Ya hemos hablado aquí de Acustica Web, una página dedicada a la difusión de los principios acústicos. De entre los ejemplos que he estado consultando estos días, este me ha llamado sobre todo la atención.
Se ha publicado un informe científico que demuestra que los cocineros de los aviones no son tan malos como parece. El problema del mal gusto de las comidas está relacionado con el ruido que soportamos dentro de la cabina. Algo parecido les ocurre a los astronautas de la NASA. Ellos reciben un tipo de alimento muy fuerte de gusto, para compensar la pérdida de sabor.
La investigación muestra como el tipo de ruido que tenemos en el interior del avión afecta a nuestras papilas gustativas, reduciendo nuestro sentido de la salinidad y la dulzura y el aumento del crujiente. El hallazgo podría explicar por qué hasta el más tentador olor de las comidas durante un vuelo, tiene un gusto suave y la textura de cartón.
Leave a Reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.