En el siglo IX en Bagdad, vivían tres eruditos conocidos como los hermanos Banū Mūsā que escribieron un tratado sobre aparatos automáticos y autómatas titulado The Book of Ingenious Devices. El libro, publicado en el año 850 de nuestra era, describía en torno a cien aparatos distintos y cómo utilizarlos, entre ellos el primer instrumento musical programable conocido.
El instrumento en cuestión era un órgano hidráulico que funcionaba automáticamente con un sistema de cilindros intercambiables, los hermanos Banū Mūsā se referían a él como «El instrumento que toca solo». Aunque los cilindros con púas en la superficie fueron el método más generalizado para producir música de manera mecánica hasta la segunda mitad del siglo XIX, normalmente la fuerza motriz no era el agua.
El órgano de los hermanos Banū Mūsā utilizaba un tubo independiente para cada nota, permitía cambiar el ritmo al que sonaba la música y podía reproducir diferentes melodías:
Queremos explicar cómo se construye un instrumento que toca solo de manera continua la melodía que queramos, a veces con un ritmo lento y a veces con un ritmo rápido, y también podemos cambiar de una melodía a otra si así lo deseamos.
En la superficie del cilindro había unas púas de madera o metal de diferentes longitudes que, dependiendo de su colocación, abrían o cerraban la válvula de un tubo del órgano. El aire que corría por los tubos, que era en última instancia lo que hacía sonar el órgano, se generaba compensando cisternas de agua.
Al parecer, el órgano fue construido realmente, no era una simple elucubración teórica, como otros instrumentos mecánicos descritos en manuscritos antiguos. Su diseño se basaba en una serie de principios descritos por Apolonio, pero, desgraciadamente, la única copia conocida del The Book of Ingenious Devices no conserva los diagramas a los que hacen referencia las explicaciones del manuscrito.
Lo que sí se conserva son descripciones técnicas muy detalladas, si a alguien le interesan las podéis encontrar en el libro The Organ of the Ancients from Eastern Sources (1931) de Henry George Farmer. A grandes rasgos, se trata de un instrumento enrevesadísimo con cisternas de agua, válvulas, palancas, tuberías, engranajes, etc.
El órgano reproducía música en bucle, una o más melodías dependiendo del tamaño del cilindro utilizado. Uno de los métodos mencionados para mover todo el mecanismo era colocar a un burro, o a una mula, dando vueltas —como en los antiguos molinos para moler el grano—, pero se sugiere que el agua es mejor método que cualquier tipo de animal o directamente el viento porque permite una reproducción continua uniforme.
El libro de Farmer incluye también descripciones sobre las notas y escalas generadas, para quien esté más interesado en la parte musical que en la puramente mecánica. La única traducción que he encontrado del manuscrito en sí de los hermanos Banū Mūsā supongo que es parcial, porque, aunque incluye descripciones de algunas maquinas hidráulicas basadas en los mismos principios que el órgano, ninguna tiene una función musical.
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