Se han publicado recientemente los resultados de «estudio» de Pikolin sobre como afecta el ruido en la personas. Consistía en un anuncio en el que se implicaba a un doctor y un aspirante a bombero para que este último durmiese en un cubículo de cristal en medio de uno de los cruces más ruidosos de la Castellana en Madrid.
Allí, en la Castellana, no había, de media, más de 60 decibelios pero, aun así, él ha sufrido, la última noche, hasta 37 «arousals», esos micro despertares que, sin despertarle, «le hacían pasar de un sueño profundo a uno más superficial. Eso, a la larga, produce el mal dormir», dice el doctor Eduard Estivill, experto en temas de sueño, y director del experimento. La prueba se enmarca en la III Campaña por la Salud Acústica, promovida por la marca Pikolin.
Lo que la noticia no nos da a oir es el ruido que había en aquel cruce. Este es el sonido ambiente junto a la cabina de Pikolin al mediodía
Lo que nadie nos cuenta es que junto a la cabina del sueño había un generador de gasolina del tamaño de un coche encendido día y noche, a un metro y medio del cristal del habitáculo y que a mi juicio hace un poco debe hacer algo de ruido cuando no hay tráfico. Ahí va una grabación de este generador desde la pared de la unidad.
En fin, redundar en la evidencia, el anuncio de Pikolin en la puerta de El Corte Inglés es eso, un anuncio, y tiene una validaz científica sobre las condiciones reales del sueño de una persona algo dudosas.
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