Peter Kubelka hizo el primer flicker film (literalmente, película parpadeante) entre 1958-60, se titulaba Arnulf Rainer y era un montaje de fotogramas blancos y negros, ruido blanco y silencio. Quizás pueda parecer algo exageradamente minimalista, o incluso simple, pero un flicker film no es más que eso, una película que se caracteriza por el uso de cambios rápidos entre fotogramas contrastados; no sólo fotogramas en blanco y negro o colores abstractos, puede incluir planos de acción real.
Los precedentes de este género no están muy claros, pero se suele relacionar con las teorías del montaje de Eisenstein y algunos experimentos con montajes de fotogramas sueltos hechos en los años 50.
El efecto de parpadeo que generan esas alteraciones rápidas de fotogramas puede provocar alucinaciones visuales, e incluso ataques de epilepsia o estados de choque en las personas que sufren de epilepsia u otros desórdenes neurológicos. Curiosamente, cuando Kubelka hizo su película no estaba interesado en la percepción humana, simplemente quería reducir el cine a sus elementos básicos: la luz, la oscuridad, el sonido, el silencio y la duración.
En 1966, Tony Conrad presentaba su película The Flicker, otro ejemplo creado solamente a partir de fotogramas blancos y negros. En este caso, Conrad sí era consciente de los efectos neurológicos de este tipo de películas e intentaba jugar con la mente del público. Incluso incluía una advertencia:
También en los años 60, Paul Sharits empezó sus experimentos con parpadeos de colores, una característica de la mayoría de sus filmes. En 1976 hizo una película/instalación, Epileptic Seizure Comparison, que intercalaba fotogramas intermitentes de colores con gente real sufriendo ataques de epilepsia.
Algunas de estas películas se pueden encontrar en Internet, pero la calidad de las copias es muy mala y el efecto sólo funciona al verlas en las condiciones apropiadas en un cine. Me temo que en este caso el vídeo no es una opción.
La mayoría de los flicker films están relacionados con el cine estructuralista, una práctica común entre varios cineastas americanos y europeos de los años 60 y 70. El cine estructuralista se basa en posiciones de cámara fijas, estructuras de montaje complejas y los efectos de parpadeo inherentes a la naturaleza intermitente del mecanismo de la proyección cinematográfica.
Actualmente este efecto se sigue utilizando en muchas instalaciones artísticas, actuaciones en directo y vídeos, y es un recurso común en la industria del entretenimiento: los carteles de neón y los focos estroboscópicos de las discotecas son buenos ejemplos.
En breve, se podría decir que una luz que parpadea es una de las maneras más sencillas de excitar nuestros sentidos.
2 Comments