o Lucio Fontana quien lo hace también en su “Manifiesto blanco”. Son tres ejemplos muy tempranos y desde luego, bien instalados en los museos de todo el mundo, que ejemplifican que, por un lado, el museo no puede silenciar esa parte, como tampoco puede silenciar un Calder o un Tingueli… o las obras conceptuales de Lawrence Weiner, Michael Asher y tantos otros que a nadie extraña ver en un museo. Dicho esto, retomo lo que fue el comienzo de este comentario, esto es, mi vínculo formal y personal con las Bellas Artes para afirmar (y quede claro que lo hago sin ningún interés en reabrir un debate cruento) que en ocasiones yo, que estoy inevitablemente situada de este lado de las Bellas Artes (si así queremos llamarlo) percibo que hay en ocasiones intentos de definir y demarcar toda la discusión del arte sonoro desde el ámbito de lo musical. Yo respeto que se debata desde ahí pero no tratando de hacernos creer a los demás que tienen que venir músicos a la institución museo para que se hable de sonido en un museo… Que estén los músicos, como los bailarines, dramaturgos, poetas, y artistas (todos esos ámbitos y el resto que quedan sin mencionar) en un museo es más que necesario cuando hace años, décadas, ¡un siglo diría yo! que otros y nosotros mismos venimos reclamándolo con nuestro trabajo, no solo en el museo, también en el auditorio, en los teatros, en la ciudad… Pero eso es una cosa y otra bien distinta lo es obviar todo un pasado o una parte de la discusión, cosa que me parece menos acertado.
8. Y termino ya, para comentar que no me ha gustado la ironía final de Javier, la broma, sobre el hecho de organizar otro evento… Se que está dicho como broma, ¡no seré yo quien carezca de humor! Pero no puedo evitar leerlo con recelo: somos muchos los que estamos intentando arrancar cosas, dejando toda nuestra energía por el camino consiguiendo nada o muy poco, por no tener un nombre consolidado en el panorama nacional… ¡Cuidado! Esto no significa que esté diciendo que los que sí podéis o conseguís hacer cosas lo hagáis sin esfuerzo, sin excelencia, sin méritos, etc. Eso, como la garantía de que todos los ponentes habían ganado con su trabajo ese lugar, va por descontado e implícito en la frase. Creo que todos entenderéis a lo que me refiero, en definitiva, todos somos anónimos antes de dejar de serlo en este sentido.
Saludos,
María
(…)
Gracias, Carlos. Leeré con detenimiento tu texto en Ursonate.
¿Tradición = traición (a uno mismo)?
No sé si merece la pena renunciar al discurso propio y, si acaso, marginal a cambio de un reconocimiento por parte de un poder caduco… Me inclino por la naturalidad, el disfrute de la escucha y la colaboración. Vamos, con el aquí y ahora.
Saludos.