El pasado 5 de Mayo tuvimos la ocasión de ver y oír The Phantom Carriage de Victor Sjöström, que en su versión KTL viene sonorizada por Stephen O’Malley de Sunn O))) y Peter Pita Rehberg. Sinceramente, creo que no había otra manera mejor de empezar el ciclo Más allá del sonido. La película de Sjörtröm se mueve entre la moralina familiar y la terrorífica imagen del desamparo, llevando al maniqueísmo (muy de pre-vanguardias por otra parte) las relaciones sociales. Lo que KTL añade es el terror mismo a un lenguaje visual silente (¡que no mudo!). El cine siempre fue audiovisual, incluso cuando las películas no tenían banda, sonaban en su contexto de modo no necesariamente musical. En la España de Franco hay divertidos herederos de la época de la narración en directo en películas de Charlot dobladas con chistes cañí. En Buenos Aires los niños echaban carreras para oír quien era el primero en leer los intertítulos y los subtítulos. Era sobre todo porque el cine era lenguaje y estaba lleno de lenguaje por lo que resonaba en las salas de entre siglos. Era allí donde generandose la cultura popular, se hacía evidente que las palabras son también sonidos, aunque 60 años después el conceptualismo (entre otras cosas) quisiera hacerlas imágenes de nuevo.
Pero quizás la mayor posibilidad que ofrece una película silente ahora mismo es su contextualización. Recuerdo que en cierta ocasión me contrarié cuando alguien dijo que lo más impactante de la puesta en escena de El Acorazado Potemkin era la música. No es sólo que la película no tuviese música, es que aquella película “debía” ser entendida visualmente y además la partitura que sonaba en la versión que habíamos visto no era la original compuesta para la cinta. Todo prejuicios. KTL ha hecho de The Phantom Carriage una película contemporánea (Por cierto que el grupo surgió para hacer música incidental). No sólo porque el jinete de la muerte parezca uno de los de Sunn O)), sino porque permite reconsiderar la película a partir de su nueva banda sonora, permite escuchar las imágenes para ver también en ellas todo aquello que se había perdido en 90 años de cambios audiovisuales, y para que los drones remitan a Sjörtröm y no sólo al Mordor de Jakson.
Sonorizar películas no es nuevo, se dio con Lang, Einsestein, Protazanov, Svankmajer y muchos más ejemplos que para algunos serían los pilares del live cinema. Pero que nuestro amigo Abraham Rivera empiece así el ciclo audiovisual, establece un orden definitorio, que no formalista, de lo que puede ser audio-visual. Para ello no son necesarias estructuras de exhibición historicistas, geográficas o temáticas, sino entrelazados más sugerentes con declaraciones de intenciones como exhibir en primer lugar The Phantom Carriage. Para más información os pegamos la entrevista que le hicieron desde la radio de La Casa Encendida.
[audio:http://www.lacasaencendida.es/Ficheros/CMA/ficheros/mp3_capsula_256.MP3]Dicho esto, vamos a lo noticiable. Hoy continua el ciclo audiovisual de ARTe SONoro en La Casa Encendida, que se dará semanalmente hasta el 30 de junio con un total de 24 obras. Organizadas a partir de ejes (Formas, Narraciones, RPM, Expansiones…), se mostrarán trabajos de indispensables como Semiconductor, Pan Sonic, Jakob Kirkegaard, Xavi Erquizia, Stephen Vitiello, Pauline Oliveros, Otomo Yoshiside o Jeff Mills. Toda una serie de trabajos AUDIO-visuales que dan una perspectiva sobre otros tipos de arte sonoro más allá las esculturas e instalaciones, que curiosamente son las únicas que hasta la fecha ha reseñado la prensa (a excepción que yo sepa, de la breve glosa de Darío Fernandez en la revista gratuita Calle 20)
Leave a Reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.