Hace justo una semana que se celebró la sexta edición de TodaysArt, el festival que durante dos dias inunda múltiples localizaciones alrededor del centro de La Haya con un buen número de intervenciones y eventos relacionados con el arte, la música y la tecnología.
La edición del año pasado llevó por título The Hague: International City of Conflict, en un irónico contraste con ese otro lema de ‘ciudad de paz y justicia’ que desde 1889 acompaña a esta ciudad mayormente conocida por su papel en la política internacional. El conflicto como incitador a la consciencia fue el leitmotiv que aglutinó a los eventos, algunos de los cuales dieron quebraderos de cabeza mas o menos inesperados a los organizadores. Como reacción a aquello, este año CAPITAL OUT OF CULTURE : LOVE THE REAL CITY ha sido el título del festival, en lo que es un intento de reflexión sobre cómo acercarse más a las posibles realidades presentes en la ciudad desde propuestas como esta, con una dosis de crítica a ciertas políticas culturales y replanificaciones urbanisticas de dudosa utilidad ‘real’ (valga la redundancia) para los ciudadanos y que están teniendo lugar en gran parte de cara a esa candidatura como capitalidad cultural europea 2018.
Más allá de continuar con la idea de presentar una temática que sirva de ligazón a las propuestas, el festival se ha mantenido fiel a una filosofia centrada en brindar una mezcla ecléctica y concentrada de propuestas repartidas por las distintas localizaciones con que cuentan, con intervenciones callejeras, instalaciones, conciertos y el habitual programa de clubbing.
‘!’ es el nombre de la escultura sonora de Anke Eckardt que nos daba la bienvenida al entrar al city hall de la ciudad. Una pieza basada en las investigaciones de esta artistas sobre la fenomenología del sonido, en particular sus teorias de la escucha vertical. Este es un video publicado estos dias por Hugo Verweij que recoge su momento ‘clave’, esa caida e impacto sonoro que se sucede cada tres minutos.
Otra de las instalaciones que más nos gustó fue jnd (Just Noticeable Difference), de Chris Salter y su equipo. Esperabamos con algo de impaciencia poder entrar en esta primera versión de la cámara inmersiva tras conocer el proyecto durante una charla del propio Salter en la pasada edición de Sonic Acts. Siguiendo el principio científico que le da título, la pieza se basa en la exploración de los umbrales de la percepción partiendo de la privación sensorial, en lo que se presenta como una agradable experiencia de unos 15min en la cual la percepción sonora tando auditiva como táctil se combina con estimulos lumínicos.
El combo canadiense [The User] tuvo una presencia especial, con varios trabajos y presentaciones cubriendo sus diez años de trayectoria, como una performance de su ya famosa sinfonía para quince impresoras matriciales o uno de los trabajos de la serie ‘Coincidence Engine’, homenaje al compositor György Ligeti, cuyo poema sinfónico para 100 metrónomos, realizado en 1962, también pudimos disfrutar en vivo en una reverberante localización más que apropiada.
Situado en el hall del teatro spui, una de las venues principales para los conciertos, el igloo de altavoces viejos de Alexis O´Hara fue (con permiso de Robovox) una de las atracciones más lúdicas del festival, con constantes improvisaciones sonoras entre los que se aventuraban a entrar en él. Aunque bastante menos concurrida estuvo la sala de proyecciones de la filmoteca colindante, en la que nos sumergimos en el tour de force que supuso la sesión de películas del dronemaster Phill Niblock y su compañera Katherine Liberovskaya.
Además de las ya habituales proyecciones y videomappings en las fachadas de los impolutos edificios de la Spuiplein, este año se invitó de nuevo a Staaplaat Soundsystem (aún recordamos la que liaron en la estación central en 2008) para realizar una de sus intervenciones sonoras en el espacio público con Yokomono-Pro Den Haag, una coreografia sonora para veinticuatro coches y por supuesto… sus correspondientes claxons.
Desde Saturno-Detroit, aterrizaron X-102 en el hall del ayuntamiento, recuperando clásicos para goce del personal, y ya durante la noche, como no, la habitual delegación Raster-Noton, imprescindibles en todo evento ‘new media’ que se precie, esta vez sumando fuerzas con M-nus en esa propuesta llamada Container que consiste en la yuxtaposición de los live sets de sus integrantes y algún arranque de performance conjunta. Como siempre, fina sesión de baile, pese a que la presencia de Byetone y sus hits nos parezca un poco cansina tras tres años de cruzarnos con el mismo set en todas partes.
En fin, dos dias que al fin y al cabo dan para experimentar el trabajo de apenas unos cuantos de los 150 artistas que se mencionan en el programa, en una prueba de selección y resistencia, y sobre todo para recorrer una Den Haag muy distinta a la habitual y refrescar los sentidos con un buen número de propuestas de lo más diverso. Mucha mas info y documentación en este mashup.
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