Acabo de encontrar de casualidad este texto de Teresa Piñeiro-Otero titulado «Intenciones e intersecciones de la música clásica en Hannibal de Bryan Fuller (NBC)», sobre el uso de la música clásica especialmente, y un poco también del «ruido» y del sonido en general, en la serie Hannibal que es todo amor.
Dice algunas cosas que ya dije yo por aquí cuando empecé a obsesionarme con la serie allá por la segunda temporada, pero yo no tengo ni idea de música clásica, así que esto es mucho más iluminador que lo que yo pueda decir sobre Bach, Stravinsky o Mahler (ay, Mahler, yo no podré volver a escuchar jamás el Adagietto de la Sinfonía Nº 5 de la misma manera).
Recomiendo leer el texto a cualquiera interesado en el diseño sonoro (aunque sin haber visto la serie no sé si tiene mucho sentido), porque lo que hizo Brian Reitzell en Hannibal es la cosa más jodidamente inteligente y compleja que ha hecho jamás ningún compositor/músico/diseñador sonoro para la tele.
El texto fue publicado en el número 21 de L’Atalante. Revista de estudios cinematográficos. Lo podéis leer en este enlace.
Tentado por otro de tus artículos sobre Hannibal me dispuse a escuchar, más que a ver, esta serie en mi equipo de trabajo (Genelec para ser más exactos :)) y he de decir que se aprende mucho con ella. Creo que merece tu obsesión por ella y todo lo que has escrito y se ha escrito.
Estoy pensando en dedicarle una entrada sobre lo que se podría considerar la nueva ola de diseño de sonido que está difuminando las fronteras entre ambiente, atmósfera, efecto y música creando, por fin, una banda sonora que sea un todo y de la que no se pueda aislar ningún elemento como erróneamente se ha hecho hasta ahora. Brian Reitzell ha realizado un magnifico trabajo (muy al estilo americano por otra parte) pero no podemos olvidarnos a Trent Reznor & Atticus Ross o ha Mica Levi. Si me animo finalmente a escribirlo te lo haré llegar para compartir impresiones.
Tanto el trabajo de Trent Reznor y Atticus Ross para Fincher como el de Mica Levi en Under the Skin son fantásticos, y creo que tienen mucho que ver (igual que en el caso de Hannibal) con que son trabajos que vienen más de la herencia del noise y del arte sonoro que de la composición de bandas sonoras. Quizá también diría que se centran más en generar estados mentales, atmósferas y capas y capas de significado que en manipular las emociones del espectador, que al fin y al cabo es lo que hacen las bandas sonoras más «clásicas». Aquí faltaría citar a Winding Refn, que aparte de todo esto es además quien es más profundamente consciente del poder del silencio.
Sí, escribe y házmelo llegar :)
¡Ciertamente, Cliff Martinez en Drive y Solaris, entre otras, no se puede dejar pasar!
Justo cuando puse Winding Refn estuve a punto de añadir a Soderbergh xD