En vista de que las nuevas generaciones se quedarán medio sordas antes de llegar a los 30, por culpa del volumen atronador de los auriculares de los muchos y variados dispositivos portátiles (o al menos eso es lo que dicen), ya han aparecido unos diseñadores muy espabilados, designaffairs, con ganas de sacar partido al asunto. Su idea, a la que encuentro cierta gracia, es integrar el sonotone en los pendientes, pero no en unos pendientes cualquiera, que tenemos que ser modernos, en unos ‘ear plugs’, y no me refiero a tapones para los oídos, sino a esos piercings que se incrustan en el lóbulo de la oreja. Así que ya sabéis, ya podéis quedaros sordos sin miedo a dejar de estar a la última…
Obviamente, habrá más de uno/a con problemas de sordera de nacimiento y demás que seguramente agradecerá estos avances. Yo todavía recuerdo el aparato rudimentario que usaba una de las hermanas de mi bisabuela; para que nos escuchase, teníamos que acercar la boca a su corazón, en lugar de a sus orejas, porque ahí es donde estaba el receptor, conectado a otro aparato que llevaba en la oreja a través de un cable. De todas formas, por muy tosca que fuera esa tecnología comparada con lo que tenemos ahora, no deja de tener cierta hermosa poética eso de que tuviéramos que hablarle al corazón…
Podéis encontrar más explicaciones técnicas y fotos en el blog de la empresa.
Pues si que es muy poético eso de hablarle al corazón, esto hay que intentarlo a menudo. . . . Me lo voy a proponer. . . .
Pero yo la verdad es que prefiero no estar a la última y parecer un carca, pero que mis células ciliadas estén en buen estado. . . por eso tapones ¡!!!. . . . jajaja. . . aunque más allá de la broma, a veces ni siquiera los tapones te protegen, el otro día después del concierto de Sunn O))) algunas de mis células ciliadas se declararon en huelga por un día. . . bueno, eso digo yo, pero es muy probable que un buen número de ellas se jubilaran definitivamente.