Recomiendo ir leyendo el post con este audio de fondo
Hace poco paseaba por la catedral/mezquita de Córdoba en uno de los ratos libres antes del masaje sonoro que iba a recibir de Pascal Battus en Sensxperiment 2011.
Al llegar al altar mayor de la catedral cristiana, comencé a fijarme en la escultura de San Lucas en su forma tetramórfica (es decir, en forma de toro) recordando la historia que me contó mi padre sobre ese toro trayendo las columnas una a una para la mezquita. Recordé cómo las historias orales se adornan con las incertezas, frente al conocimiento iconográfico que me decía que un toro de piedra es un evangelista y no un homenaje a un toro obrero. La historia de mi padre era mejor.
El caso es que mirando a San Lucas, comencé a escuchar unos sonidos extraños. Primero uno mecánico repetitivo, luego de golpes secos, luego como de flauta. Comencé a grabar. La acústica era peculiar, de un coro de madera, contra una cúpula de piedra, contra un bosque de columnas, llenos de voces y de sonidos metálicos del carillón.
En un principio pensamos que alguien limpiaba el órgano, de ahí el sonido metálico. Cuando me disponía a irme, me animaron preguntar, subir y grabar esta limpieza. Pero no se estaba limpiando, sino construyendo un nuevo órgano. Lo que no nos esperábamos eran los 20 minutos de charla que tuvimos a continuación.
Para un fan como yo de la música especulativa, esto es, música de las esferas, teórica y matemática, todo lo que va contando Santiago Orta de Organería Navarra, y en el orden en que lo cuenta, son principios vitales.
Seguramente dentro de los patrones del arte sonoro y las músicas experimentales actuales, oír hablar de la futilidad de la escala no parezca gran cosa. El asunto, recordemos, es que estamos hablando a los pies de un órgano preparado para obras barrocas y románticas, lo que pone de manifiesto esa otra sensibilidad de época, no la estética, sino la tecnológica. Estamos hablando aquí de una cultura de la escucha basada en los conocimientos científicos y tecnológicos actuales. Atención al minuto 11.30 o al 17.30, donde se recitan muchas máximas, hasta la del cerebro reptil que tanto gusta usarse en las campañas de neuromarketing de la última década.
Santiago se incluiría dentro de una vertiente de organeros que no respeta los criterios históricos musicales, tan de moda desde hace unos años, y construye los órganos con criterios tecnológicos y acústicos actuales. Claro que quien quiera pelearse en este asunto, aquí tiene un foro.
Fantástico post José. . . enhorabuena.!!!!
Impresionante el organero.!!!. . . más allá de un par de meteduras de pata, su discurso es interesantísimo. . .
Gran testimonio Jose Luis. El órgano supone, por su infraustructura, una permanencia de las condicion de escucha de una época. Hace unos años algo para un programa de mano de un concierto de órgano:
«El órgano posee una dimensión doblemente vinculada al espacio. Con frecuencia se construye pensando en un lugar concreto, adecuándose a sus cualidades acústicas y expandiendo el concepto de instrumento al convertir las naves del edificio en el que se ubica, y donde suele permanecer durante su vida útil, en caja de resonancia. Al mismo tiempo este diálogo con la arquitectura se ve reforzado a través de su apariencia, integrándose visualmente en el edificio, convertido en ornamento -como es el caso del órgano de Santa María del Popolo decorado por Bernini-, o sometiendo sus volúmenes al cálculo de proporciones tal y como propone Vincenzo Galilei en el Dialogo della musica antica e della moderna (1581). De hecho ha sido esta «inmovilidad» la que ha ayudado a convertir a muchos de estos instrumentos en testigos de excepción posibilitando una arqueología de los sonidos musicales que nos permita recuperar, no sólo sistemas de afinación pre-temperados, sino incluso situaciones privilegiadas de escucha».
muy interesante…
Muchas Gracias!
Un post genial!!
Me gustaría ponerme en contacto con José Luis Espejo, autor del reportaje. Por favor, dame una dirección de correo a la cual escribirte. Quiero comentarte alunas cosas personalmente. Gracias.
Hola Miguel
escribe aquí staff@mediateletipos.net y te contestaré.
Un saludo
Dice muchas cosas curiosas, pero también algunas barbaridades defendiendo la transmisión electrónica contra la tradicional mecánica. No hay ni un organista de carrera que diga que un órgano de transmisión eléctrica es mejor que uno mecánico. Es falso que no se pongan todos los sistemas de fuelles para acción manual. Cuando se restaura un órgano histórico correctamente, aunque se le ponga un motor, también se restauran los fuelles originales y sus palancas por motivos históricos y funcionales y en conciertos puros historicistas se utilizan. Por ejemplo, el órgano restaurado de San Hipólito.
Más barbaridades dice al respecto de la escala diatónica y la cromática, pero resulta que ese órgano originalmente además de tonos y semitonos, originalmente tenía subsemitonos (cuartos de tonos), cosa que desmonta toda su teoría contra la dodecafonía y también el supuesto maravilloso órgano que ha construido.
Mejor ni comentar su teoría biológica-musical… en fin…
Qué pena que habiendo todos los contratos y documentación completa en los archivos del órgano original y los sucesivos arreglos y modificaciones, no se haya hecho un órgano historicista para recuperar lo que fue ese órgano y no inventarse un órgano que ni está pensado para la Catedral ni se va a aprovechar ni nada. Un derroche de varios millones de euros que se podía haber utilizado mejor haciendo un órgano historicista y hubiese sobrado para restaurar otros órganos históricos que lo necesitan como los de la Trinidad, San Pedro, San Nicolás, San Rafael, San Jacinto, San Pedro de Alcántara, LA Compañía…
Debo dar la razón a Fco Rafa.
Este señor dice una cantidad de inconmensurables tonterías. En primer lugar hay que decir que no se puede dar ningún concierto en un órgano de Santiago Orta. No se puede ni acompañar una Misa, la cantidad de fallos electrónicos que dan estos «intrumentos» colma la paciencia de la mayoría de los organistas de carrera de España.
Todos los órganos que el menciona tienen el mantenimiento adjudicado actualmente a otras empresas de organería. Especialmente el de San Gines y Perpetuo Socorro en Madrid.
Ahora mismo los organeros y organistas saben que el sistema mecánico es el mejor para hacer la transmisión. Tiene muy mala reputación esta empresa.
Solo voy a decir una cosa……si alguien ama estos instrumentos, apartar a Santiago Orta del mundo del órgano. No hay instrumento suyo que funcione correctamente. Es la crisis del órgano, es la corrupción de la organeria. Por favor, una cura ya!!! para que orta no destroce ningún organo mas.
No estoy de acuerdo con los comentarios de Juan, Fernando y FcoRafa…yo he tenido la suerte de escuchar algunos de sus órganos y qué decir, la calidad del sonido no tiene comparación con la de ningún otro. Señores de la vieja escuela, acaso os da miedo quedaros obsoletos y preferís la crítica a la autocrítica? La tecnología es parte de la sociedad de hoy en día y el que no se renueva se queda en el camino…ustedes decidirán dónde se quedan, y hasta dónde quieren abrir la mente y aprender de quien puede enseñarles algo.
Estimado Pedro,
Efectivamente el sonido de los Organos de esta empresa no tiene comparación con cualquier otra. En primer lugar porque los organos que supuestamente termina quedan sin armonizar y por supuesto sin afinar, la cantidad de fallos electrónicos que tiene hace imposible tocar cualquier cosa con un mínimo de garantías. Por último he de decirle que no hay ninguna vieja escuela pues ya han pasado unas cuantas décadas desde que se comenzaron a fabricar organos con sistema eléctrico y que el tiempo ha demostrado que es un sistema que queda obsoleto. En cualquier caso el sistema De transmisión dependerá mucho de las circunstacias del trabajo. Los organeros competentes suelen apostar por el sistema de transmisión Mecanico, no obstante también conocen y hacen organos con sistema eléctrico. Lo que hace O.N. son organos con unos materiales de ínfima calidad que dan como resultado instrumentos que suenan horriblemente mal con fallos entronicos constantes.
Para que no de pereza leerlo seré breve. Soy músico profesional y doy fe, este organero tiene sello propio. Reconozco cualquier órgano que haya arreglado con oírlo dos segundos y ya si lo veo …después de echarme a llorar también. Es el equivalente al ECCEHOMO pero en música.
Me sumo a la lista de afectados por el señor Orta.
Conozco varios de sus órganos, tanto nuevos como «restaurados» (más bien echados a perder). En ninguno de ellos la expresión funciona correctamente, fallan teclas, el sistema electrónico de transmisión es pésimo, tiene mucho retardo y además es diferente para cada tecla.
La armonización deja mucho que desear. Por suerte los tubos no los fabrica él y hay registros que incluso llegan a sonar aceptables.
Al apagar y encender el órgano cuando todavía queda aire en el fuelle suenan los tubos sin pulsar ninguna tecla.
De un día para otro te deja de funcionar uno de los teclados.
Los secretos que fabrican están totalmente sobredimensionados, de forma que las turbulencias que se generan al pulsar las teclas desestabilizan el sonido, no hay forma de afinar un órgano así.
Los pedaleros que instala están mal diseñados y las teclas «negras» se atascan por el roce con la consola.
En fin… Para echarse a llorar.